Bebé durmiendo boca arriba en la cuna©AdobeStock

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¿Qué factores intervienen en la muerte súbita del lactante?

El síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS) afecta, aproximadamente, a uno de cada mil nacimientos. Un 20% de los casos responde a factores genéticos. ¿Qué otros elementos intervienen y cómo prevenirlos?

La muerte súbita del lactante es un suceso devastador para las familias. Se define como el fallecimiento de un bebé menor de un año sin que haya explicación. En la mayoría de las ocasiones el fatal desenlace ocurre por la noche mientras el pequeño está durmiendo. Es la primera causa de mortalidad en la franja de edad que va desde el nacimento hasta los 12 primeros meses en los países desarrollados.

Gracias a la investigación, se sabe que, aproximadamente, uno de cada cinco casos responde a alteraciones genéticas. ¿Cómo actuar entonces? Y ¿qué otros factores tienen importancia que se pueden prevenir?

Los factores genéticos en la muerte súbita

Cuando se analiza el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS) se observa que intervienen varios elementos. “La evidencia disponible sugiere que el SIDS es el resultado de una combinación de condiciones biológicas, genéticas y ambientales. Muchas de estas condiciones genéticas afectan al corazón y al sistema nervioso”, apunta la Dra. María Valverde Gómez, cardióloga especialista en enfermedades cardiacas hereditarias de Health in Code. Estas alteraciones genéticas pueden ser heredadas o aparecen por primera vez en el bebé que sufre la muerte súbita.

En casos en que se ha producido algún otro evento de este tipo en familiares de primer grado, los estudios genéticos podrían ayudar a identificar la causa y a determinar el riesgo de que vuelva a producirse en otro bebé. Hay que tener en cuenta que el porcentaje del 20% de bebés que sufren muerte súbita del lactante por causas genéticas es similar al de muerte súbita inexplicada del adulto.

“En alrededor de un 20% de los casos de SIDS se identifica una mutación causal”, indica el Dr. Juan Pablo Ochoa, director de Cardiología de Health in Code. ¿Qué se puede hacer en esos casos? “La identificación de una variante patogénica asociada a la muerte súbita permite que las familias portadoras tengan toda la información posible a la hora de realizar una planificación familiar”, indica el experto.

En una investigación realizada por Health in Code se puso de manifiesto el papel de las canalopatías en la muerte súbita del lactante. Estas son enfermedades que provocan arritmias cardiacas y que se transmiten de padres a hijos a través de una mutación celular.

Bebé de meses dormido en la cuna©AdobeStock

¿Qué medidas tomar para prevenir la muerte súbita del lactante?

La muerte súbita del lactante afecta a un niño de cada mil nacimientos. La tasa de mortalidad disminuyó a partir de la década de los 90 del pasado siglo, gracias a una serie de recomendaciones preventivas que consiguieron reducir la tasa de fallecimientos. No obstante, esta no se ha modificado en los últimos años, por lo que los expertos sospechan que aún puede haber factores no identificados que estén influyendo en su aparición.

Entre las medidas que han demostrado su eficacia y que son aconsejadas para el conjunto de la población están las siguientes:

Dormir boca arriba

El bebé no debe dormir de lado ni boca abajo. Siempre boca arriba. Es una de las pautas más importantes para evitar el SIDS. Si hay alguna regurgitación, el bebé podrá girarse para no comprometer su respiración. Es así excepto cuando esté diagnosticada alguna alteración como reflujo gastroesofágico grave o malformaciones en las vías respiratorias. En estos casos serán los especialistas quienes indiquen la mejor posición para que el niño duerma. Para el resto, el bebé siempre debe colocase boca arriba al dormir. Cuando está despierto, y para que cambie y ejercite otras posiciones, se puede poner boca abajo, siempre bajo la supervisión del adulto.

Cuna firme

Las superficies blandas, como los sofás, y los colchones sin firmeza son un peligro a la hora de prevenir la muerte súbita del lactante. El riesgo se ha cifrado en cinco veces más, en relación a superficies firmes. Además, en la cuna no debe haber ningún otro objeto como peluches, almohadas, juguetes, edredones... por el riesgo de asfixia. Así, las sábanas deben estar muy bien encajadas y lo recomendable es no tapar al bebé más allá de la mitad del abdomen para que no haya posibilidad de que la cabeza quede atrapada.

Condiciones adecuadas en la habitación

La habitación del bebé no debe sobrepasar los 18-20 ºC de noche para garantizar su seguridad. Un entorno demasiado cálido puede resultar peligroso para él. Esto implica no abrigarlo en exceso. Además, desde hace unos años, la Academia Americana de Pediatría recomienda que el pequeño duerma en la habitación de los padres hasta que tenga 12 meses de edad, como un factor protector. Eso sí, la habitación ha de estar completamente libre de humos (ninguno de los progenitores puede fumar en ella e, idealmente, en ninguna estancia de la casa).

Seguimiento del embarazo y del periodo neonatal

Para evitar la muerte súbita, la madre ha de seguir los controles pertinentes del embarazo y acudir con el recién nacido a las revisiones estipuladas. Es muy importante que no fume durante la gestación y que no esté expuesta al humo del tabaco de ningún modo.

Lactancia materna y chupete

La lactancia materna es uno de los factores que más ayuda en la prevención de la muerte súbita. Las recomendaciones son ofrecerle leche materna al menos hasta los seis meses de edad (en este periodo es cuando se concentran la mayoría de desenlaces fatales que tienen que ver con la muerte súbita). Con respecto al chupete, parece también un elemento protector, pero no hay que obligar al niño a tomarlo si no lo quiere. Darle el pecho es un protector con más fuerza que el chupete.

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