La historia de amor de la princesa Kalina de Bulgaria y el explorador Kitín Muñoz

Por hola.com
EN UNA TIENDA DE CAMPAÑA AL LADO DEL MAR
La relación, de hecho, quedó confirmada en el transcurso del año 2001, cuando fueron fotografiados junto a [la reina Margarita] en el Puerto Olímpico de Barcelona. Kalina, princesa enamorada, esperaba y compartía ya, por entonces, las largas jornadas "marineras" de su futuro esposo -trasladó sus pertenencias a una tienda de campaña al lado del mar y al lado de Kitín- quien por esas fechas vivía inmerso en la puesta en marcha de la tercera expedición Mata Rangi III. La nave con la que pretendían surcar los lejanos océanos y con la que, no pudo finalmente cruzar el Atlántico, a pesar de que en sus mástiles ondeaban el escudo real que le regaló el Rey de España -como gesto de apoyo a la expedición- y la bandera que le entregó el rey Mohammed VI en Sidi-Ifni (Marruecos), su tierra natal. La ciudad en la que, Kalina de Bulgaria, vestida con todos los atributos y adornos de las mujeres bamrani, tomó posición oficial a su lado amadrinando la embarcación.

Mirando más allá de las fronteras
A sus 30 años cumplidos, Kalina ha encontrado en Kitin Muñoz al verdadero compañero. Una persona con la que mirar más allá de las fronteras tradicionales porque, ni antes ni ahora ha aceptado, aún siendo, al parecer, la preferida del rey Simeón, ser tan sólo una princesa.
Al igual que sus hermanos, y aún habiendo nacido en Madrid, -no obtuvo la nacionalidad española hasta que cumplió la mayoría de edad (enero 1972)- fue educada, como todos ellos, en la disciplina, el sentido de la justicia, del trabajo y de la responsabilidad. Como ha reconocido alguno de sus hermanos fueron formados para no ser "príncipes de opereta", heredaron la ropa de sus hermanos mayores y, en la escuela, usaron el apellido Rylski, (proviene del monasterio de Rila en Bulgaria) para que el Sajonia Coburgo Gotha, sus apellidos, no llamara demasiado la atención en el Liceo francés donde estudiarían todos.