Cada año se producen en España 45 casos de muerte súbita inesperada del lactante. Hablamos de ella cuando, generalmente durante el sueño, se produce el fallecimiento sin causa aparente de un menor de un año.
A pesar de que España es uno de los países con menor tasa de este desgraciado suceso, se ha constatado un aumento de fallecimientos por sofocación accidental, aunque el índice global de muertes por esta razón sí ha bajado.
¿Qué factores son los que actúan de protectores frente a la muerte súbita del lactante? ¿Y cuáles pueden aumentar el riesgo? Los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) aportan las claves.
Ante una situación de hipoxia (falta de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo) o hipercapnia (niveles de dióxido de carbono en la sangre más altos de lo normal) en un lactante vulnerable, se produciría un fallo de los mecanismos de autorresucitación, de los reflejos quimilaríngeos o de los microdespertares, que conduciría a la muerte.
La teoría del triple riesgo
Según la literatura médica, en la muerte súbita del lactante, o muerte súbita inesperada en lactantes (MSIL), puede considerarse la teoría del triple riesgo, donde uno de ellos es evitable:
- Suele ocurrir en recién nacidos con una patología subyacente, lo que los hace especialmente vulnerables. "Tras la realización de una minuciosa investigación postmortem, que incluye la práctica de la autopsia, el examen del lugar del fallecimiento y la revisión de la historia clínica, suelen encontrarse causas metabólicas, cardíacas, infecciosas, traumáticas, sofocación o intoxicación, entre otras, aunque no siempre se termina conociendo el motivo", revelan desde la AEP.
- Sucede, por lo general, en los primeros seis meses de vida, que es una etapa crítica del desarrollo.
- Es habitual que a estos factores se sume uno externo, "como puede ser el humo del tabaco, dormir boca abajo o el exceso de abrigo", apunta la AEP.
Tal como alerta la Dra. Isabel Izquierdo Macías, jefa del Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia: "Algunos de estos casos podrían ser evitables". Y explica por qué se produce este fallecimiento: “Ante una situación de hipoxia (falta de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo) o hipercapnia (niveles de dióxido de carbono en la sangre más altos de lo normal) en un lactante vulnerable, se produciría un fallo de los mecanismos de auto resucitación, de los reflejos quimilaríngeos o de los microdespertares, que conduciría a la muerte”.
¿Cuándo hay más vulnerabilidad?
En un estudio llevado a cabo en la Comunidad Valenciana y liderado por la Dra. Izquierdo, se han investigado 132 casos de muerte súbita inesperada en lactantes ocurridos en esa región entre el 2006 y el 2017.
Las conclusiones son que el pico de mortalidad se produce entre el primer y segundo mes de vida y que afecta más a los niños que a las niñas.
Con respecto a cuándo sucede el fallecimiento, lo habitual es que se produzca durante las horas del sueño, más a medianoche y a primera hora de la mañana. También se ha constatado que el registro crece en los meses fríos: durante otoño e invierno. Pero la conclusión principal es que en el 81% de los casos, los bebés estaban durmiendo en un ambiente de sueño inseguro.
Además, tras una segunda etapa de los investigadores en la que informaban a los padres de las medidas a tomar para evitar la muerte súbita del lactante, los estudiosos confirmaron que, a pesar de esas indicaciones, había un bajo grado de conocimiento sobre cómo proteger a los bebés.
“Los mensajes de prevención parecen no llegar adecuadamente a la población, hay que conseguir un impacto mayor en toda la sociedad. El personal sanitario debe asesorar y educar, y resulta imperativo reimpulsar campañas masivas de formación y prevención a lo largo del embarazo y todo el periodo neonatal”, destaca la Dra. Isabel Izquierdo.
6 medidas claves para proteger al bebé
Los consejos de la Asociación Española de Pediatría para garantizar un sueño seguro en el lactante son los siguientes:
- Posición: el bebé debe dormir siempre boca arriba.
- Lugar para dormir: en la cuna, con un colchón duro y sábanas ajustables. "Deben evitarse los objetos en la cuna, así como el colecho en camas, sofás o superficies blandas y multicompartidas, especialmente en menores de 4 meses, prematuros y de bajo peso", insisten.
- Alimentación: la lactancia materna protege al bebé frente a la muerte súbita.
- Temperatura: hay que evitar el sobrecalentamiento. Y en esto influye la temperatura de la habitación, cómo se viste al bebé y la ropa de cama que se usa.
- Revisiones: son importantes tanto los controles de la madre durante el embarazo, como "proteger al bebé mediante vacunación, siguiendo las pautas vigentes".
- Chupete: "varios estudios científicos confirman que el uso del chupete para dormir, debido a algún mecanismo que aún no se ha identificado, reduce el riesgo de MSIL".
Además, los especialistas de la AEP insisten en dos cuestiones importantes. Por un lado, "debe evitarse el humo del tabaco, el alcohol y las drogas, tanto prenatalmente como postnatalmente", ya que son factores que aumentan el riesgo de muerte súbita. Y por otro, no aconsejan utilizar monitorización domiciliaria de forma rutinaria.