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Niña con autismo con insomnio en su cama© Adobe Stock

Trastornos del sueño

Autismo y sueño: nuevos protocolos médicos para abordar el insomnio en niños y adolescentes

Los problemas de sueño son muy frecuentes entre los niños y los adolescente con trastornos del espectro del autismo (TEA). Sin embargo, en muchos casos no reciben la atención que merecen. Nuevos protocolos en Medicina del Sueño plantean cómo abordar eficazmente el insomnio en este colectivo.


29 de mayo de 2025 - 17:20 CEST

El 85% de los niños con TEA y el 81% de los adolescentes con esta condición tienen al menos un síntoma de insomnio, fundamentalmente escaso tiempo total de sueño a lo largo de la noche y una latencia de sueño muy alta, esto es, el tiempo que necesitan para pasar a la primera fase del sueño desde la vigilia es muy elevado. Son datos de la 'Encuesta nacional sobre los problemas de sueño en pacientes con trastorno del espectro autista (TEA)', presentada recientemente en la 33ª Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño (SES).

Estas cifras son muy superiores a las que muestran los niños sin trastornos del espectro del autismo, donde el insomnio está entre un 20-25% en niños y entre un 25-35% en adolescentes. Además, el insomnio tiene muchas implicaciones sobre los síntomas de las personas con TEA. Los expertos indican que, pese a su alta prevalencia, este problema está infradiagnosticado e infratratado. ¿Cuáles son las últimas recomendaciones al respecto?

Tratar correctamente el insomnio mejora no solo el sueño sino también los síntomas diurnos del TEA

Dr. Gonzalo Pin, especialista en sueño infantil

El insomnio en menores con TEA: un problema poco diagnosticado

“Los trastornos de sueño en general y el insomnio en particular son un problema infradiagnosticado de manera habitual en pacientes TEA", indica Pura Ballester Navarro, investigadora de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), que ha estudiado el problema. Así, tan solo entre el 2 y el 5% de los encuestados en el estudio anteriormente citado contaban con un diagnóstico de estas alteraciones a la hora de dormir.

Entre las causas de esta falta de diagnóstico, la investigadora cita que ciertos síntomas del insomnio pueden confundirse con manifestaciones propias del autismo, o ser enmascarados por este. Además, algunas de las alteraciones que acompañan al autismo, como el trastorno por ansiedad o los problemas gastrointestinales, también pueden provocar modificaciones en el sueño.

No obstante, Pura Ballester destaca que el diagnóstico es "fundamental", ya que "el sueño es una necesidad fisiológica vital de nuestro organismo" y porque diversos estudios “correlacionan el sueño deficiente con un empeoramiento de los síntomas de las personas TEA”. Cuando estos problemas de insomnio no son atendidos en la infancia o la adolescencia hay mucho riesgo de que se cronifiquen en la edad adulta, por eso, la investigación ha revelado que el porcentaje de mayores de edad con TEA y con al menos un síntoma de insomnio es del 63%.

Niño autista con insomnio en la cama© Adobe Stock

Un nuevo consenso para tratar los problemas de sueño en menores con TEA

Liderado por la Sociedad Española del Sueño (SES) y por la Asociación Española de Pediatría (AEP), y con la colaboración de otras asociaciones médicas, se ha creado el 'Consenso sobre el tratamiento del insomnio en personas con trastorno del espectro autista menores de 18 años'. Es el primer documento de este tipo tanto a nivel español como europeo y en él se recogen pruebas de valoración objetivas y subjetivas para un correcto diagnóstico, además del abordaje a considerar dependiendo del problema de sueño: si es un insomnio que se presenta a la hora de conciliar el sueño o bien si aparece con despertares a mitad de la noche en los que hay dificultades para volver a dormirse.

“Tratar correctamente el insomnio mejora no solo el sueño sino también los síntomas diurnos del TEA, de manera que el tratamiento del insomnio en menores con TEA es una intervención crucial que puede modificar favorablemente el curso y la gravedad del trastorno, mejorar significativamente la calidad de vida del paciente y su familia, y optimizar las posibilidades de desarrollo y aprendizaje durante etapas críticas del neurodesarrollo”, ha explicado el Dr. Gonzalo Pin, coordinador del Comité de Sueño y Cronobiología de la AEP y miembro del grupo de trabajo de Pediatría de la SES.

En su opinión, "el papel del pediatra de Atención Primaria es fundamental en el diagnóstico precoz y tratamiento de los principales trastornos del sueño. Su posición privilegiada le permite realizar un seguimiento continuado del desarrollo infantil, identificando precozmente desviaciones y problemas en el patrón de sueño que podrían pasar desapercibidos”.

Adolescente con autismo con síntomas de sueño por problemas de sueño© Adobe Stock

Medidas para tratar el insomnio en menores con TEA

“El diagnóstico adecuado y el establecimiento de normas de higiene de sueño específicas para este trastorno es necesario e imprescindible, pero no es suficiente. Por ello debemos instaurar un tratamiento dirigido a conseguir un patrón de vigilia y sueño razonablemente óptimo”, señala la Dra. Milagros Merino, presidenta de la Sociedad Española de Sueño. No obstante, reconoce que buscar la "noche perfecta" es “tremendamente difícil” en estos niños, por lo que también es importante “ajustar las expectativas” que tienen los padres.

El Consenso establece una serie de indicaciones para ello. Así, tanto en el insomnio de conciliación como en el de mantenimiento, la primera opción de tratamiento serían las medidas de higiene de sueño y la terapia cognitivo conductual, acompañadas por suplementación con hierro oral en el caso de que los niveles de ferritina en sangre sean menores de 50 mg/L. “Si estas no son eficaces, será necesario recurrir a otras opciones”, especifica la Dra. Merino.

En este sentido, la siguiente indicación sería el uso de melatonina pediátrica de liberación prolongada frente a un insomnio de inicio y mantenimiento o solo de mantenimiento, con dosis inicial de 2 mg y ajustes progresivos hasta 10 mg. Si con este tratamiento no se describe una mejoría, se plantearía el uso de alimemazina, clonidina o risperidona a las dosis indicadas en el documento, que debe prescribir el médico.

Cuando hablamos solo de insomnio de inicio, la indicación es usar melatonina de liberación inmediata con dosis inicial de 5 mg y con ajustes, en caso de que sean necesarios, hasta 7 mg; y en algunos casos puede estar indicado el uso de suplementos de triptófano. Será el especialista el que vaya guiando sobre cómo abordar cada situación en concreto y sobre qué tipo de fármacos o suplementos hay que utilizar para mejorar el problema.

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