Mary Donaldson cumple 31 años y sigue a la espera

Por hola.com

Llegó sigilosamente a Dinamarca de la mano del Príncipe heredero hace más de un año cuando los daneses daban por hecho que el compromiso oficial sería anunciado en breve. Lo abandonó todo por amor a Federico. Su casa, su familia, sus amigos y su trabajo y empezó, en un país completamente diferente al suyo, una nueva existencia. Tuvo que aprender el idioma, a convivir con la prensa y acostumbrarse durante los primeros meses (ahora Mary dispone de un apartamento propio) a la soledad de Amaliemborg, la residencia oficial de la reina Margarita, donde el príncipe Federico tiene un ala a parte para él solo. También, a la dureza de los inviernos daneses (tan distinto de las cálidas temperaturas Australianas)... Y, decidida a acortar distancias y a salvar obstáculos, lo ha conseguido.

No obstante, y pese a los avances, Mary continúa a la espera. Siempre lo estuvo. Primero, asegurándose de que su relación fuera realmente sólida y que, al lado del [príncipe Federico], pudiera afrontar con felicidad y seguridad cualquier reto futuro; ahora, después de que el Príncipe haya demostrado abiertamente lo que siente por ella (entrevistas en las que no oculta sus sentimientos, apariciones de la pareja constantes, muestras de cariño en público...), a que la Reina dé su consentimiento.

Cumpleaños solitario
La novia del príncipe Federico, Mary Donaldson, cumple hoy 31 años y celebrará su aniversario a miles de kilómetros de su novio que, después de su viaje de tres semanas a Tasmania, continúa de visita oficial por India en una promoción de negocios del Consejo de Exportación danés. Lo hará sola, apartada por las circunstancias de su amor, pero con la firme esperanza de formalizar de una vez por todas su relación con el Príncipe.

La soberana, recién operada de la espalda, no se ha hecho oír aún; los daneses sin embargo esperan ilusionados que se anuncie próximamente la gran fecha. Tal vez, con la llegada de la primavera, Mary Donaldson y Federico de Dinamarca puedan al fin empezar de verdad el sueño de compartir una vida en común y formar una familia llena de niños correteando ante la escalinata del Palacio.