Niña comiendo sandía. Salud Bucodental.©AdobeStock

Nutrición

¿Sabías que la alimentación de tu hijo influye en su desarrollo bucodental?

Tanto la lactancia como consumir unos alimentos u otros puede ayudarnos a conseguir un correcto desarrollo maxilar de nuestros hijos.

La alimentación es un factor determinante para el correcto desarrollo de las personas a todos los niveles y, en el caso del maxilar, tiene tal importancia que puede llegar a influir en la salud bucodental de niños y adultos. La boca, al igual que el resto del cuerpo, se va formando poco a poco a medida que crecemos. Dormir bien y alimentarnos de manera correcta y equilibrada son dos de los factores que más y mejor pueden favorecer su desarrollo. Así nos lo confirma la Dra. Romina Vignolo, directora de la Clínica Boca a Boca Dental: “es muy importante que los niños lleven una dieta equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos para maximizar la ingesta de nutrientes y favorecer el desarrollo craneofacial”.

Así, nos explica la doctora, la Enfermedad de la Evolución del Aparato Masticatorio Humano (EEAMH), el principal problema bucodental que pueden desarrollar los niños, “es el resultado de los cambios evolutivos en nuestro aparato masticatorio, dando lugar a una disminución de su volumen y de su desarrollo óseo y muscular, produciendo limitaciones funcionales en la amplitud de los movimientos mandibulares y la masticación unilateral”. Un problema que, según la experta, se mantiene en nuestra sociedad debido a los malos hábitos alimenticios que vamos adquiriendo.

Pero, ¿por qué? Porque todos los alimentos que consumimos están elaborados de forma que no tengamos que realizar ningún esfuerzo al masticar, “impidiendo así un correcto desarrollo óseo y muscular de nuestra boca”. Por eso, es muy importante atender a la alimentación y prevenir este grave problema.

Importancia de la lactancia para el desarrollo maxilar

Los primeros meses de vida de los bebés, en los que la lactancia tiene un papel fundamental, son determinantes para la salud bucodental. Y es que, nos explica la doctora, “este tipo de alimentación estimula la acción muscular y ayuda al desarrollo de los maxilares y la estructura de la mandíbula”. Además, “la lactancia materna contribuye de manera muy positiva a la sincronización de las funciones bucales: respiración, masticación, succión, deglución y fonación”. Beneficios añadidos y adquiridos gracias a la lactancia.

Así, uno de los consejos que nos da es el de alargar al máximo la lactancia materna, ya que requiere mucho más esfuerzo que el biberón en este sentido.


Entonces, ¿qué alimentos se deben consumir?

A partir de los 6 meses, cuando los bebés comienzan a abandonar la lactancia, la boca es una de las grandes protagonistas de su crecimiento: aparecen los primeros dientes de leche y comienzan a ingerir alimentos sólidos. Por eso, nos dice la doctora, “es fundamental para el desarrollo de su dentadura y maxilares que, cuando se produzca el abandono de la lactancia, comiencen a consumir alimentos sólidos y se les obligue a masticar”.

Acostumbrar a los niños a consumir solo alimentos blandos es, según la doctora, “un grave error, ya que requieren menos trabajo muscular de lo normal e impide su desarrollo dental, provocando, en ocasiones, maloclusiones (un mal alineamiento de los dientes)”. De esta forma, por tanto, se reducen las posibilidades en el futuro de necesitar aparatos ortopédicos dentales. “Es muy importante elegir bien los alimentos que conforman la dieta de los niños ya que su consistencia es clave para favorecer la normalidad funcional y el correcto desarrollo craneofacial”, nos dice la doctora.

De entre todos los alimentos no blandos que aconseja, la doctora matiza, “es necesario acostumbrar a los niños a masticar alimentos fibrosos y duros, en los que se utilicen los incisivos para cortar”. Por ejemplo, podemos ofrecerles pan de corteza crujiente en vez de pan de molde o una pieza de fruta entera en vez de troceada. En definitiva, nos explica la doctora, hay que priorizar una dieta “seca, dura y fibrosa que requiera una masticación enérgica para desarrollar el maxilar, fortalecer las encías y favorecer la secreción salivar”. Para ello, evitaremos alimentar a los niños siempre purés, zumos, albóndigas o croquetas y todo este tipo de alimentos más blandos, además de los azucarados, por supuesto, como gominolas o dulces viscosos.

Además, como últimos consejos, la experta nos explica que es importante reforzar la correcta alimentación de la siguiente manera:

  • Es importante enseñar a los niños a masticar por ambos lados de la boca, ya que evitaremos asimetrías y problemas de articulación temporomandibular. Unos malos hábitos de masticación hacen que los niños sean más propensos a acumular sarro y placa bacteriana y, por lo tanto, a padecer enfermedades periodontales y caries.
  • Debemos eliminar los malos hábitos como dormir de un solo lado, bocabajo o con la mano debajo de la cara que, a la larga, puede producir mordida cruzada.
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