Tailandia funciona bajo un régimen de monarquía constitucional. Sin embargo, Bhumibol es la persona más poderosa de esta nación. En las calles de las distintas ciudades abundan sus retratos y en las salas de cine los asistentes siempre se ponen de pie cuando pasan un breve documental sobre su vida como preámbulo de las películas.
En Tailandia, quien hable mal de él o de su familia comete un delito y puede ser condenado a hasta 15 años de cárcel. Asimismo, películas como Ana y el Rey están prohibidas, al estar consideradas como irrespetuosas con el monarca. Por eso, hace tres años, cuando se grabó la segunda versión de la cinta, el Gobierno no permitió que se grabaran escenas en Tailandia. El guión era, para ellos, un "insulto" a la monarquía que junto con el budismo, es el pilar fundamental de la estabilidad de Tailandia.
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