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Es Tendencia

Crianza

El increíble poder de bailar juntos y otros 4 hábitos cotidianos que refuerzan la conexión emocional con tus hijos, según la experta Beatriz Crespo


Los padres de la generación actual se informan y leen sobre crianza más que nunca, pero no siempre consiguen unir sus emociones a las de sus hijos. ¿Y si hubiera una forma muy sencilla y al alcance de todos para lograrlo?


Madre e hija mirándose en la playa con complicidad© Adobe Stock
19 de agosto de 2025 - 14:11 CEST

En la crianza hay ventanas de oportunidad, pequeños momentos cotidianos que pueden ayudar mucho más de lo que parece en un principio a forjar una conexión emocional con los hijos. Son pequeños hábitos que tienen muchos beneficios y que ayudan a crear vínculos profundos entre padres e hijos, a fortalecer la autoestima y a reducir tensiones sin añadir más obligaciones al día a día.

Así lo explica la Dra. Beatriz Crespo, doctorada en Medicina y Alto Rendimiento Deportivo, en su libro Microhábitos Saludables (Ed. Penguin Random House), y que trabaja hace más de 20 años en el campo de la medicina preventiva y personalizada. ¿Cuáles son sus sencillas propuestas para ese acercamiento emocional padres-hijos?

Frente a modelos de crianza basados en premios y castigos, los microhábitos saludables nos devuelven en menos de 2 minutos al vínculo real: ese que no exige perfección, solo presencia

Dra. Beatriz Crespo, autora de 'Microhábitos saludables'

Hábitos breves y sencillos con mucho poder

La paternidad está llena de exigencias, por eso la Dra. Beatriz Crespo no plantea nuevas rutinas sino "recordar que el amor también se demuestra en lo mínimo". Según explica, los microhábitos saludables que propone en su libro funcionan en la crianza, "porque no exigen más tiempo, solo más intención. Son sostenibles, expansivos y profundamente humanos. Frente a modelos de crianza basados en premios y castigos, los microhábitos saludables nos devuelven en menos de 2 minutos al vínculo real: ese que no exige perfección, solo presencia”.

Muchos padres viven el día a día con su hijos con culpa y con sobrecarga. En este sentido, la propuesta de la Dra. Beatriz Crespo no incide en ello sino que trae alivio "porque es una forma de priorizarte tomando decisiones fáciles de llevar a cabo en tu día a día que te aportan una recompensa y placer inmediato, dando prioridad a la crianza de los tuyos sin estrés, ni esfuerzo”.

Beatriz Crespo© Beatriz Crespo

5 microhábitos sencillos para disfrutar en familia

Estas son las propuestas de la autora para forjar esa unión familar profunda, casi sin darnos cuenta:

Guiñar un ojo con intención: "Hazlo durante una actividad compartida, como una señal secreta de complicidad. Este gesto no verbal tiene efectos positivos en el desarrollo emocional, social y cognitivo de bebés y niños. En la adolescencia, refuerza además la empatía y la conexión silenciosa".

Lavarse los dientes juntos y terminar con un "choque de sonrisas": "Un ritual diario que se transforma en juego, vínculo y construcción de emociones saludables entorno al cuidado personal. Las neuronas espejo favorecen con este microhábito la sincronía emocional entre miembros de la familia, lo que crea memoria afectiva, incluso cuando cada uno esté solo frente al espejo".

Madre e hija lavándose los dientes felices© Adobe Stock

Bailar una canción por la mañana al despertar o compartir cascos para escuchar la misma canción: "Uno tú, otro tu hijo: Ideal para los fines de semana (o entre semana). Estos microhábitos relacionados con la música favorecen la comunicación emocional, la empatía y los recuerdos positivos entre generaciones. Estudios longitudinales han encontrado que los niños y adolescentes que crecen con estos microhábitos en su seno familiar tienden a mantener relaciones más estrechas y satisfactorias en la adultez. Además, reducen la ansiedad, mejoran el estado de ánimo y establecen una estructura emocional positiva en todos los miembros que los comparten", detalla la experta.

Madre e hija bailando juntas felices© Adobe Stock

Enviar un mensaje de afecto por WhatsApp o dejar un post-it en el espejo del baño: "Un 'confío en ti', 'me encanta cómo piensas' o un corazón dibujado cuando aún no saben leer. Da igual la edad: funciona. Son píldoras de validación emocional que, gestionadas de forma equilibrada y respetuosa en la adolescencia, fortalecen la autoestima y la autoaceptación de cada miembro de la familia potenciando la regulación positiva del estrés y la ansiedad".

Oler la comida antes de probarla: "Invita a tus hijos a cerrar los ojos y oler la comida antes del primer bocado. El olfato está conectado con el sistema límbico, donde habitan las emociones y los recuerdos. Este microhábito estimula el desarrollo sensorial, refuerza el vínculo emocional en torno a la mesa y favorece la aceptación de nuevos sabores. Comer se convierte así en una experiencia compartida, curiosa y consciente".

Además de estos, la autora propone otros diferentes en su libro que se pueden adaptar a otras circunstancias, según la edad y las distintas dinámicas familiares. 

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