‘Mindfulness’ para adolescentes, la práctica que les hará reconectar©Istock

Adolescentes

‘Mindfulness’ para adolescentes, la práctica que les hará reconectar

Esta etapa está repleta de cambios físicos y hormonales, las relaciones personales y familiares cambian. Todo puede ser un conflicto. Saber encontrar un momento de conexión interior puede ser fundamental.

La adolescencia es una etapa madurativa repleta de altibajos emocionales, cambios físicos y hormonales que puede llegar a generar auténticos conflictos en casa. Los primeros pasos hacia la madurez son difíciles, hay una extraña presión por encajar en todos los grupos y los jóvenes se sienten incomprendidos. Son especialmente sensibles a todo. Tanto que la Organización Mundial de la Salud no hace más que alertar, desde hace un año, que la mitad de los problemas de salud mental que se diagnostican comienzan a los 14 años o, incluso, antes. Y solo se diagnostican entre un 10-20%. La ansiedad y la depresión son las que más afectan a los jóvenes europeos. Las cifras asustan.

Tanto que si tienes un adolescente en casa estarás bien alerta. “Los síntomas más frecuentes de que hay un problema aparecen con ansiedad, falta de atención, estrés y depresión, así como una gran dificultad para establecer relaciones sociales”, nos explica Belén Colomina, psicóloga y colaboradora de Petit BamBou. Unos problemas que afectan de manera directa “al bienestar y calidad de vida de los más jóvenes, que muchas veces no disponen de los recursos necesarios para afrontar las adversidades”. Uno de esos recursos, asegura, puede ser el mindfulness.

Por qué el ‘mindfulness’ puede ayudarnos

“La meditación puede ayudar a los jóvenes a transitar esta etapa de cambios con una menor tensión y ansiedad, aceptándose a sí mismos y centrando sus pensamientos en el presente, el aquí y ahora”, nos explica la psicóloga. Cuando los adolescentes se concentran en una experiencia del momento presente, nos dice, “por ejemplo, la sensación de la respiración o los sonidos en una habitación, sus mentes tienden a aquietarse”. Esta sensación les permite percibir lo que está sucediendo en su mundo interno con mayor claridad y, gracias a este proceso, “se vuelven menos reactivos y más conscientes, más reflexivos”.

Su práctica diaria ayuda a muchas de las claves que la psicóloga nos detalla a continuación como el medio ideal para intentar facilitar a nuestros hijos el paso por la adolescencia, como son:

  • Una buena comunicación entre padres e hijos en la que se pueda compartir el mundo interno de cada uno.
  • Generar la confianza suficiente para que el adolescente pueda expresas sus emociones.
  • Saber escuchar sin juzgar.
  • Entrar con ellos la empatía y el altruismo, además de conseguir mejorar las habilidades sociales y la asertividad.
  • Ganar confianza y autoestima basada en fortalezas internas, nunca en la comparación.
  • Educar en conductas proactivas, en flexibilidad mental.

Rutina efectiva de ‘mindfulness’ para un adolescente

Para saber cómo hacer una rutina de mindfulness en casa, que sea sencilla pero efectiva, de nuevo Belén Colomina nos ayuda dándonos varias premisas iniciales:

  • Lo mejor es establecer un tiempo limitado, pero siempre reservarlo para la práctica.
  • Hay que ser realistas, empezando por un tiempo corto (pueden ser 5 o 7 minutos), pues debemos habituarnos a la posición e incorporar la habilidad mindfulness.
  • El mejor momento es por la mañana, antes de iniciar el día o por la tarde, una vez que los adolescentes regresan a casa y han de enfrentar las exigencias diarias.
  • Tener un lugar reservado para ello, como puede ser un cojín de meditación o una esterilla donde colocarse en la posición de meditación. Aunque, si lo prefieren, también pueden hacerla de pie.

A partir de aquí, una de las prácticas más sencillas y eficaces, nos dice la experta, “para concentrarse en el momento presente y aquietar la mente es aquella que nos hace atender a la respiración”. Esta es la que nos propone para iniciarse:

  1. Siéntate con la espalda recta, el cuerpo relajado y las manos apoyadas suavemente sobre las rodillas.
  2. Respira con naturalidad mientras cuentas tu inspiración y tu espiración.
  3. Ahora, inspira mientras cuentas hasta dos, espira mientras cuentas hasta cuatro. Continúa de este modo unas cuantas respiraciones.
  4. Cuando haya pasado el tiempo de la práctica que queremos realizar, volvemos a respirar normalmente.
  5. De esta forma, nos asegura, “se pueden experimentar los efectos positivos que tiene la práctica sobre el cuerpo y la mente, ir afianzando la rutina y alargar el tiempo que se dedica a ella”. Una vez se tiene ya una rutina, se puede practicar en diferentes momentos del día. Durante ella, “se trata de aprender a conectar con uno mismo”.