Madre acostada con su bebé dormido©AdobeStock

Bebés

¡Sí, existe! Encuentran la fórmula infalible para dormir a un bebé

El sueño infantil es uno de los grandes enigmas para los padres recientes. Cada recién nacido es un mundo, y a veces cuesta entender sus necesidades de descanso. Por eso, un grupo de científicos ha estudiado cuál es la manera más eficaz para lograr que los bebés se duerman.

En la literatura sobre paternidad, el sueño es uno de los temas estrella. Hay manuales que explican con detalle cómo descansa el niño, otros que abordan técnicas o métodos de ‘entrenamiento’ del sueño... Todos ellos responden a una necesidad: la que tienen los padres de conjugar su propio descanso con los cuidados del bebé.

Para la mujer, que acaba de dar a luz y está en un momento de alta vulnerabilidad, el posparto, no descansar lo suficiente es extremadamente duro. También, en otra medida, para el otro progenitor. Por eso, se suele buscar a la desesperada alguna manera de conciliar el sueño del pequeño con el suyo.

Es, además, una preocupación universal y que se produce en muchas culturas. Por eso, un grupo de científicos del Centro de Ciencias del Cerebro del Instituto Riken, en Japón, ha investigado hasta lograr descubrir una fórmula con la que los más pequeños caen rendidos en los brazos de Morfeo.

El efecto del movimiento sobre el sueño

Los científicos de este estudio partían de una base: los bebés tienen una clara reacción cuando son mecidos, o bien en brazos o bien en un cochecito. Es decir, el movimiento les ayuda a serenarse, como, gracias a la sabiduría popular, conocemos todos. Pero, ¿qué otras rutinas deben acompañar a ese movimiento para que el niño alcance el grado de relajación necesaria y se duerma?

En su investigación, que ha sido publicada en el número de septiembre de la revista Current Biology, los autores pidieron a las madres que hicieran cuatro tareas para estudiar el comportamiento y las reacciones de los bebés. Por un lado, tenían que llevar al bebé en brazos mientras caminaban, por otra, tenían que mecer al bebé y luego sentarse; en una tercera fase, el niño era dejado sobre la cuna; y finalmente el bebé se colobaba o bien en un cochecito que se desplazaba o bien en una cuna con movimiento.

Todas las reacciones de los bebés fueron monitorizadas a través de un electrocardiograma, que permitió diferenciar cuándo los pequeños se calmaban por estar en contacto con su madre y cuándo por estar en movimiento.

También se grabaron sus expresiones faciales, tanto en lo que se refiere a gestos como a emisiones orales. Los datos de ambos parámetros permitieron saber qué situación serenaba más a los bebés.

Padre con su bebé en brazos©AdobeStock

Una dificultad muy común entre los bebés

Aunque hay niños que desde que nacen duermen sin ningún problema muchas horas seguidas, hay un porcentaje no pequeño que vive otra situación. Así, en el estudio se cita que, aproximadamente, un 20-30% de los lactantes llora en exceso y presenta dificultades para dormir sin motivo aparente.

En niños sanos, esa imposibilidad por conciliar el sueño puede deberse a un exceso de cansancio o de estímulos, o a muchos otros factores que para los padres recientes son todo un misterio. Cuando, además de no conciliar el sueño el bebé tiene episodios de llanto continuados, algunos padres pueden llegar a una situación en la que se sienten sobrepasados. Por desgracia, esto puede llevar a situaciones límite en la que agitan al bebé, provocando el síndrome del bebé zarandeado, que puede ser fatal.

Por este motivo, cuando el bebé tenga dificultades de sueño es importante descartar con el pediatra que no hay ningún condicionante de salud que pueda provocarlo y pedir ayuda si los padres se ven incapaces de manejar la situación.

Tres pasos para conseguir que el bebé duerma

Después de estudiar el comportamiento de los bebés que participaron en el estudio (22 niños entre 0 y 7 meses) y de monitorizar sus reacciones en diferentes supuestos, los investigadores han propuesto esta secuencia para lograr que los lactantes concilien el sueño:

1. Mecer al bebé durante cinco minutos (es una medida efectiva, incluso para los bebés más llorones o demandantes). No basta con tenerlo en brazos: el lactante necesita movimiento.

2. Sentarse con él, manteniéndolo en brazos, entre cinco y ocho minutos. ¿Quién no ha dejado al bebé en la cuna cuando pensaba que estaba profundamente dormido, pero el pequeño ha abierto los ojos inmediatamente? La razón es que en esos primeros minutos el niño está en la fase más ligera del sueño, la etapa inicial, donde es mucho más fácil que se despierte. Además, el cambio en la posición de la cabeza hace que se active su sistema cardiovascular y esto lo lleva a despertarse inmediatamente.

3. Después de esos minutos en que la madre permanece con él en brazos, pero sentada, se puede depositar ya sobre la cuna, pues ha pasado a otra fase del sueño y este será mucho más profundo.

 

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