La salida del colegio es, para los niños, uno de los mejores momentos del día. Vuelven con sus padres o cuidadores, se van a jugar al parque, a realizar las actividades extraescolares que les gustan y, aunque tengan que hacer los deberes, vuelven a casa. Aún les queda mucho día por delante, por lo que reponer fuerzas es indispensable. La merienda se convierte, por tanto, en algo más que organizar dentro de nuestra rutina diaria. Y no podemos dejar que sea una comida repleta de calorías, preparada con prisas y sin tener en cuenta que es una ingesta que ha de ser igual de saludable que las demás. Y es que, España cuenta ya con una prevalencia de obesidad infantil y juvenil de un 14,2%, la tercera tasa más alta de Europa según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo por detrás de Grecia e Italia. Los dos principales motivos son el sedentarismo y la falta de buenos hábitos alimenticios. Y la merienda no debe quedarse fuera de ellos, por lo que hay que evitar alimentos procesados con altos niveles de azúcar y calorías vacías.