La asfixia es una de las principales causas de mortalidad infantil, sobre todo entre niños de uno a cinco años. Es así porque sus habilidades motoras y de deglución no están del todo desarrolladas y porque a esa edad es habitual la exploración oral mediante el juego: el niño se lleva a la boca lo que quiere conocer. Hablamos de atragantamiento cuando la vía área se obstruye por un cuerpo extraño, que puede ser comida, un trozo de un objeto, una pieza pequeña de un juguete... Esta oclusión suele ser total o parcial y plantea una situación muy comprometida para el niño y las familias o los adultos que estén al cargo.
Tal como comenta el Dr. Gonzalo Zeballos, miembro del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría (CSV-AEP) y experto de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, los atragantamientos suceden, sobre todo, cuando el niño está comiendo y en momentos de celebración, ya que hay comida y juguetes, suele haber muchas personas, los niños se mueven mucho y es posible que corran con comida en la boca y la distracción es superior. Repasamos con él la manera correcta de reaccionar.
Solo hay que intentar extraer el objeto extraño de la boca cuando se ve claramente que está ahí; si no, puede ser contraproducente
¿Qué tiene mayor riesgo de atragantamiento?
Cuando el niño está jugando o comiendo, los padres deben estar vigilantes y no deben permitirles correr ni reírse con alimento en la boca. Los pequeños no saben avisar de que se están atragantando y los niños algo mayores pueden no pedir auxilio, sino agarrarse el cuello, pues se quedan sin voz. Estar atentos a estas circunstancias es clave para evitar una evolución fatal. No obstante, hay que prestar más vigilancia en estos casos, como destaca el CSV-AEP:
- Frutas y verduras: La zanahoria y la manzana crudas no se deben dar hasta los 3-6 años, porque son muy difíciles de tragar. Se ofrecerán trituradas, hervidas o al horno. En el caso de la zanahoria, si se realiza baby led weaning, esta debe quedar tan hervida que sea posible aplastarla totalmente con el tenedor, ya que aun cocida puede haber atragantamientos mortales. Otros alimentos como arándanos, uvas, cerezas, aceitunas y tomates cherry se servirán siempre sin hueso y cortados en cuartos o en tiras alargadas para minimizar el riesgo de atragantamiento. La piña es muy fibrosa, por lo que se ofrecerá en trozos muy pequeños.
- Carnes y pescados: El jamón serrano y las carnes que tengan mucha fibra hay que evitarlas o bien cortarlas en trozos muy pequeños, desprendiendo la grasa. Salchichas, salchichón o fuet se cortarán de forma longitudinal y en trozos muy pequeños, pero nunca se darán al niño ni en rodajas ni enteros. Con el pollo, el pavo y es pescado hay que revisar con minuciosidad que no haya huesos ni espinas.
- Golosinas y frutos secos: Caramelos duros, gominolas, chicles y palomitas de maíz son productos con alto riesgo de atragantamientos hasta los 3-6 años. Igual sucede con los frutos secos enteros que, sin embargo, sí se pueden ofrecer triturados.
- Juguetes: Los menores de 3-5 años no deben tener acceso a juguetes con piezas pequeñas o que se desprendan, incluyendo las pilas de botón. Los objetos redondeados y lisos, como las monedas o las canicas pueden obstruir por completo la vía respiratoria. Por otro lado, no se les debe dejar jugar con bolsas de plástico, con botones ni con globos, pues si se aspiran al intentar inflarlos o son inhalados al romperse constituyen un gran peligro. Los muñecos o peluches deben tener costuras resistentes y felpa corta y el relleno no debe contener ni bolitas ni semillas pequeñas ni poder descomponerse en elementos de menos de 5 centímetros. Los juguetes no solo deben ser revisados al comprarlos, sino también cada cierto tiempo.
Qué no debes hacer ante un atragantamiento infantil
Uno de los errores más comunes es meter el dedo en la boca al niño para intentar extraer el objeto. Pero, como advierte el Dr. Zeballos, "solo hay que extraerlo así cuando el objeto se ve claramente en la boca; si no, puede ser contraproducente, ya que se va hacia adentro".
Por otro lado, algunas personas soplan al niño en la cara cuando hay un atragantamiento. Es erróneo igualmente. "Soplar en la cara produce apnea por reflejo y no ayuda, sino que puede empeorar la situación", destaca. De la misma forma, levantar al niño por los pies para que el cuerpo extraño salga de la vía aérea es ineficaz y peligroso.
Cómo actuar si el niño se atraganta
Lo que determina la mayor o menor gravedad de la situación es que el niño sea capaz de toser, algo muy bueno, pues "la maniobra más eficaz para la desobstrucción es la tos", como comenta el pediatra. En este caso hay que dejarlo que tosa.
Si el niño no puede toser, o la tos no es eficaz, pero está consciente, se pide ayuda al entorno o al 112. Si el cuerpo extraño se ve en la boca y es accesible, se retira con los dedos en forma de gancho. Luego se realizan 5 golpes en la espalda (entre las escápulas), seguidos de 5 compresiones abdominales (maniobra de Heimlich) en mayores de un año. Cuando estamos ante un lactante, se empieza con los 5 golpes en la espalda y luego se sigue con 5 compresiones torácicas. Habría que repetir estas maniobras hasta que el niño expulse el objeto o se recupere o hasta que pierda el conocimiento.
Si el niño directamente está inconsciente, se realizan de entrada maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, contactando de inmediato con el servicio 112, y continuando con ellas hasta que llegue el soporte médico.
"A pesar de que el niño se recupere, siempre tiene que ser examinado luego en un centro médico para evaluar que no queden secuelas", añade el especialista.