La Familia Real sueca disfruta de unos días de descanso en Saint-Tropez

Por hola.com

Sol, buena gastronomía, amigos cercanos y cientos de buenas razones para veranear, un año más, cerca de Saint-Tropez, en Saint-Maxime. Los Reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, han vuelto este año, por ahora en solitario, y diez días antes del cumpleaños de su hija mayor, la princesa Victoria de Suecia, a disfrutar de las aguas y la calma que les brinda villa Mirage, una mansión erigida frente al Mediterráneo, que heredó la Familia Real sueca del duque de Hallandm, hace ya siete años.

El amor por el mar
Toda la Familia Real comparte un inmenso amor por el mar y los deportes que se pueden practicar en él. Cada verano se puede ver a los príncipes suecos disfrutar con el esquí acuático y otras disciplinas. Pero, entre todas, la navegación a bordo de su yate, el Polaris. Estos días, la reina Silvia, a la que se puede ver paseando siempre discreta, con sencillos trajes veraniegos, y su esposo, el rey Carlos Gustavo, están disfrutando intensamente de la navegación con buena compañía, la de los amigos que contribuyen al buen funcionamiento de unos días de merecido descanso.

Discretos paseos por Saint-Maxime
Los soberanos escandinavos disfrutan no sólo del mar, también de la tranquilidad de pasear por una pequeña villa provenzal, llena de luz y de blancas siluetas. Por eso, no es extraño encontrarse a los Reyes caminando, casi de incógnito, por las estrechas calles de la villa, buscando en las pequeñas boutique algún recuerdo que les haga recordar, en los fríos días del invierno sueco, su sueño francés.