Niño tapándose la boca por mal aliento©AdobeStock

Salud

¿Puede esconder una enfermedad el mal aliento infantil?

Los niños, incluso los bebés, también pueden tener mal aliento o halitosis. Es importante descubrir la causa, pues, además de una insuficiente higiene, este puede deberse a algunas patologías que tengan en el mal olor bucal su manifestación.

La halitosis, o mal aliento, no es propia solo de adultos. Hay niños que, desde muy temprana edad, tienen ya este problema que puede marcar sus relaciones sociales con otros pequeños.

Siempre que se presente halitosis infantil hay que averiguar la causa, pues a veces es una de las primeras manifestaciones de alguna enfermedad. El tratamiento es distinto, según la causa, pero, en general, es muy importante enseñar al niño, desde edades tempranas, la importancia de una buena higiene en la cavidad bucal.

¿Por qué aparece la halitosis infantil?

Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la halitosis puede afectar a un 25-30% de la población adulta. Es un problema que va aumentando con la edad, pero que se presenta también en población infantil, y más conforme van sumando años.

En la inmensa mayoría de los casos (ocho o nueve de cada diez afectados), el mal aliento se relaciona directamente con la boca, más concretamente con la parte posterior de la lengua, donde se acumulan restos de comida, mocos y otras sustancias. Cuando las bacterias presentes en la cavidad bucal las descomponen, dan lugar al mal olor.

Además, la falta de saliva, lo que se produce tras el periodo de sueño nocturno, también puede provocar mal aliento. Es una halitosis transitoria, que se corrige con el cepillado de dientes y bebiendo agua. También la falta de hidratación y el ayuno prolongado están detrás de la halitosis.

Igualmente sucede con la fiebre, por lo que cuando esta remita, el mal aliento desaparecerá también. También la respiración por la boca y algunos medicamentos pueden provocar mal aliento en el niño.

Enfermedades relacionadas con el mal aliento

Pero además de estas causas anteriores, la halitosis es una manifestación de algunas enfermedades. Así “los procesos inflamatorios o infecciosos que ocurren en la boca y que afectan a las encías, la lengua, las piezas dentarias, el paladar, las amígdalas o la faringe pueden causar mal olor del aliento”, indican en la AEP. Por ejemplo, la sinusitis, el reflujo gastroesofágico, la rinofaringitis, las anginas y las gingivoestomatitis pueden provocarlo.

Aunque en adultos la halitosis puede aparecer por enfermedades digestivas, en niños es mucho menos frecuente. No obstante, además de en la boca, el mal aliento en niños puede proceder de la nariz o de los senos paranasales. Una de las causas más sorprendentes (y peligrosas) es la introducción de algún objeto en la nariz. A veces, el pequeño ha podido meterse algo en la nariz sin que los padres se hayan dado cuenta. Si, al cabo del tiempo, se desprende un olor fétido por boca y nariz, habría que comprobar que esta no es la causa.

Hay algunos problemas de salud más importantes que también pueden provocar mal aliento infantil. Es el caso de la diabetes, la insuficiencia renal o hepática, la gastritis o la presencia de divertículos en el esófago. Por ello, siempre hay que consultar con el pediatra si el niño presenta este problema para que pueda hacer un buen diagnóstico de la causa y poner el tratamiento adecuado.

Niño cepillándose los dientes©AdobeStock

Remedios para combatirlo

Cuando la causa de la halitosis no es una enfermedad, en cuyo caso hay que tratarla para que desaparezca el mal aliento, la solución suele estar en extremar la higiene bucal de los niños.

Es importante, desde muy pequeños, enseñarles la importancia de un buen cepillado de dientes, que incluya también la lengua, pues en en esta suelen concentrarse muchas sustancias que provocan el mal olor. Aunque es una tarea a veces no demasiado agradable, los pequeños han de tener conciencia que una buena higiene bucal incluye la lengua. Además, hay que enseñarles cómo es la técnica adecuada de cepillado dental, supervisando cómo lo hacen y estableciendo el hábito tras cada comida.

En chicos más mayores, la AEP recomienda el uso de seda dental, al menos una vez al día. También pueden usar colutorios adaptados a la edad durante 30 segundos por la noche, “tras el cepillado y sin sustituir a este”.

Mantener una adecuada higiene en la nariz, con lavados frecuentes nasales si el niño está congestionado, también ayuda. Y vigilar que la hidratación sea adecuada, pues si beben poco también se puede desencadenar la halitosis.

Además, es imprescindible mantener las revisiones periódicas en el dentista para detectar cualquier problema, como una caries, que pueden influir en el problema.

¿Cómo puede afectar al niño en sus relaciones sociales?

Nunca hay que despreciar la importancia de la halitosis en niños, pues esta tiene también una dimensión social que puede influir negativamente en las relaciones que establece el niño.

Así, puede ser objeto de burla o de rechazo por sufrir este problema, por lo que no hay que minimizarlo. Lo adecuado es buscar la causa, tratarla y acudir al pediatra para que indique los pasos a seguir.



© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.