La princesa Mary abandona un acto para dar de comer a su hijo

Por hola.com

Mary de Dinamarca ya ha probado en sus propias carnes el estresante trajín que sufre toda madre trabajadora al haber tenido que compaginar su papel de Princesa con el de madre durante un acto oficial. Así, con pasos más largos y decididos de lo habitual, la [princesa Mary] abandonó poco antes de la pausa del café una sala de conferencias abarrotada, donde se celebraba el décimo aniversario de la Fundación de Psiquiatría. Los asistentes intercambiaron sonrisas cómplices. Todos sabían qué era aquello tan importante que no podía esperar: su hijo, el príncipe Christian tenía hambre.

Ausencias necesarias
Aunque no han pasado ni cinco meses desde el nacimiento de su pequeño, la princesa Mary no quiso faltar a esta cita. Para ella se trataba de un acto muy importante, ya que no sólo preside la Fundación desde hace más de un año, sino que además quiere que su contribución no se ciña sólo a la de una mera figura decorativa que atraiga a la prensa. La Princesa quiere saber más y por eso prefirió ocupar una silla y escuchar a los intervinientes con atención. Durante siete horas, concurrió en la conferencia que sólo abandonó en los momentos necesarios para alimentar al bebé. También el niño, estuvo pendiente de su mamá, a la que fue a visitar, cuando la niñera lo sacó a tomar un poco de aire en las inmediaciones del centro de conferencias. La Fundación se mostró enormemente agradecida hacia la Princesa por su incondicional apoyo.

Como agradecidos lo están también, aunque por otro motivo, sus conciudadanos daneses y sus compatriotas australianos. Y es que la figura de la princesa Mary parece que ha ayudado a incrementar el turismo en ambos países. Tras los Juegos Olímpicos de Sidney de 2000, los daneses han vuelto la vista a Australia y, según el diario Sydney Morning Herald, los turistas procedentes de Dinamarca que visitan la isla han aumentado en un 23 por ciento. Pero el creciente interés también se ha producido en la otra dirección y los australianos que han viajado al reino escandinavo han aumentado, asimismo, en un 37 por ciento desde 2001.