Hoy más que nunca, las novias apuestan por peinados sencillos que no necesitan demasiados artificios para brillar. Recogidos bajos, moños pulidos, semirrecogidos, melenas sueltas y onduladas… La naturalidad está a la orden del día en el terreno nupcial y por eso mismo, porque son apuestas muy básicas y atemporales, se pueden permitir la licencia de incorporar pequeños detalles que hacen de estos peinados algo memorable. A veces basta con un coletero, otras con una simple horquilla, detalles-joya o incluso flores que brotan de las melenas más románticas. Estos gestos delicados y sutiles entran en juego para redondear un look de novia perfecto, tal y como vemos a continuación.

Más es más: un coletero dorado y horquillas-joya
Para su segundo look nupcial, que utilizó para el momento del baile, Victoria decidió darle un aire más festivo a su peinado a través de los complementos. Para ello, habló con Susana, de Suma Cruz, que le realizó un coletero dorado, peinetas de flores, estrellas y una luna. Unas joyas que luego puede seguir utilizando después de la celebración. El “más es más” aquí sí es una opción.

Con flores blancas naturales
El recogido de flores de Carmen nos recuerdan al romanticismo nupcial de los 70. Concretamente, destila un leve y nostálgico recuerdo al tocado que llevó una jovencísima Carolina de Mónaco en su boda con Philippe Junot. Se lo realizó Api Diosdado, de @elrecreoflores_, con Delphiniums blancos para el pelo y el ramo.

Bohemio y con flores
Para que un look nupcial sea redondo no es solo es importante que el vestido encaje con la personalidad de la novia, también que el resto de detalles armonicen con el diseño. Eso ocurrió con el look nupcial de Belén Écija, la hija de Belén Rueda, que se ha casado recientemente en Menorca con un vestido de aire bohemio de Valenzuela. Acompañando este diseño etéreo y moldeado sobre su propio cuerpo, dejó su melena suelta, con ondas suaves y textura, remarcando ese acento boho al que es tan afín. Los detalles florales, diminutos y repartidos por todo el cabello, refuerzan el carácter del look nupcial.

Un coletero de estilo retro
Arantza confió en la estilista Amaia Lauzirika y optó por recoger su cabello en un recogido clásico, con contornos limpios, sin apenas mechones sueltos, para no restar protagonismo a su vestido vintage de los años 40. El detalle definitivo que reforzaba la estética tan especial de su look nupcial fue el coletero XL que se puso en su moño pulido. Una pieza que le hizo Castellar Granados a partir de la cola del vestido, que adaptó a sus gustos y necesidades. Un detalle que consiguió hacer de un moño sencillo un peinado con irresistible encanto retro.

Flores agrupadas en un lateral
Hay novias que tienen algo magnético e Isabel es una de ellas. Su boda en Valencia fue una declaración de estilo que ha dado mucho que hablar en el mundo nupcial. Eligió un look firmado por Castellar Granados lleno de matices y supo ponerle el broche perfecto a través de los complementos (guantes, choker y pendientes largos) y, cómo no, gracias a su peinado. Y es que apostó por un recogido bajo, muy pulido, con un aire clásico que reinterpretó a través de unas flores blancas estratégicamente colocadas en uno de los laterales, aportando frescura, movimiento y un punto romántico al resto del estilismo.

Horquillas-joya
Ana entendió a que, a veces, la sencillez es la mejor solución. Su vestido de Valenzuela reflejaba este mantra y su peinado, obra de Marta Callejo, también fue fiel reflejo de ello. Hablamos de un recogido de inspiración bailarina, con la raya al medio y el cabello perfectamente pulido que dejaba todo el protagonismo a los detalles. Y ahí estuvo el acierto: potenciarlo con unas horquillas tipo peineta en forma de estrellas, con acabado joya.

Una tiara invertida
Siendo una amante confesa de los recogidos, Patricia no pudo llevar otro peinado que no fuera un moño bajo en el día de su boda. Un look que dejaba todo el protagonismo a su vestido escultural de Diego Estrada y a un detalle que marcó la diferencia con un toque emotivo. Era una tiara familiar con historia, que decidió colocar de un modo nada convencional: en lugar de llevarla sobre la frente o como diadema, la situó de forma invertida en la parte posterior de la cabeza, coronando el moño con un gesto original y rompedor.

Un velo de red
Cristina confió en Ana de Pin Up para dar forma al recogido que lució el día de su boda. Era un moño de estilo bailarina, pulido y limpio, que dejaba el rostro completamente despejado. Y no fue una elección al azar: fue un guiño a su pareja. "Siempre que llegaba de entrenar con el pelo recogido así, me decía que ojalá fuera con la cara así de despejada el día de la boda", contaba Cristina. ¿El toque final? Un tocado de velo de red que le daba un aire sofisticado sin resultar excesivo. Una mezcla entre lo clásico y lo inesperado que terminó de definir su vestido de Luis Alonso.

Un cubremoño sencillo
Las amigas de Catalina, esta novia tan especial, querían hacerle un regalo para el día de su boda y se pusieron en contacto con la diseñadora Rocío Sanchís, que ideó este tocado tan especial que le acompañó durante todo el día. Era un cubremoño sencillo, compuesto por pequeñas perlas y un filo dorado que le daba un brillo muy especial a su moño bajo sin resultar para nada excesivo. "Me confiaron el proyecto y ¡no me pudo hacer más ilusión! Solo me queda decir: ¡qué novia más guapa y qué buenas amigas!", reconoce la propia diseñadora a través de sus redes sociales.


Un cubremoño que cubre la raíz
El peinado de Nerea partió de un sencillo recogido bajo, hecho por peluquería Mimos, que fue evolucionando a lo largo de la celebración a través de diferentes tocados. El segundo, utilizado para el momento del banquete, estaba compuesto por un cubremoño estructurado que le cubría toda la raíz del pelo. Fue obra de Anita Ribbon y es una manera de incorporar joyas al peinado de una forma sutil, elegante y original.