Otitis en niños en verano.©AdobeStock

Salud Infantil

Consejos para prevenir la otitis de tus hijos este verano

Los grandes baños, las corrientes de aire y los cambios de presión son la causa más frecuente de este trastorno

La otitis del bañista existe, nos dicen los expertos, y es mucho más frecuente de lo que nos creemos. Hasta un 30% de la población -niños y adultos- la sufren, muchas veces, durante sus vacaciones. Y puede ser realmente molesta. Se trata de una infección dolorosa de oído causada por la entrada de agua y humedad en el conducto auditivo externo que puede agravarse, incluso, en el caso de aguas poco salubres. Los cambios de temperatura bruscos, producidos en gran parte por los chapuzones que nos damos en verano y las corrientes de aire o cambios de presión al viajar de un lugar a otro, son el caldo de cultivo perfecto para que aparezcan. En este caso, la prevención y la higiene son vitales para cuidar la salud auditiva, sobre todo, durante esta época.

¿Por qué aparece la otitis y cuáles son sus síntomas?

Las infecciones de oído u otitis están causadas por una bacteria o un virus que llega al oído medio, causando la congestión e hinchazón de los conductos nasales, la garganta y las trompas de Eustaquio (que van desde el oído medio hasta la garganta). Suele ser, por lo general, el resultado de otra enfermedad, como un resfriado, una gripe o una alergia. Sin embargo, y sobre todo en esta época, puede ser el resultado de un exceso de humedad (que, incluso, facilita la aparición de tapones de cera, siendo aún más dañino), corrientes de aire y cambios de presión.

Tres causas que se dan, por ejemplo, en los baños en playas y piscinas, o con el simple uso de sistemas de aire acondicionado, que tienden a reducir la humedad y producir un ambiente frío y seco que puede ser perjudicial, nos informa el Dr. Juan Royo, jefe de Sección de ORL en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, quien asegura que “los procesos irritativos o inflamatorios que se producen en las vías por permanecer en este tipo de lugares y circunstancias afectan mucho a los oídos”. Es, por lo general, un problema muy frecuente en los niños.

Entre los síntomas principales en niños, que difieren un poco del de los adultos, destacan:

En este caso, es importante obtener un diagnóstico y tratamientos adecuados, por lo que acudir al médico es fundamental siempre que los síntomas duran más de un día y están presentes en un niño de 6 meses o el dolor es muy intenso.

Acúfenos por deshidratación

Además de la otitis que hemos visto, otra de las afecciones más frecuentes y menos conocidas que afectan a nuestra salud auditiva, nos explica el doctor, son los acúfenos por deshidratación. En verano, es habitual deshidratarse. Al margen de los mareos o vértigos que puede provocar, también existe la posibilidad de que aparezcan los acúfenos o tinnitus. Se trata de una percepción de ruido en los oídos o, incluso, en la cabeza sin que exista una fuente exterior de sonido o estímulo sonoro de ningún tipo.

Están causados por la disminución de la circulación de sangre y por una tensión arterial baja; dos factores resultantes de la deshidratación. Pero también por los cambios de presión, de nuevo más frecuentes en verano por los viajes de vacaciones, que nos llevan a situarnos en diferentes altitudes con respecto al nivel del mar.

La importancia de la prevención

En este caso, la higiene y la prevención son fundamentales para poder garantizar una salud auditiva que nos ayude a evitar un mal rato en vacaciones. La prevención siempre es clave, pero ¿y la higiene? También, porque la cera acumulada puede absorber el agua durante el baño hinchándose y provocando tapones, lo que empeora el estado inicial de nuestros oídos.

Es más, nos informa el doctor, junto a GAES, que “más de la mitad de la población española, un 51%, no emplea los métodos adecuados para la limpieza de sus oídos”. Algunos de ellos, nos dicen, “siguen utilizando bastoncillos, un sistema que puede perjudicar el oído, ya que lo único que hace es empujar la cera hacia el interior provocando infecciones y perforaciones”. Por eso, junto al grupo de consejos que nos dan para prevenir la otitis, mantener una higiene adecuada ocupa uno de los primeros lugares:

  • Hay que limpiar y secar bien los oídos de nuestros hijos después de cada baño.
  • Asegurarnos de que el baño se produce en una piscina o playa limpia. Las aguas contaminadas incrementan la probabilidad de padecer infecciones auditivas.
  • No tirarse al agua de golpe, sino sumergirse progresivamente. De esta forma, el agua no entra de manera brusca en los oídos.
  • Si somos propensos a las otitis, usar tapones durante el baño. Es el método más efectivo para evitar que el agua entre en los oídos.
  • En el caso de los cambios de presión, evitar dormir durante el aterrizaje y despegue de los aviones, además de bostezar frecuentemente, masticar un chicle o caramelo.
  • No hacer uso excesivo de los aires acondicionados.
  • Evitar la exposición a ruidos fuertes y cercanos, sobre todo, en las clásicas ferias o fiestas populares de verano.
  • Mantenerse hidratado.
  • Evitar el uso de bastoncillos para limpiar los oídos.