Los Karadjordjevic, o lo que es lo mismo, la Familia Real de Serbia, se reunió el pasado fin de semana para celebrar el acontecimiento que esperaban con tanta ilusión: la boda del príncipe Alejandro y Vesna Jelić, que a partir de ahora ostenta también el título de princesa y el tratamiento de Alteza Real. Tras varios años de discreta relación, el nieto del último rey de Yugoslavia se casó el 20 de septiembre con la dentista. Como telón de fondo del gran día no eligieron Serbia ni tampoco Alemania, donde viven. Apostaron por España, concretamente Villamanrique de la Condesa, localidad sevillana que supone la puerta del Parque Nacional de Doñana y que tiene un gran simbolismo para el novio.
Para el príncipe Alejandro, que está emparentado con el rey Carlos III y la reina Sofía, era importante continuar con la tradición familiar. Sus padres, el príncipe Alejandro y la princesa María da Gloria de Orleans y Braganza, duquesa de Segorbe, se casaron en este mismo lugar. Además, tanto él como su hermano mellizo, el príncipe Felipe, fueron bautizados en ese mismo escenario. Por tanto, quiso regresar a un sitio tan importante para seguir sumando recuerdos inolvidables.
La ceremonia fue oficiada por el vicario obispo Pedro de Toplica, enviado del Patriarca Porfirije de Serbia; y el padre Dusan Erdelj, arcipreste Stavrophorus de la parroquia de San Pedro y San Pablo en Andalucía. Los padrinos fueron los hermanos de los contrayentes: el príncipe Felipe y Aleksandar Jelić. La novia estaba radiante con un vestido de línea A con sobrefalda desmontable en encaje, cuello de cisne y cola que añade volumen a la falda; prenda interior en blanco con escote cuadrado; y velo de tul a dos alturas.
"Les deseamos a todos mucha felicidad, prosperidad, respeto, comprensión mutua y, sobre todo, ¡amor! El linaje de los Karadjordjevic está vivo, creciendo y floreciendo. No hay mayor alegría para mí que presenciar esto y poder compartirlo con Vesna y Alexander, así como con toda nuestra familia. ¡Que su matrimonio sea feliz, lleno de alegría y bendecido por Dios!", dijo el príncipe Alejandro, heredero al trono, sobre el importante paso que ha dado su hijo menor.
La pareja evitó hacer una gran celebración, considerando que no sería apropiada dada la compleja situación actual en Serbia, por eso organizaron una boda reducida a la que convocaron a sus familiares más cercanos. Por parte del novio estuvieron sus padres, separados desde 1985, con sus respectivas parejas: la princesa Katherine de Serbia y el duque de Segorbe, Ignacio Medina y Fernández de Córdoba, arquitecto y restaurador, además de presidente de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. El aristócrata es el padre de sus dos hermanas pequeñas: la condesa de Ampurias, Sol Medina; y la condesa de Ricla, Luna Medina. También estuvo su hermano mayor, el príncipe Pedro, y su mellizo, el príncipe Felipe, que fue con su esposa, Danica de Serbia.
Dos semanas antes tuvo lugar la ceremonia civil, que hasta ahora no había trascendido. Se casaron en el Palacio Real de Belgrado el 6 de septiembre, una fecha muy ligada a la historia de Serbia. Ese mismo día, pero en 1923, nació el rey Pedro II, abuelo del novio. Como testigos eligieron al doctor Džihan Abazović, experto en medicina de renombre mundial, y a Uroš Parezanović, jefe de Relaciones Públicas y Protocolo de la Familia Real de Serbia.
No hay una fecha fijada, pero sí tienen claro que más adelante volverán a Serbia para hacer una gran celebración en compañía de familiares y amigos. Además, hay motivos por los que brindar más allá de su unión. Katherine de Serbia, esposa de Alejandro de Serbia, ha superado un cáncer de páncreas que le diagnosticaron el año pasado. Durante diez meses ha recibido tratamiento en el Memorial Sloan Kettering de Nueva York y en el UPMC de Pittsburgh. El Príncipe, padrino de bautismo de Teodora de Grecia, también está recuperado del cáncer de próstata, un diagnóstico que mantuvo en secreto hasta 2024, cuando habló públicamente de su caso movido por el ejemplo de Carlos III, su primo y amigo.