Cuando Suecia vive la tradicional alegría de ver a su Familia Real presidir la ceremonia de entrega de los Premios Nobel; cuando la princesa olvida su complicada relación con Erik Granath y retoma las ganas de vivir de la mano de Jonas Bergström; cuando los medios de comunicación de medio mundo la proclaman como una de las princesas más bellas del siglo XXI, Magdalena de Suecia ha dejado de sonreír durante unas horas: un grupo de delincuentes estaba planeando el secuestro de la hija pequeña de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia.
El 11 de diciembre salió a la luz un caso que llevaba investigando durante meses la policía sueca. Los secuestradores sabían de la costumbre de la Princesa de salir a pasear sin escolta por las calles de Estocolmo y articularon un plan, frustrado gracias a una llamada que interceptaron los cuerpos de seguridad.
Tras el susto, la princesa Magdalena ha vuelto a sonreír. Eso sí, más acompañada que nunca. A partir de este momento no saldrá sin sus guardaespaldas... Un nuevo periodo para una princesa enamorada.
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