Yoga para potenciar un embarazo. Fertilidad.©AdobeStock

Fertilidad

El yoga, ¿puede aumentar las posibilidades de un embarazo?

Si estás buscando un bebé, hay muchas cosas que debes tener en cuenta: conseguir una rutina de alimentación saludable es una, pero quizás la práctica de esta disciplina se convierta en otra.

El yoga es una de las prácticas más recomendadas para realizar durante el embarazo por sus múltiples beneficios, tanto para el feto en sí como para la propia madre. Pero lo que no es tan conocido es que, si lo practicas antes, puede convertirse en una herramienta muy eficaz para trabajar tu fertilidad. Hay determinadas asanas o posturas que relajan los órganos reproductivos femeninos y ayudan a que estén mejor irrigados de sangre. Además, esta disciplina milenaria ha comenzado a valorarse e incluirse dentro de los tratamientos de fertilidad por muchas clínicas especializadas por sus buenos resultados en la disminución del estrés y la ansiedad en las mujeres que buscan el embarazo sin éxito.

Pero no solo es una recomendación que realizan los ginecólogos, sino todos los especialistas implicados en un tratamiento de fertilidad, como Patricia Carril Baños, psicóloga de Clínicas EVA, quien nos explica que son varios los estudios que se ocupan del tema, como El efecto del yoga en los niveles de estrés de la mujer infértil, publicado por la National Center for Biotechnology de Estados Unidos. En este trabajo, con más de 100 voluntarias que se estaban sometiendo a una Fecundación in Vitro (FIV), se observó que, después de practicar yoga dos veces por semana durante seis semanas, sus niveles de estrés bajaron significativamente. Por ello, la práctica de yoga se consideró en este estudio (y en muchos otros) como efectiva y parte del éxito del tratamiento.

En este sentido, Patricia Carril compara los efectos terapéuticos del yoga para el bienestar personal en la búsqueda de un bebé cuando no es suficiente con otras disciplinas como, por ejemplo, el mindfulness. Ya que, “si se realiza bajo la supervisión de un profesor experto y cualificado, que nos sepa marcar bien las posturas y la respiración, todo son beneficios y, en pleno proceso de reproducción asistida, por ejemplo, o durante el propio embarazo, no supone riesgo alguno”. Con ella hemos querido hablar para que nos explique el por qué de esos beneficios.

Beneficios del yoga en la búsqueda de un embarazo

En muchas ocasiones, el proceso de la búsqueda de un embarazo se convierte en un etapa muy estresante para las mujeres, sobre todo, cuando se lleva largo tiempo intentándolo. El yoga, en este caso, nos dice la psicóloga, “ayuda de forma indirecta a la fertilidad si se trata de una práctica continuada”. Pero, ¿por qué? Sobre todo, nos explica, “porque afecta positivamente a la reducción del estrés de aquellas mujeres a las que no les es tan fácil concebir”.

En el caso de estas mujeres, por ejemplo, o de las que se someten a un tratamiento de fertilidad, “existen estudios científicos (como el que hemos mencionado) que concluyen que la práctica de yoga es muy efectiva en este caso”. Así, practicar yoga antes de un tratamiento ayuda a que éste tenga un mayor éxito: cuanto menos estrés, mejor tasa de fertilidad. De todas formas, nos recalca, “su práctica es recomendable para cualquier mujer, siempre que tenga el visto bueno de su profesional médico, no necesita estar sometida a ningún tratamiento de fertilidad”.

En cualquier sesión de yoga, la persona se concentra en la globalidad de su propio cuerpo y se regala un momento de conexión, pero también realiza un ejercicio físico, la segunda razón por la que puede suponer un beneficio. Con el yoga, se mejora la circulación sanguínea, se facilita la eliminación de toxinas y se ayuda a nuestro cerebro a secretar endorfinas con una serie de posturas específicas que, a su vez, “pueden estimular nuestro sistema reproductivo”. Ten en cuenta que muchas de las posturas favorecen el movimiento y la flexibilidad, sobre todo, de la parte media del cuerpo, algo muy beneficioso para concebir.

No es necesario un yoga específico

Al contrario de lo que podamos pensar, nos dice la psicóloga, “no es necesario un yoga específico (hay muchas clases), sino que nos vale cualquier tipo, siempre y cuando sea supervisado por un profesional”. Eso sí, nos destaca uno de ellos, quizás de los más comunes en cuanto a la práctica diaria por todo el mundo: el Hatha Yoga. Esta modalidad se basa en asanas (posturas corporales) y pranaiamas (respiraciones) que se mantienen durante un tiempo determinado. Ha sido, nos cuenta, “el que más se ha investigado en todos los estudios en relación al a fertilidad; si tengo que destacar uno, destacaría éste”.

El papel del mindfulness y otras prácticas

Por último, además del yoga, la experta nos quiere recordar que “los estudios han demostrado ya que las prácticas generales de mind-body (cuerpo-mente), como puede ser el yoga, son efectivas a la hora de reducir las dificultades mentales que nos impide el éxito de un embarazo, el estrés psicológico, así como la ansiedad asociada a los tratamientos de fertilidad”. Por tanto, todos ellos son recomendables y válidos en este sentido. Además del yoga, podemos hablar del propio mindfulness, el tai-chi o el body balance.

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