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Bebé niña sonríe en verano© Getty Images/Tetra images RF

Verano

Dr. Eduardo Junco, pediatra, sobre cómo evitar la deshidratación de los bebés: “Si la lactancia es con leche materna, lo importante es que la madre esté bien hidratada”

Los padres deben estar atentos a posibles pérdidas excesivas de agua en el bebé o el niño por sudoración, así como a la sensación de sed y a la sequedad de la piel y las mucosas


22 de julio de 2025 - 16:39 CEST

Los climas cálidos y secos actúan sobre el organismo del bebé y del niño aumentando sus necesidades de agua y, por tanto, aumentando su consumo. La temperatura ambiente elevada propia del verano produce un aumento de la sudoración y, en consecuencia, mayor pérdida de agua y sales a través del sudor. El ambiente cálido y seco en exceso reseca la piel y las mucosas, le deshidrata e induce un aumento en su sensación de sed.

Lactancia en verano: cómo mantener bien hidratado al bebé

El lactante se alimenta exclusivamente con un alimento líquido, la leche, la cual contiene, en su composición, los nutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas) y un 87% de agua. Sus necesidades de agua están, pues, cubiertas con el alimento que habitualmente consume.

Cuando la lactancia se realiza con leche materna, lo importante es que la madre esté bien hidratada, que beba abundante cantidad de líquidos, para que su leche contenga la cantidad de agua adecuada a las necesidades del bebé. Si la lactancia es con leche de fórmula, una manera muy fácil de aportar más líquidos a su dieta consistiría en diluir los biberones añadiendo más agua a la dilución de la leche en polvo. De 10 a 15 ml más de agua por biberón.

Las necesidades de agua del bebé aumentan en verano por el incremento de la pérdida de líquidos, al perder agua por aumento de la sudoración. Las madres deberán estar atentas a las pérdidas aumentadas o al síntoma de la sed -ya que esta aumenta en el inicio de la deshidratación-, así como a la sequedad de la piel y de las mucosas, para iniciar el aporte de suplementos hídricos en la dieta.

Alimentos ricos en agua que ayudan a prevenir la deshidratación infantil

En la dieta de los niños mayorcitos, a partir del primer año de vida, el agua es un componente básico de los alimentos líquidos y también entra a formar parte, en mayor o menor proporción, de todos los alimentos sólidos. El agua como bebida y el agua ingerida a través de los alimentos representan cantidades muy parecidas y se suelen compensar en la dieta diaria.  Las verduras y las frutas frescas son los alimentos sólidos que contienen más cantidad de agua, mientras que los más secos y que contienen menos agua son las semillas, los cereales y los frutos secos.

Las madres deberán estar atentas a las pérdidas aumentadas o al síntoma de la sed , así como a la sequedad de la piel y de las mucosas

Dr. Eduardo Junco

Afortunadamente, la mayoría de los alimentos sólidos consumidos por los niños durante los primeros años de vida son blandos y con alto contenido en agua y, como a esas edades ya saben manejar la sensación de sed, suelen consumir el agua que necesitan a demanda.

La sed en los niños

A través de la ingestión de alimentos sólidos, de alimentos líquidos y de agua, los niños ingresan todo el líquido que necesitan para mantener su organismo bien hidratado. Cuando por el calor aumentan las pérdidas o disminuyen los ingresos de agua, el niño siente sed y bebe más.

La sed es una sensación que provoca el deseo de beber. El aumento de la osmolaridad del plasma sanguíneo induce a los centros nerviosos que están en nuestro cerebro la sensación de sed. Además de este mecanismo principal, la sequedad de la mucosa de la boca y del aparato digestivo es otro estímulo muy importante para desencadenar la sensación de sed.

Madre coge a su bebé en la playa en verano© Getty Images

Cómo prevenir la deshidratación del lactante y del niño

La mejor forma de prevenir la deshidratación del niño en ambientes muy cálidos es ofrecerle con frecuencia agua suficiente. Es más, que el niño beba más agua, aunque no tenga sed. Además, es fundamental seguir las siguientes recomendaciones:

  • Procurar ofrecerle con frecuencia pequeñas cantidades de agua en épocas de calor.
  • Hacerle beber previamente a la realización de ejercicio físico o de practicar deporte, para recuperar el agua pérdida, después de realizarlo.
  • En ambientes muy cálidos, a veces pueden superar los dos litros de agua por día.
  • Protegerlo del sol y mantenerlo en ambientes sombreados, frescos y ventilados.
  • Aumentar la ingesta de alimentos líquidos, como sopas, gazpachos, infusiones, sorbetes.
  • Aumentar la ingesta de alimentos sólidos ricos en agua, como ensaladas, melón, o sandía.
  • Usar ropa ligera y transpirable y protegerlo del sol por medios físicos.

Hidratación por fuera: gestos clave para el bienestar infantil en verano

Aunque la hidratación se realice de forma correcta a través de la ingestión de agua, es adecuado tener en cuenta que el agua exterior, ya sea en forma de baños marinos, duchas, humidificación ambiental, aerosoles o agua pulverizada, es muy beneficiosa para la piel y para las mucosas.

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