El príncipe Felipe y su hija, la princesa Elisabeth, han visitado este fin de semana la exposición sobre los polos que se celebra estos días en Bruselas. De este modo la Familia Real ha querido celebrar la inauguración el domingo por la mañana de la estación polar antártica Princesa Elisabeth situada en el Polo Sur. Se trata de de la segunda base polar belga en la zona después de la Estación Balduino que estuvo operativa desde 1957 hasta 1967. Al acto en Utsteinen acudieron el ministro de defensa Pieter de Crem y de ciencia Sabine Laruelle. La base lleva el nombre de la primogénita de los Herederos. El príncipe Felipe, presidente de la Fundación Polar Internacional (IPA), afirmó que la Princesa visitará la estación polar cuando sea mayor ya que el clima de la zona, ayer se llegó a los 20 grados bajo cero, no es aconsejable para la Princesa, de tan sólo 7 años. La Princesa en cualquier caso pudo disfrutar de la muestra en la que hay una réplica de la estación que lleva su nombre. La Estación Polar Elisabeth ha costado alrededor de 21 millones de euros, tres veces más de lo que se presupuestó en un primer momento. En esta moderna base se desarrollarán diversos proyectos científicos, entre los que destaca un ambicioso proyecto en torno al calentamiento del planeta.
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