Bebé con problema en la piel mientras le echan crema©AdobeStock

Salud

¿Qué síntomas tiene el impétigo en niños y cómo se trata?

La piel de los más pequeños es más delicada que la de los adultos, por lo que está más expuesta a sufrir problemas como el impétigo, que es frecuente en los primeros años de vida. ¿En qué consiste? ¿Cómo es de contagioso?

Eczemas, moluscos, enfermedad mano-pie-boca, dermatitis atópica... no es raro que los niños pasen por distintas afecciones dermatológicas. Una de las más habituales es el impétigo que, por si fuera poco, resulta muy contagioso.

Para saber cuáles son las vías de transmisión y cómo debe tratarse hemos recurrido al Dr. Antonio Clemente, dermatólogo y miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿Qué es realmente el impétigo?

El impétigo es una infección de la piel que está causada por una bacteria. En la mayoría de las ocasiones es un estafilococo, en concreto, el Staphylococus aureus.

Se presenta con más frecuencia en niños pequeños, antes de los cinco años, aunque también puede afectar a más mayores e incluso a adultos. La razón es sencilla: “La piel de los niños es menos resistente a las infecciones que la de los adultos; a partir de la adolescencia cambia su composición y se hace más resistente”, indica el experto.

Las manifestaciones más habituales del impétigo son pequeñas ampollas, que resultan muy frágiles y se rompen enseguida y que son muy superficiales. “Cuando se rompen aparecen otras lesiones exudativas con costras amarillentas”, algo muy característico en el impétigo, como recuerda el Dr. Clemente.

El pediatra o el dermatólogo lo pueden diagnosticar clínicamente, sin más pruebas, o solicitar el análisis de una muestra para dar con la bacteria concreta que lo ha provocado y confirmar que es impétigo.

¿Qué niños tienen más riesgo ante el impétigo?

Los niños, especialmente cuando juegan al aire libre, suelen tener arañazos y pequeñas heridas. Pues bien, esta es una puerta de entrada para el impétigo. Las bacterias se ‘cuelan’ por esa zona de la piel que no está en buen estado y provocan la infección.

Por el mismo motivo, aquellos que tienen dermatitis atópica tienen más riesgo de impétigo. “Al tener alterada la función barrera de la piel, es más fácil que estos niños cojan más infecciones víricas o bacterianas como en este caso del impétigo”, comenta el especialista de la AEDV.

De hecho, cuando se trata un impétigo hay que determinar si hay una dermatitis atópica de base, ya que si solo se trata el primero, el niño continuará teniendo lesiones porque la causa que facilitó la infección, la dermatitis atópica, no ha sido abordada. Es un caso que se ve con relativa frecuencia en la consulta, como apunta el Dr. Antonio Clemente.

Médico observando la piel de una niña©AdobeStock

¿Cuál es el tratamiento ante el impétigo?

Al tratarse de una bacteria, el tratamiento ante el impétigo es siempre antibiótico. Dependiendo de la extensión de las lesiones, se administra o un antibiótico tópico sobre la piel, o un antibiótico oral si se han extendido mucho.

El impétigo puede aparecer por cualquier parte del cuerpo, pero se ve mucho alrededor de la boca y la nariz, y también en las orejas, además de en las extremidades: brazos y piernas. En algunos niños puede trasladarse a la zona del pañal o a cualquier otra.

“Hay que poner el tratamiento lo antes posible, porque, bien tratado, el impétigo deja de ser contagioso bastante rápido, en pocos días”, confirma el dermatólogo. Las lesiones pueden resultar molestas para el niño, pero rara vez, cuando está sano, evolucionan a otras complicaciones. “En niños inmunocomprometidos, con las defensas bajas, sí existe el riesgo de que el impétigo se pueda agravar, pero en personas sanas es muy difícil”, tranquiliza.

Al igual que sucede cuando hay cualquier otra inflamación en la piel, después queda una zona rojiza. Para evitar las manchas, es recomendable usar protección solar sobre ellas.

¿Por qué es tan contagioso el impétigo?

Entre niños pequeños, el impétigo se contagia muy fácilmente, pues la mayoría tienen alguna ‘puerta de entrada’ libre en forma de heridas. “Es mucho más fácil que se lo pasen entre hermanos a que se contagie de hijos a padres”, destaca el especialista.

También es habitual que el niño, al rascarse, vaya diseminando la infeccion por otras partes de su cuerpo. Por eso, es fundamental extremar la higiene y administrar un tratamiento adecuado lo antes posible. Así, cuando el menor tenga alguna lesión en la piel cuyo origen los padres no sean capaces de determinar, hay que acudir al médico para hacer un diagnóstico, en lugar de automedicar en casa.

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