Madre feliz con su bebé en brazos©AdobeStock

Crianza

¿Realmente hay paridad en el cuidado de los hijos?

La crianza, al menos en las primeras etapas de la vida, suele recaer en la madre en un porcentaje muy alto de casos. ¿Qué necesitan estas mujeres para poder dedicarse a su bebé cómo él precisa? ¿Qué implica asumir ese rol de cuidadora principal?

Nueve de cada diez mujeres son las encargadas mayoritarias del cuidado de los hijos en casa, según datos del VI Barómetro sobre el Autocuidado de la Población Española, realizado por Pic Solutions. Así, para el 40% de ellas, ocupar el rol de cuidadora principal de los más pequeños supone mucha responsabilidad y llegan a sentir que no están del todo preparadas o informadas. ¿Qué consecuencias tiene todo esto? ¿Qué apoyos necesitan las madres para poder hacerse cargo de su bebé sin sentirse sobrepasadas?

Para saber más de ello, hemos hablado con la Dra. Ana González Uriarte, psiquiatra y coordinadora del Curso de Psiaquiatría Perinatal del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.

Los bebés tienen preferencia por su madre

En etapas tempranas de la vida, el bebé muestra su preferencia por estar con la madre. Así lo revela la teoría del apego. Además, según la psiconeurobiología maternal, “la profunda transformación materna durante la etapa perinatal predispone a sentir deseo de cuidar y estar en contacto con las criaturas”, revela la experta. Es decir, tanto el recién nacido como su madre sentirían esa inclinación para estar juntos. Hay que tener en cuenta que “los bebés conocen profundamente a su madre, con la que están en sintonía psicobiológica”.

Por tanto, en los meses posteriores al parto, la madre desea estar con su hijo, y el hijo con la madre, pero “no debemos olvidar que somos seres vinculares y sociales y la madre no debe estar sola en el cuidado”, apunta la psiquiatra. Tanto ella como los bebés y luego los niños precisan a su vez de “cuidados y apoyo del padre o la pareja de la madre, del contexto familiar, social y político... Y ser descargadas de otras tareas (domésticas, laborales...)”.

Madre y padre observando a su bebé©AdobeStock

La sobrecarga de la crianza

Criar a un bebé es una tarea muy exigente: los bebés tienen unas necesidades de cuidado físico y emocional que requieren “sensibilidad, disponibilidad, presencia, continuidad en el cuidado y compromiso”. Sin embargo, “las madres en general están dotadas de las estructuras neuropsicobiológicas para que la crianza sea gozoza, entrañable y saludable”, subraya la Dra. Ana González. Es como si la naturaleza, a través de distintos mecanismos, favoreciera ese vínculo para poder llevar a cabo los cuidados.

Pero, a menudo, las madres se sienten sobrepasadas. ¿Dónde está el problema? “Donde la madre ‘no llega’ han de llegar los demás, la comunidad. El estrés no regulado ni acompañado es el mayor factor de riesgo de esta etapa”, advierte la especialista del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. Así, insiste en la importancia de cuidar a la madre para que pueda cuidarse y cuidar. “Hay que mirar la sobrecarga que supone asumir todas las otras tareas, domésticas, laborales, de cuidado del resto de la familia, las expectativas depositadas en las mujeres...”, insiste.

Por otra parte, no hay que olvidarse de que cada mujer llega a la experiencia de la maternidad con una historia propia que puede tomar gran protagonismo en esa etapa. “A menos recursos y más estrés, mayor riesgo para la madre, el bebé y toda la familia”, destaca. “La crianza puede ser gozosa y entrañable, aunque no depende solo de las madres”, resalta.

Una baja maternal insuficiente

En España, tanto la madre como el padre tienen derecho a una baja maternal o paternal de 16 semanas. En el caso de la madre, para la especialista, es “claramente insuficiente”, y esto puede repercutir en la experiencia de la crianza. Así lo explica.

  • La madre es la que experimenta la enorme transformación que supone concebir, gestar, parir y la capacidad de amamantar a su bebé. Todo su cuerpo y su mente están absolutamente comprometidos en el proceso.
  • La madre necesita suficiente permiso retribuido para recuperarse, reubicarse y poder vincularse y criar con calma.
  • Los bebés conocen profundamente a su madre, con la que han estado en simbiosis, y la expectativa como mamíferos ultrasociales que somos es seguir en relación con ella. El bebé necesita a una madre suficientemente tranquila y segura.
  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses (y los bebés que no son alimentados con lactancia materna también necesitan la presencia materna y el cuidado cercano y continuo de sus madres).

“Inicialmente es la diada madre-bebé la que necesita el apoyo y cuidado del padre, de su familia, de su red. Madre y bebé no han de estar solos. El padre es fundamental como sostén y también en su propio vínculo específico con el bebé, pero sin usurpar el lugar de la madre”, alerta. Por ello reivindica que los permisos de los que disfrute el padre o la pareja de la madre no sean a costa de “no ampliar los de las madres, que es lo que ha ocurrido en España. Hay que ampliar primero el permiso de las madres”.