Llegó al mundo hace 26 años en Vöcklabruck, Austria, convirtiéndose en la única hija en común de la princesa Carolina de Mónaco y el príncipe Ernesto Augusto V de Hannover, nacido apenas seis meses después de su discreta boda. Alejandra Carlota Ulrica Maryam Virginia -nombres que hacen honor a su herencia familiar- posee a través de su padre títulos como princesa de Hannover, duquesa de Brunswick y Luneburgo y princesa de Gran Bretaña e Irlanda, aunque Alemania, Irlanda y Reino Unido ya no reconocen esos títulos oficialmente.
Aunque no protagoniza portadas cada semana ni hacen alarde de su relación en redes sociales, hace más de siete que Alejandra de Hannover conoció el amor. Ben-Sylvester Strautmann y ella se conocieron en 2016, cuando ella tenía solo 17 años, y desde entonces forman una de las parejas más estables del panorama royal europeo. Pese a su juventud, la hija menor de Carolina de Mónaco ha demostrado una sorprendente madurez en su relación, construyendo una historia de amor sólida, elegante y alejada del foco mediático.
Él, de origen alemán y exjugador de baloncesto semiprofesional, estudió en el prestigioso Lycée Albert I de Mónaco y más tarde en Milán. Actualmente está vinculado al mundo de la empresa y es un habitual de los eventos culturales monegascos, aunque mantiene un perfil bajo de cara a los focos. Alejandra ha encontrado en Ben-Sylvester un apoyo constante y discreto. Un amor joven, pero maduro que hace pensar constantemente en una boda cercana.
Una relación bendecida por la familia Grimaldi
Desde el inicio, Carolina de Mónaco ha dado su aprobación a la relación. No es raro ver a Ben-Sylvester acompañando a Alejandra en celebraciones familiares, como el tradicional Baile de la Rosa o los festejos del Día Nacional de Mónaco. También han asistido juntos a bodas y eventos de la realeza europea, en los que siempre destacan por su complicidad y estilo sobrio.
A lo largo de los años, también se ha visto a la pareja de vacaciones en lugares como Sicilia, el lago de Como o la Riviera francesa, casi siempre en compañía de amigos íntimos o familiares. Sin embargo, han logrado mantener su intimidad con notable éxito.
¿Habrá boda?
A pesar de los rumores que cada verano reaparecen, no hay compromiso oficial. Alejandra ha afirmado en alguna ocasión que se siente demasiado joven para casarse, una postura comprensible teniendo en cuenta que acaba de cumplir 26 años y ha priorizado su formación y vida profesional.
Aun así, su historia con Ben-Sylvester ha superado ya los siete años, una cifra que pocos jóvenes royals alcanzan con tanta discreción y estabilidad. Para muchos, es cuestión de tiempo que la pareja dé un paso más. Pero si algo ha quedado claro es que ellos prefieren marcar su propio ritmo.
Alejandra de Hannover, quien combina el estilo moderno de las nuevas generaciones royals con la elegancia heredada de la familia Grimaldi, no está comprometida ni tiene planes de boda a corto plazo, ya que ambos coinciden en que aún es pronto para dar ese paso.