Zara Phillips ama a los suyos y respeta las tradiciones de su familia, las peculiaridades de su abuela, la reina Isabel II, y las genialidades de su madre, la princesa Ana. Sin embargo, este respeto no le impide renovar, dar un aire nuevo, invitar al futuro a toda la familia Windsor con su peculiar estilo que ya está siendo muy comentado.
En su primera juventud, asustó un tanto a la Familia Real por su estilo alocado, sus coqueteos con los piercing y otros complementos propios de los más atrevidos. Pero, con los años, y tal vez gracias a esa relación estable con el jinete Richard Johnson, Zara Phillips ha sabido, sin renunciar a sus particularidades, devolver elegancia y glamour a las estancias de palacio para alegría de su abuela, la Reina.
La princesa, conocida por su sonrisa perenne y su pasión por la vida, ama, como su madre, el campo y los animales, en especial los caballos. Por eso, se lanza a la aventura de competir en una prueba de tres días, como ya hiciera su madre hace un cuarto de siglo. Se trata del Campeonato Europeo de Jóvenes Jinetes (la princesa tiene 21 años) que se celebrará próximamente en Wiendorf (Austria). Como dice un experto en la carrera de Badminton: "Zara es muy profesional y pone mucha dedicación". Trabajo, pasión y genética... Todo un reto equiparable a su deseo de dar un nuevo aire a la corte británica.
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