"A Grace le interesaba la astrología. Un libro sobre el asunto le había dicho que nunca podría llevarse bien con hombres géminis. Cuando descubrió que Raniero lo era, le dio un ataque de pánico, pero aceptó a la primera la proposición de matrimonio de Rainiero".
"Para la opinión pública se trataba del romance del siglo, pero detrás de las bambalinas se estaban desarrollando tensas negociaciones: Raniero exigía una dote de 2 millones de dólares, porque era la tradición en Mónaco. Jack Kelly lo rechazó de plano, ante lo que Grace se ofreció a pagarla de su propio bolsillo. Al final pagaron padre e hija a medias. También fue difícil llegar a un acuerdo de contrato prematrimonial, en el que, entre otras cosas, se estipulaba que Grace debería renunciar a sus hijos en caso de divorcio".
"Rainiero quería que las cosas se desarrollaran de forma discreta, pero eso era imposible, con Grace Kelly como una gran estrella. Eso le disgustó extremadamente. Jack Kelly le dijo: "Tú harás las cosas como quieras en tu reino o lo que sea, pero aquí tenemos nuestro modo de hacer las cosas, así que ésta te la vas a tener que tragar, amigo".
"No revele los secretos de mis aventuras amorosas"
"En la conferencia de prensa celebrada para anunciar el compromiso, el padre se levantó en un momento determinado, se dirigió a su hija y le puso la mano en el hombro; Grace le miró con una sonrisa y le acarició la mejilla".
"A la biógrafa que estaba escribiendo su extraordinaria historia le dijo: "No quiero estropear su libro pero, por favor, no revele los secretos de mis aventuras amorosas previas a mi matrimonio". Era 1976, y sus escarceos eran desconocidos en Mónaco. Decía que cómo iba a recomendar a sus hijas que no tuvieran aventuras con hombres casados, como ella hizo, si se daba a conocer su pasado".
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