Algunas mujeres acuden a la vitrificación de óvulos cuando tienen el deseo de ser madres, pero no pueden llevarlo a cabo en ese momento. Es el caso de motivos médicos, como tener que someterse a un proceso oncológico o a alguna cirugía de tipo ginecológico.

También es un recurso que se utiliza cuando la mujer quiere tener hijos, pero en ese momento, por razones personales, económicas o profesionales, no puede llevarlo a la práctica.

En ambas circunstancias, el procedimiento es el mismo. La congelación de óvulos (o vitrificación ovocitaria) consiste en guardar los óvulos maduros de la mujer para preservar su fertilidad. Así, estos se congelan mediante un procedimiento ultrarrápido, mediante el que los óvulos se sumergen en unos tanques de nitrógeno líquido que está a una temperatura de -196ºC. Es la vía para que las células se mantengan sin alteración hasta el momento en que dicho óvulo vaya a ser fecundado y transferido al útero materno.

¿Cuándo es el mejor momento para la vitrificación de óvulos?

La vitrificación de óvulos puede realizarse hasta que la mujer tiene 40 años, aunque se aconseja preferentemente para las menores de 35. Tal como recuerdan desde Eugin, centros de reproducción asistida y fertilidad, la tasa de éxito del tratamiento de congelación de óvulos varía dependiendo de la edad que tenga la mujer en el momento de congelar los ovocitos. Así, destacan cómo “cuanto más joven se preserva la fertilidad, mejores tasas de éxito se registran”.

La oportunidad que ofrece la vitrificación de óvulos es retrasar la maternidad a un momento poserior con la misma probabilidad de embarazo que se tenía en el momento de llevar a cabo esta técnica. Por ejemplo, si una mujer congela sus óvulos con 29 años, podría utilizarlos con 40, “conservando la probabilidad de embarazo del momento de la vitrificación”, apuntan.

¿Qué sucede con los óvulos vitrificados muchos años?

Puede suceder que la mujer decida vitrificar sus óvulos y estos se conserven así durante varios años. ¿Afecta esto a su calidad? Un trabajo realizado por investigadores de Eugin (www.eugin.es) ha concluido que los ovocitos vitrificados por largas temporadas, entre cuatro y ocho años, mantienen intacta su calidad.

En la investigación se han analizado más de 5.000 ciclos de fecundación in vitro en pacientes que utilizaron óvulos de donante previamente vitrificados. Para ello se tuvieron en cuenta un elevado número de variables, tras lo cual se ha determinado que no hay diferencias ni en la tasa de supervivencia ni de fecundación de los ovocitos conservados entre cuatro y ocho años, en relación a los que se conservaron por un periodo más corto de tiempo.

“Actualmente la vitrificación es el método más eficaz para la congelación de ovocitos y preservación de la fertilidad. Sin embargo, al ser una técnica relativamente reciente, ya que se empezó a usar de forma rutinaria hace unos 10 años, no se conocía el efecto del almacenamiento de los ovocitos en bancos de nitrógeno a largo plazo”, ha comentado el Dr. Marc Torra-Massana, biólogo de Eugin e investigador principal del estudio.

El trabajo, realizado entre 2013 y 2021, ha sido presentado en el 38º Congreso Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), que se celebra entre el 3 y el 6 de julio en Milán (Italia).

Los resultados del estudio, “nos permiten concluir que esta técnica es una buena alternativa para pacientes jóvenes que requieran conservar sus óvulos a largo plazo, al tiempo que aportan nuevos escenarios en los programas de ovodonación, tratamientos con una demanda social creciente”, advierte el experto de Eugin.

Mejorar la calidad ovocitaria

España es uno de los países donde el primer hijo, de media, se tiene a una edad más tardía. En muchos casos, a partir de los 35 años, cuando la calidad de los óvulos desciende de forma considerable. Así, las investigaciones tratan de dar respuesta a este retraso en la maternidad, analizando la forma de mejorar la calidad de los óvulos.

En el mismo Congreso de la ESHRE, el Dr. Filippo Zambelli, investigador de Eugin, ha presentado un estudio donde se señala que los ovocitos de mujeres en edad reproductiva avanzada tienen un metabolismo reducido comparado con las mujeres más jóvenes, lo que se asocia a una tasa de maduración más baja. Esta podría ser una vía para mejorar la calidad de los ovocitos entre la población de más edad.