Cómo conseguir el escritorio perfecto para tus hijos©AdobeStock

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Cómo conseguir el escritorio perfecto para tus hijos

Tener en cuenta el espacio, la iluminación y la comodidad de los productos elegidos es fundamental

Un buen espacio de trabajo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Quizás no sea lo más determinante, pero sí un factor muy a tener en cuenta de cara al comienzo del curso escolar. Los niños suelen contar con su espacio de juegos en su habitación, ¿por qué no iban a contar con uno propio para el estudio? Solemos pasar por alto que para realizar las tareas y deberes que traen del colegio, el diseño de un lugar dedicado a ello les afecta y les condiciona. El orden, la posición de las cosas en un sitio u otro, la iluminación e, incluso los colores, influyen en nuestra mente y nuestro ánimo, haciendo que nos sintamos más o menos cómodos, más o menos inspirados. Por eso, es importante dedicarle tiempo para que su escritorio se adapte a sus necesidades y que les guste pasar tiempo en él. Te damos las claves para que te pongas manos a la obra, ¡hay que organizarse!

1.- Comienza con una buena iluminación

¿Quién no se ha quejado alguna vez de que en su oficina no hay apenas luz? No hay nada más desagradable que tener que estudiar o trabajar en un cuarto o rincón sin ventanas o iluminación. De primeras, nos entristece. Y a tu hijo, también. Por eso, el punto fundamental para elegir el lugar en el que colocar su escritorio debe ser el foco de luz. Mejor si es con luz natural, porque además, te ahorrarás bastante en la factura de la luz (que, últimamente, está en máximos históricos) y cuidarás su salud visual. Cada vez son más los niños que por el uso de las pantallas y unas malas prácticas acuden al oculista u oftalmólogo con problemas. Además, se sentarán con mucho más ánimo.

Por otra parte, ten en cuenta que si tienes que colocar un punto de luz extra, porque durante el invierno la oscuridad llega demasiado pronto, debe entrar por el lado contrario al brazo con el que escribe o dibuja, para evitar la aparición de sombras. Es decir, si es diestro, sitúa la lámpara en el lado izquierdo y viceversa.

2.- Consigue que el espacio sea identificado como suyo

Uno de los objetivos que nos hemos puesto al inicio es que el espacio debe adecuarse a los gustos del niño, porque así le dará menos pereza sentarse en él y le gustará. Decóralo, pero sin grandes distracciones. Elige con tu hijo su color favorito, pon algún recuerdo o foto familiar e, incluso, crea un pequeño muro en el que pueda ir poniendo todas las cosas que le inspiran, su horario o las tareas pendientes. Crea una especie de moodboard. En cuanto a los colores, evita siempre los tonos más estridentes, porque causan una mayor distracción y te cansarás pronto de ellos. Busca los más suaves, que ayuden a una buena concentración.

3.- Considera bien el tamaño del espacio y escritorio

Ten en cuenta que, según vaya avanzando tu hijo de curso, tendrá asignaturas mucho más específicas que quizás necesiten diferentes tipos de espacio. Por ejemplo, no es lo mismo sentarse a estudiar una lección de Matemáticas o Literatura, que tener que dedicarle un rato largo a un dibujo artístico. En este último caso, necesitaremos mucho más espacio. Por eso, no está de más que pensemos en estos momentos para habilitar un espacio diferente o extra, que pueda trabajar de manera cómoda. Y lo mismo ocurre con el ordenador. Es mejor que no lo tenga constantemente delante, sino que exista un espacio en el escritorio para dejarlo como herramienta secundaria a la que recurrir cuando sea necesario.

4.- Elige una mesa de escritorio resistente

El material que elijas para la mesa de escritorio de tu hijo debe ser resistente tanto a las manchas como al uso. Intenta evitar la madera natural, porque es mucho más delicada y debe ser tratada, y busca materiales como el aglomerado o la melamina, son mucho más compactos, resistentes y suelen dar buena calidad. Además, presta atención al lugar en el que pones la mesa de escritorio y a su orientación. De nuevo, la luz marcará cómo colocarla en nuestro espacio de estudio. Una recomendación es que evites colocarla justo debajo de una ventana, sobre todo, si tu hijo tiene tendencia a distraerse con facilidad.

5.- Todo siempre en orden

Parece un consejo obvio, pero todo comienza con un buen orden. Ahorras tiempo, porque encuentras las cosas mucho más rápido, es fácil de mantener siempre limpio y, créenos, te genera mucho menos estrés. A los niños, les ocurre lo mismo. Ahora, mantenerlo en orden no significa llenar el espacio de cajones y meterlo todo en ellos sin ton ni son. En absoluto, se debe elegir un lugar para cada cosa y, al finalizar cada tarea, llevarlo a su sitio. Para ello, hay grandes aliados:

En definitiva, accesorios que nos ayuden a mantenerlo todo en su sitio, pero visible. De esta forma, favorecemos la calma y concentración a la hora de estudiar. Tener todo por encima de la mesa, con demasiados objetos a la vista, no es recomendable.

6.- Incluye un tablón de corcho o una pizarra

A los niños les encantan las pizarras, por lo que incluir una en su zona de estudio, les ayudará a estudiar y con su creatividad. Pueden crear en ella su propio horario de estudio, anotar las tareas pendientes o, si lo necesitan, ensayar y poner en práctica lo aprendido. Es una herramienta que les ayuda bastante, no es simplemente un elemento decorativo, sino que tiene gran utilidad. Mejor una en la que se escriba con rotulador, es mucho más limpia y no suelta el polvo de la tiza. Si la pizarra no le convence, porque prefiere un espacio en el que visualizar las tareas, puedes cambiarlo por un tablón de corcho.

7.- El confort es un punto básico a tener en cuenta

En este caso, vamos a depender mucho de nuestro presupuesto, somos conscientes de ello. Pero es importante invertir un poco en comodidad. Ten en cuenta que tu hijo pasará bastante tiempo en los pupitres del colegio y que, una vez llega a casa, deberá mantenerse sentando el tiempo suficiente para terminar con las tareas. Por ello, tanto la altura de la mesa debe ser la adecuada como la silla cómoda y ergonómica. Le ahorrarás muchos dolores de espalda.

Y atiende también los pequeños detalles. Por ejemplo, cuenta con un atril para mantener los libros en el campo visual de los niños, sin que tengan que estar constantemente subiendo y bajando la cabeza, mide bien la altura del ordenador en el caso de que lo necesite y busca un reposapiés si no termina de colocarse bien.

7.- El gran valor del silencio

Si hemos comenzado hablando de la luz, no podemos terminar estos consejos sin referirnos al ruido. O, más bien, a la búsqueda de su ausencia. Para trabajar se necesita calma. Y esta llega con el silencio. Aunque no lo veas, es una de las primeras causas de distracción en las personas. Si muchas veces no te deja dormir, tampoco te dejará estudiar. Por tanto, localiza un espacio en el que exista la posibilidad de cerrar la puerta, de mantener esa zona de casa sin apenas ruido.