Cuando una novia tiene dudas sobre el tipo de vestido o el estilo que quiere llevar el día de su boda, los expertos aconsejan que visite una tienda en la que haya modelos muy diferentes y se los pruebe. Es la mejor forma de hacerse una idea más clara de lo que busca. Eso fue, precisamente, lo que hizo Rebeca Santana, una abogada y creadora de contenido valenciana más conocida en redes sociales como @rebeca_santana.g. "Tenía mucha inspiración guardada, de estilos completamente diferentes, pero hice una primera toma de contacto y nos fuimos a probarnos vestidos, lo que me ayudó a definir un poco mejor cómo quería verme ese día, recuerdo que pasé de tener opciones más románticas, a buscar algo un poco más sofisticado y minimal. Lo que siempre he tenido claro es que debía de llevar mangas, amo las mangas y creo que expresan muchísimo en cualquier vestido", nos cuenta.
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Un vestido minimalista, pero diferente
Aunque Rebeca concertó cita con diferentes ateliers, fue Katarina Grey la que finalmente creó su diseño. "Sabía que su estilo se adapta mucho al mío, y fue visitar el atelier y saber que sería ella desde el momento en el que me enseñó sus telas y me propuso el diseño, recuerdo que cancelé otras citas nada más salir de allí", nos cuenta Rebeca.
Esta firma, fundada por Katarina Gari, siempre busca la innovación en sus propuestas, y en el caso de esta novia no fue diferente. "Ese día, buscaba sentirme muy yo, que no fuera el típico vestido de novia, algo sencillo y atemporal pero con personalidad y con un punto atrevido, que llevara mangas aunque fuera verano y que combinara distintas telas o texturas para aportar movimiento".
Juntas crearon un vestido confeccionado en satén de seda. Era una especie de camisa cruzada, con cuello y mangas XL, y una sobrefalda de algodón orgánico en un tono más subido. Una absoluta maravilla. "Durante el proceso pensamos en incluir el toque de las perlas bordadas en el cuello y me pareció lo más. No quería llevar velo por lo que pensamos en añadir un pañuelo largo en el cuello que cayera por detrás y sujetarlo con un broche", apunta la novia.
Otra de las peculiaridades del diseño es que, con sencillos gestos, fue evolucionando a lo largo de la celebración. "En el momento de la cena me solté el pelo, quitamos el pañuelo del cuello y me arremangué las mangas con unos clips quedando visualmente abullonadas. Para el baile y la fiesta, me quité la sobrefalda, me cambié las sandalias y me puse un precioso collar de cristales de Sita Nevado para conseguir ese punto más de fiesta en el look", nos explica Rebeca.
Accesorios especiales para un look nupcial diferente
La clave para conseguir que un look nupcial sea redondo y que nada desentone es elegir con mucho mimo los complementos. Rebeca lo tenía muy claro y apostó por accesorios sencillos, pero llenos de significado. Llevó el anillo de pedida que le regaló Javi, su ya marido; un anillo vintage que suegra lució el día de su enlace. "Los pendientes eran de Gold & Roses y en el pañuelo pusimos un broche vintage de YSL. Como zapatos, unas sandalias crema de YSL", nos cuenta. Y nos explica que, durante los preparativos, llevó una bata y un camisón de Namur.
Muy especial fue también la elección de su ramo. Rebeca nos explica que quería una composición floral diferente, sencilla, de tallo largo. Después de mucho pensar dieron con el allium, una planta bulbosa que procede de las zonas templadas de Asia. "Me encantó, además lo encontramos en un tono vino oscuro y me pareció precioso", asegura Rebeca.
En cuanto a su maquillaje y su peinado, Rebeca confió en el equipo de Oui Novias. "Me apetecía un look muy natural, aparentemente poco trabajado como si me hubiera peinado yo, que me pudiera soltar en el momento de la cena sin perder tiempo retocando el peinado, por lo que no podíamos usar mucho producto y creo que hicieron un trabajo impecable", nos cuenta.
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La novia llevó el cabello recogido en un moño sencillo que, como bien explica, después se transformó en una melena suelta con ondas. En cuanto al maquillaje, apostó por una piel luminosa y muy jugosa, con los ojos como protagonistas.
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Su historia de amor
Rebeca y Javi se conocieron cuando tenían 16 años. Los dos son de un pequeño pueblo de Valencia, pero viven en Barcelona desde hace tiempo. "Llevamos 21 años juntos, literal la mitad de nuestra vida, hemos compartido tantos momentos… Sobre todo hemos crecido juntos", nos cuenta.
