La evidencia científica es clara: la educación sexual integral en niños y adolescentes contribuye a reducir las conductas sexuales de riesgo, como el inicio precoz de las relaciones, el número de parejas sexuales, y fomenta el uso de los anticonceptivos. Así se pone de manifiesto tras analizar investigaciones internacionales de los últimos 30 años sobre este tema.
En España, y según datos del Instituto de la Juventud, la media de inicio de las relaciones sexuales está en los 16,2 años, mientras que la masturbación comienza sobre los 12 años y el sexo oral, sobre los 14,2 años. ¿Están preparados a esa edad para el sexo?
Siempre es mejor que reciban información de calidad y contrastada a que busquen por su cuenta en internet o a través de la pornografía
El papel de los pediatras en la educación sexual
"Los pediatras tienen una oportunidad de oro para educar en sexualidad desde la consulta, de forma natural y respetuosa, desde que los niños tienen uso de razón”, defiende la psicóloga Ana Lombardía. La experta ha insistido en el 71º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en que la educación sexual no fomenta las conductas sexuales precoces, sino que permite tomar decisiones informadas y con más responsabilidad. Es la manera de que niños y adolescentes tengan una base real de conocimientos que les permitan enfrentarse a la sexualidad de la mejor forma.
"La educación sexual no es solo dar charlas: a veces con acciones ya se está educando, como por ejemplo llamando a los genitales por su nombre, sin diminutivos o apelativos que sugieran tabúes; o pidiéndoles permiso para ser palpados en las revisiones, haciéndoles sentir cómodos en todo momento y dando a entender que ellos son los únicos dueños de su cuerpo”, insiste la especialista. Y añade: "Siempre es mejor que reciban información de calidad y contrastada a que busquen por su cuenta en internet o a través de la pornografía".
Cuando la fuente de información es la pornografía
Según el estudio Consentimiento sexual en la adolescencia. Influencia del consumo de la nueva pornografía en la toma de decisiones, del que es autora la Dra. Ester Barrios Mira, vocal del Comité de Bioética de la AEP, el adolescente que consume pornografía de forma habitual tiene un mayor riesgo de basar sus relaciones sexuales en la desigualdad y el trato vejatorio, así como de practicar relaciones sexuales sin protección y ser víctima de acoso cibernético y violencia sexual.
"La carencia de educación afectivo-sexual integral, centrada en identidad y orientación sexual, valores y respeto al otro; unido a la exposición temprana a la pornografía, que normaliza un trato ofensivo, vejatorio y con un consentimiento ausente, pone en riesgo a la infancia y adolescencia, que adquiere conocimientos y desarrolla conductas sexuales inapropiadas”, enfatiza la Da. Barrios. En este sentido, recalca el valor de la educación sexual: “Educar es dotar de espíritu crítico a la persona. El silencio también educa".
Un decálogo para fomentar una buena salud sexual desde niños
En el citado estudio se recoge un decálogo con la intención de que niños y adolescentes puedan disponer de una buena salud sexual, esquivando los riesgos inherentes a una mala formación:
- La libertad sexual es un derecho fundamental que se debe fomentar y educar desde la infancia.
- La educación afectivo-sexual no debe circunscribirse a conocimientos de biología y enfermedad, se debe ampliar a conocimientos, actitudes, valores y comportamientos sexuales en los individuos.
- En el periodo de educación obligatoria, la educación afectivo-sexual debe ser un proceso continuo y obligatorio y así debe recogerse explícitamente en el temario.
- El silencio también educa, la sexualidad no puede ser un tema tabú para la infancia.
- El pediatra debe aconsejar a los padres hablar de sexualidad con sus hijos/as, utilizando términos correctos y evitando eufemismos que puedan confundir al menor.
- Existen factores de riesgo en la adolescencia relacionados con el consumo adictivo de la pornografía, en los que el pediatra debe poner el foco para evitar su uso problemático.
- Los mecanismos de control de acceso a la pornografía deberían ser más restrictivos, la mera declaración de la mayoría de edad no debería ser suficiente condición.
- La autonomía se fomenta desde la infancia, la participación activa en la toma de decisiones es el camino hacia el menor maduro.
- Se debe fomentar la alfabetización pornográfica, el visualizado critico en entornos cercanos (familia, aula) de imágenes sexuales explícitas puede contribuir a un mejor conocimiento de los riesgos derivados de ella.
- Son necesarias medidas que contribuyan a hablar de sexualidad de forma abierta y respetuosa en entornos cercanos de forma que el adolescente acceda a la relación sexual de forma libre y madura, entendiendo que solo consiente aquel que desea.