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En su cuarto aniversario

Inspirado en una princesa punk, sin pendientes y con tiara: recordamos el look nupcial de Nina Flohr en su boda con Philippos de Grecia


El estilismo tenía como protagonista la histórica tiara del Corsario, que también lucieron en sus 'sí, quiero' Marie-Chantal Miller y Tatiana Blatnik


Boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr© Getty Images
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
23 de octubre de 2025 - 6:10 CEST

Atenas aguardaba la celebración de una de las bodas más esperadas, el primer enlace real en 57 años, un día como hoy. Era el 23 de octubre de 2021 y la catedral de la Anunciación de Santa María en la capital griega recibía a los primeros invitados al ‘sí, quiero’ de Philippos de Grecia y Nina Flohr. El hijo menor de los antiguos reyes de Grecia, Constantino II (que fallecería un año y medio después de este evento) y Ana María, ya había celebrado su ceremonia civil meses antes, en diciembre de 2020, en Saint Moritz —con motivo de la situación sanitaria—, para contraer formalmente matrimonio con la hija del 'rey de la aviación privada’ (fundador y presidente de VistaJet) en la más estricta intimidad. Sin embargo, la ceremonia más esperada era la del rito ortodoxo, un gran día por todo lo alto, donde los novios estarían acompañados por sus familiares y amigos, unos 100 en directo y otros que llegarían para el banquete posterior.

Philippos de Grecia y Nina Flohr el día de su boda© Getty Images

Una cita histórica

Ciudadanos y curiosos se agolpaban a las puertas del templo, en la plaza Mitropólis del barrio de Plaka, a la espera de ver pisar la alfombra azul a algunos de los ilustres invitados, de diferentes casas reales del mundo. A la cita no faltaron la princesa Benedicta de Dinamarca y su hija Alessandra, la reina Sofía y la infanta Elena, las princesas Eugenia y Beatriz de York, Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo y los príncipes Ernst y Christian de Hannover con las princesas Ekaterina y Alessandra. Pero, sin duda, más allá de los rostros de la realeza, la alta sociedad, la política, la moda o las artes que acudieron a la boda, todos los allí congregados querían descubrir el detalle más esperado: el look de la novia. 

Chanel firmaba su vestido de novia

Nina Flohr llegaba emocionada y con una amplia sonrisa para caminar hacia el altar del brazo de su padre. Amable y cariñosa con el público, la futura esposa del príncipe dejó a todos sin palabras con su vestido de novia. La suya no era una creación nupcial al uso, dado que huía de las líneas tradicionalmente ligadas a las prometidas royals (silueta princesa, encaje, larga cola), pero no por ello el resultado carecía de espectacularidad. Al contrario, su traje sorprendió por su corte y por invitar a una renovación en las líneas más clásicas de las bodas reales. La propuesta presentaba un escote de pico ancho, cercano a un cuello barco, un corte imperio, un gran lazo bajo el pecho que se extendía hasta los hombros para dar forma a una especie de estola (y que era un guiño a los lazos que escogió para su enlace civil) y una falda que partía desde ese lazo e iba ganando volumen.

Vestido de novia de Nina Flohr© Getty Images

A falta de una cola al uso, la joven prefirió una enorme capa. Esta pieza incorporaba bordados florales en color plata, que no eran los únicos trabajos artesanales del vestido, puesto que en el escote también incluía pedrería. La pieza con un tejido de acabado tornasolado la firmaba Chanel, la casa que se esperaba, puesto que la novia la había escogido en su boda civil y en su preboda. Era Virginie Viard quien estaba entonces al frente de la maison y diseñó para ella una actualización de un look que se subió a la pasarela, en su colección Alta Costura Otoño-Invierno 2020/2021. En aquel momento, para crear esa colección, la directora creativa de la casa francesa se inspiró en una princesa punk, una esencia que seguro estuvo presente en la versión modificada que llevó Nina Flohr en su gran día.

Los cambios con respecto a la propuesta inicial eran evidentes: el primitivo era negro y el de la princesa blanco; el primigenio tenía un largo asimétrico y el de novia uno tradicional y además, el primero era sencillo, con poco volumen, con tul como enaguas y sin detalles como la pedrería o los bordados, que finalmente sí fueron protagonistas en el estilismo de la esposa de Philippos de Grecia.

Nina Flohr en su boda con Philippos de Grecia con su padre Thomas Flohr© Getty Images
Nina Flohr llevó la tiara del Corsario el día de su boda con Philippos de Grecia© Getty Images

De la tiara corsario al kilométrico velo

Para completar el resultado, Nina Flohr apostó por un velo de tul clásico, atemporal y favorecedor que destaca por su longitud, superior a la de la capa que vestía. Para ayudarla a sacar el accesorio del coche en el que llegó a la ceremonia, la protagonista de la jornada contó con las manos de sus damas de honor, las hijas pequeñas de Alexia de Grecia, Amelia y Ana María, que lucieron vestidos de largo midi, con corte corolle y mangas abullonadas, que contaban con un tejido blanco estampado con flores amarillas.

Vestido de novia de Nina Flohr en su boda en Atenas© Getty Images

Más discreto fue el ramo, que seguía las tendencias de las recién casadas actuales, al componerse de una misma flor. Eran rosas inglesas en un tono crema con interior anaranjado, dispuestas en un diseño floral de tipo bouquet con tallo corto. Además, huyó de la tradición al prescindir de pendientes, una joya que suele tener gran importancia en los estilismos de la realeza y que no estuvo presente. Sí llamó la atención su pulsera de perlas y la diadema que coronaba su look.

Nina Flohr en su boda con Philippos de Grecia en octubre 2021© Getty Images

Junto a un moño bajo que despejaba su rostro y contaba con dos horquillas laterales (que permitían sujetar el velo), la princesa confió en una histórica joya, que también vimos el día de sus respectivas bodas a Marie-Chantal Miller y Tatiana Blatnik, dos mujeres que llegaron a la familia real griega a través del matrimonio. La tiara del Corsario o Antique Corsage fue la escogida, un complemento que pertenece a su suegra, la reina Ana María y que llegó a sus manos por medio de su madre, Ingrid de Suecia, más tarde reina consorte Dinamarca, quien se la regaló al cumplir la mayoría de edad. En origen, esta pieza era un broche de la reina Victoria de Suecia que terminó transformado en diadema y que, consideran los expertos, es una tiara de iniciación (también la llevó Chrysi Vardinogiannis al casarse con Nicolás de Grecia).

El detalle que ponía la guinda al estilismo era el maquillaje natural de la novia. Una elección muy apropiada, dado el tipo de ‘sí, quiero’ que tenía lugar. La elección permitía ver el rostro de Nina Flohr con un acabado sedoso, luminoso y saludable. Los labios y pómulos presentaban un elegante rosa empolvado y los ojos un sutil ahumado en tonos tierra.

Nina Flohr llevó la tiara del Corsario el día de su boda© Getty Images

Una nueva etapa vital

Con este matrimonio, que llegó más de un año después de que la pareja se prometiera —el 1 de septiembre de 2020—, los recién casados comenzaron una nueva vida entre Nueva York y Mozambique. Philippos trabaja como analista de inversiones en Estados Unidos, mientras que Nina es fundadora de un alojamiento de lujo en el país africano, el Santuario de Kisawa y del Centro de Estudios Científicos de Bazaruto en la isla de Benguerra.

Nina Flohr en su boda con Philippos de Grecia© Getty Images

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