Y, por último, la experta recomienda el siguiente juego “Emociónate con el juego de las preguntas”.
Dinámica: “En una situación donde veas a tu hijo atrapado en una emoción (tristeza, ira, frustración, miedo, etc) es bueno que encuentres un momento tranquilo, en un entorno seguro para él, e iniciéis una conversación más trascendente. Es posible que en ese momento tu hijo no consiga abrirse o te diga que no pasa nada. En ese caso, busca otro momento en un futuro cercano, pero no abandones si ves que hay algo allí importante que le está generando comportamientos no adecuados o no habituales en él o ella. Escucha tu intuición y estate atento a su lenguaje no verbal y las señales que da de manera inconsciente: cansancio, insomnio, irritación, bajada del rendimiento escolar, falta de apetito, desmotivación…”, recomienda.
Algunas preguntas que puedes utilizar para facilitar a tu hijo que hable son las siguientes, según aconseja la experta:
- ¿Qué te ocurre?
- Te noto ausente, nervioso, apagado. ¿Es así como te sientes? Si no, ¿cómo te sientes?
- ¿Cómo lo definirías tú? Nombra una emoción (puedes ayudarte del “emocionario”)
- ¿Qué crees que te provoca esta emoción? ¿Qué te causa este malestar? ¿Qué te fastidia?
- ¿Qué te duele? ¿Qué no funciona en tu vida?
- ¿Qué es lo peor de esta situación? ¿Qué te resulta difícil?
- Cuéntame todo lo que pasa dentro de ti. ¿Qué metáfora o imagen lo describiría bien?
- ¿Cómo te sientes ahora que sabes un poco más lo que te ocurre?
- ¿Necesitas hablar de algo más?
- ¿Necesitas algo de mamá o papá?
Como nos contaba la experta en puntos anteriores, a medida que tu hijo conecta más con esa emoción, percibirá cómo esta cambia y tu hijo se sentirá cada vez más tranquilo. Eso sí, “es muy muy importante tanto en esta actividad como en las anteriores que no juzgues sus respuestas ni sus emociones, aquí no hay respuestas correctas ni incorrectas, lo que uno siente está bien tal y como lo siente. Así que escucha y autogestiona tus comentarios u opiniones sobre lo que dice tu hijo”. Por último, en vez de pedirle a tu hijo que hable o exprese la emoción en una conversación puedes hacer que la escriba, que la dibuje o que la transmita cómo el lo sienta necesario “y desde allí en ocasiones es más fácil conversar. También puede expresar con el cuerpo lo que siente, bailando o con cualquier tipo de movimiento. Observa a través de qué canal tu hijo se expresa o transmite mejor”.