Cuando los peques se frustran o viven una situación en la que les invade el malestar, “lo canalizan como pueden, y es que no es que no sepan hacerlo, es que no pueden”, asegura Rocío Yllas, Asesora de crianza consciente y disciplina positiva, y experta en Altas Capacidades (@crianza_conectada).
Cuando los niños viven situaciones difíciles, que incluso para los adultos son complicadas de gestionar en ocasiones, como es una pelea con un amigo, su cerebro no sabe gestionarlo y tampoco tiene las herramientas para hacerlo. Por tanto, en primer lugar, debemos entender cómo funciona su cerebro para poder conectar con él y comprender su comportamiento y, en segundo lugar, como padres, saber cuándo intervenir y cómo hacerlo, cuando sea necesario.
La etapa del ‘por qué’: cómo responder a todas sus preguntas