Aquel primer afectuoso saludo del Primer Ministro inglés a la por aquel entonces recién estrenada Primera Dama francesa durante la visita de ella a la capital británica como acompañante de su esposo, el presidente Nicolás Sarkozy, ya prometía hace un año una excelente relación entre los dos gobernantes y sus esposas. Ayer volvió a ponerse de manifiesto la buena sintonía entre ambos matrimonios durante un nuevo encuentro, esta vez en la capital francesa. El mandatario galo y Carla Bruni invitaron a los Brown a una cena informal en su residencia privada.
Anfitriones e invitados se rindieron a una improvisada rueda de prensa de camino a la casa y posaron sonrientes antes de cenar para los fotógrafos allí congregados. Unos instantes en los que fuimos testigos del entusiasta saludo del primer ministro Gordon Brown y su esposa, Sarah, a la pareja presidencial gala, así como de la amistad entre ambas parejas. Y, especialmente, de la buena relación entre las damas -Sarah de rojo y Carla, más recatada, de negro y gris- que enseguida se pusieron a conversar entre ellas.
No restó seriedad la distendida velada a los temas de discusión de los mandatarios. El Primer Ministro inglés reveló su intención de tratar con el líder francés la situación del conflicto en Gaza, la búsqueda de maneras de terminar el flujo de armamentos y aliviar la crisis humanitaria allí.
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