Doctora con una radiografía de una niña©AdobeStock

Pediatría

Radiografías, resonancias y TAC en niños, ¿qué debes saber?

Las pruebas de imagen se pueden realizar al niño desde que es bebé si hay indicación para ello. Muchos padres tienen miedo de que las radiaciones sean perjudiciales, pero hay un estricto control sobre este tema.

Ya sea para descartar cualquier alteración o por ejemplo ante un accidente, un traumatismo o una caída, las pruebas de imagen como la resonancia magnética (RM), la radiografía y la tomografía axial computarizada (TAC o TC) se utilizan con niños e incluso con bebés.

Hemos recurrido al Dr. Ignacio Barber Martínez de la Torre, médico radiólogo, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y presidente de la Sociedad Española de Radiología Pediátrica (SERPE), para que nos cuente cómo se aplican estas técnicas en la población pediátrica.

¿Cuál es la diferencia entre las distintas técnicas?

Radiografía, resonancia magnética y TAC utilizan distintos elementos para visualizar la zona corporal que tienen que analizar. Así, la radiografía simple y la TC utilizan rayos X (radiaciones ionizantes), mientras que la resonancia magnética “no utiliza esta radiación sino un campo magnético y pulsos de radiofrecuencia”, indica el experto.

Dependiendo de qué haya que ver: huesos, tejidos... el médico indicará la realización de una u otra. Pero hay que tener en cuenta que “los niños son más sensibles que los adultos a los efectos indeseados de los rayos X, por lo que la utilización de la resonancia magnética se considera más segura”, advierte.

La radiografía y la TC son procedimientos que duran menos, pero en la resonancia magnética se emplea más tiempo, por lo que cuando esta última se realiza a niños pequeños, habitualmente por debajo de cinco o seis años, precisa antestesia o sedación, ya que hay que garantizar que estén totalmente quietos durante toda la prueba.

“La anestesia es un procedimiento médico seguro, pero no exento de riesgos o de posibles efectos adversos. Lo más importante es conocer los riesgos y las ventajas de cada una de estas técnicas de imagen, utilizarlas de forma justificada y optimizando su adquisición para minimizar sus efectos adversos”, subraya el radiólogo. “Cuando una prueba diagnóstica está justificada y optimizada puede realizarse a cualquier edad”, concluye.

Niña delante de máquina de resonancia©AdobeStock

¿Hay un número máximo de pruebas que se deba hacer en niños?

Hay que tener claro que, aunque ninguna de estas pruebas está exenta de efectos biológicos indesados, “su estricto control hace que los beneficios de su utilización superen en mucho los riesgos relacionados con esos efectos”, comenta el Dr. Ignacio Barber.

De hecho, los efectos negativos de la radiación se producen en dosis muy elevadas “que muy difícilmente se pueden conseguir mediante sistemas de diagnóstico por imagen”. Por eso, cuando estos procedimientoes están justificados por un equipo médico con participación de un radiólogo, “no existe un límite en el número de radiografías o TC que puedan realizarse a un paciente”, señala.

Aunque se habló hace un tiempo de implantar un documento personal que fuera recogiendo la cantidad de radiaciones recibidas por un niño a lo largo de su vida, no se ha hecho realidad aún. No obstante, “los sistema de imagen que utilizan radiación ionizante ofrecen la información de la dosis de radiación administrada”. Además, hay programas que recogen y analizan informáticamente esta información, “lo que permitiría un registro personal de la dosis de radiación acumulada procedente de las pruebas de radiodiagnóstico”, asegura, por lo que existen las herramientas para poder poner en marcha el citado documento.

¿Cómo debe prepararse un niño antes de una prueba de imagen?

La gran mayoría de las pruebas de imagen no necesita de ninguna preparación específica. Si hace falta anestesia o sedación, será el anestesista el que previamente indique los pasos a seguir.

“Actualmente tampoco se recomienda realizar ayuno antes de una prueba de imagen, exceptuando situaciones muy concretas”, resalta el presidente de SERPE. Sí es importante que el niño esté preparado psicológicamente para la prueba y se le dé a conocer lo que va a suceder, para que la afronte “sin angustia, sin llanto y sin movimiento”.

En algunas ocasiones, sobre todo con niños muy pequeños y en caso de radiografías, los padres suelen entrar también en la sala para tranquilizarlos o procurar que estén quietos. En ese caso se les provee de un delantal de protección y es muy importante no acceder si la madre está embarazada o tuviera cualquier duda de que puede estarlo.

¿Hay alguna contraindicación a la hora de realizar estas pruebas en niños? “En el caso de la resonancia magnética, existen contraindicaciones absolutas como el ser portador de un dispositivo no compatible con el campo magnético (marcapasos o algunos implantes quirúrgicos)”, relata el radiólogo. Por su parte, tanto en radiografías como en TC no hay contraindicaciones absolutas, aunque si se utiliza contraste endovenoso en la TC “puede estar contraindicada en el caso de alergia”.



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