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Los profesionales de la salud mental llevan ya tiempo advirtiendo del alarmante aumento de trastornos mentales en adolescentes y jóvenes en los últimos años. De hecho, la prevalencia de la ansiedad y la depresión se ha duplicado desde la pandemia del COVID, como refleja el estudio Inquietudes, preocupaciones y salud mental de la juventud en España, de la Fundación Atalaya. Dentro de esa tendencia al alza, hay algo que llama la atención y es que las tasas de trastornos de salud mental es mayor en las chicas que en los chicos adolescentes.
Así lo puso de manifiesto, en el XXIII Seminario Lundbeck, celebrado en Sitges (Barcelona) el 29 y el 30 de mayo, el Dr. Lorenzo Armenteros, médico de AP en Centro Salud Islas Canarias de Lugo y miembro del Grupo de trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). El Dr. Armenteros compartió en su ponencia datos del Ministerio de Sanidad y de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y que ponen de manifiesto que las chicas de 11 a 18 años con ansiedad o con depresión son el doble que los chicos de su edad. En concreto, el 23,2% de las chicas padecen ansiedad, frente al 12,2% de los chicos; en lo que a la depresión se refiere, la tienen diagnosticadas el 17% de las chicas, mientras que en los chicos la prevalencia del diagnóstico se reduce al 7,3%.
Las niñas suelen padecer más los trastornos internalizantes: todo lo que tiene que ver con depresión, con trastornos de ansiedad, los trastornos de conducta alimentaria, etc.
“En los más pequeños, están más homogeneizadas las tasas de ansiedad y depresión entre niños y niñas y, a partir de la adolescencia, en las mujeres la prevalencia es más alta que en los hombres”, detalla la Dra. Elisa Seijoo, psiquiatra infantil y de la adolescencia y responsable de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Infanto-Juvenil en el Hospital Universitario Central de Asturias. “En la adultez también se mantiene más o menos” esa mayor prevalencia.
© Getty Images¿Por qué hay más chicas con ansiedad y depresión?
¿Qué explica esa mayor prevalencia de problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión en las chicas que en los chicos? “Hay razones biológicas, hay razones de exposición y hay razones de maduración”, responde la psiquiatra infantojuvenil.
Comenta que la creencia de que las chicas se comunican más es cierta, que efectivamente son capaces de poder hablar más de lo que sienten, pero son internalizantes. “Es la clasificación tan clásica de internalizante y externalizante; a los niños se les atribuyen más trastornos de conducta y actuaciones más bruscas, más llamativas… y las niñas suelen padecer más los trastornos internalizantes: todo lo que tiene que ver con depresión, con trastornos de ansiedad, los trastornos de conducta alimentaria, etc.”.
La diferencia de género existe en toda la Sanidad
“Es cierto que las chicas son mucho más maduras que los chicos, encuentras un grado de madurez en niñas superior al de muchos niños”, añade el Dr. Armenteros. “Eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes: se someten a mucha más presión y más riesgo y tiene estas consecuencias en edades más tempranas”.
El médico de familia especialista en salud mental comenta que las preocupaciones de los niños son muy diferentes y pone como ejemplo el caso de una madre que fue a consulta con su hijo por trastornos del sueño y resultaba que el menor no podía dormir porque no sabía si el Madrid ficharía a Mbappé; como no podía escuchar los programas deportivos de la tarde por sus horarios de clase y de estudio, se quedaba a la repetición de la madrugada para intentar averiguarlo. “Era un niño y su máxima preocupación era eso”.
Necesidades diferentes entre chicos y chicas a la hora de abordar problemas de salud mental
“La diferencia de género existe en toda la Sanidad”, afirma el Dr. Armenteros. “Hay un sesgo diferencial que debemos tener en cuenta. No podemos hacer lo mismo ni poner el mismo tratamiento a chicos y a chicas”. Y subraya que este sesgo diferencial está presente tanto en la salud mental como en otras áreas de la medicina: “de la misma manera hablamos de salud mental, tendríamos que hablar hasta de la hipertensión. Todo se ha centralizado en estudios y una ciencia androgénica que ha olvidado a las mujeres durante muchos años”.
Además, a la hora de abordar el tratamiento, el especialista recalca que no siempre es posible separar la ansiedad y la depresión, pues ambas patologías suelen estar muy unidas. Por un lado, los síntomas más asociados a la ansiedad son el nerviosismo, la irritabilidad o un trastorno del sueño; por otro lado, los compatibles con la depresión suelen ser el consumo de sustancias, baja autoestima o el aislamiento social, pero en muchas ocasiones todos esos síntomas se dan en un mismo adolescente.
En cualquier caso, ya se trate de chicas o de chicos, hay que prestar atención a si está más aislado de sus iguales o incluso de la familia. “Si algo podemos destacar en los jóvenes, cuando nosotros los tenemos en consulta, es que tiene un aislamiento; esto verdaderamente identifica que algo está ocurriendo”.