La novia nos explica que siempre habían querido casarse. "Javi trabaja en Barcelona y después de poder ver factible vivir juntos me pidió matrimonio en Cadaqués, fue el primer destino al que fuimos y siempre decimos que es nuestro lugar mágico".
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El pasado 8 de julio, Rebeca y Javi se dieron el 'sí, quiero' en la Basílica del Monasterio Corpus Christi de Llutxent. "Nos cantó el coro de voces blancas Virelai de la escuela coral Veus Juntes. Tanto el cóctel como la cena se realizaron en los alrededores del propio monasterio, un sitio virgen donde normalmente no se celebran bodas y que tiene un encanto muy especial. Lo genial es que contábamos con varias zonas con ambientes diferentes para el aperitivo, cena y baile y quedó precioso", nos cuenta la novia.
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Organizar una boda perfecta
Para que todo saliera como habían planeado contaron con la ayuda de Lorena Frejo, de Etre Studio (@etrestudio_). "Fue un auténtico placer trabajar con ambos. Lo pusieron fácil desde el primer momento, y tuvimos una relación muy fluida, compartiendo ideas y materializando todo lo que se nos ocurría que creíamos que podría encajar con la estética de la boda. Lo bonito de esta profesión es que te encuentras con parejas llenas de ilusión, y estar en la misma sintonía lo considero súper importante para que nuestro trabajo salga bien", nos explica la wedding planner.
Lorena nos explica que las tres mesas largas en las que se sirvió la cena fueron las grandes protagonistas del montaje. "Elegimos una iluminación discreta estilo guirnalda, y unos candelabros situados estratégicamente a lo largo de todas las mesas que creaban un ambiente acogedor y con toques vintage. Las guirnaldas centrales con verdes, estaban muy integradas en el espacio, como 'recién cogidas', creando un ambiente cercano pero cuidado al máximo detalle".
Muy especial fue también la vajilla, un diseño de estilo vintage que simulaba el aspecto acogedor de las casas de siempre, "las de nuestras abuelas", nos cuenta Lorena. Y explica que ese no fue el único guiño vintage que hubo (además de algunos complementos de la novia). "Toda la boda tenía guiños vintage, con objetos decorativos con mucha historia. Eso quisimos reflejar en todo momento".
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Organizar la boda de Rebeca y Javi fue todo un reto. En los alrededores del monasterio no suelen celebrarse bodas y los novios tenían muchas ideas. "Cuando tuvimos la primera reunión juntos, me pareció un proyecto súper interesante y original, sobre todo por lo que significaba para ellos. A nosotras nos encantan los retos, y sin duda lo era el poder materializar todo lo que soñaban en ese espacio. Fue un trabajo de muchos meses, pero súper satisfactorio", apunta Lorena.
¿La anécdota más divertida? Relacionada precisamente con esto. "Durante la cena, subieron un par de curiosos al monasterio para ver cómo había quedado todo el montaje, ya que es un lugar muy apreciado por todo el pueblo, y en una ocasión como esta, era una expectación para ellos ver cómo había quedado todo el trabajo de tantos meses. Estaban súper contentos", nos cuenta la wedding planner.
Pero esa no fue la única del día. Y Rebeca nos cuenta esta otra. "Subiendo con mi padre en el Mehari nos avisaron los fotógrafos de que paráramos unos momentos porque el novio todavía no había entrado en la iglesia, fue curioso porque se nos quitaron todos los nervios y nos entró la risa, fue todo muy divertido, el mejor trayecto que hemos hecho juntos".
De aquel día Rebeca se queda con todo, aunque la entrada en la iglesia junto a su padre y el primer baile de casados con Javi son dos de los instantes que recuerda con especial cariño. Porque el día de la boda todo pasa tan rápido que esos momentos retienen un poco el tiempo. "A otras parejas les diría que disfruten todo al máximo, que expriman cada segundo de ese día y que dejen que todo fluya, que al final todo sale perfecto y el recuerdo de ese día siempre es más bonito aún de lo que habíamos soñado".
Rebeca quiere agradecer especialmente su trabajo a todos los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda.
- Vestido: Katarina Grey
- Zapatos: YSL
- Pendientes: Gold & Roses
- Fotografía: La Huella Que Dejas
- Wedding Planner: Etre Studio
- Catering: Catering Cinco
- Tarta: Pepina Pastel
- Niños: Monito Kids
- Papelería: Marta Papier
- Bata: Namur Collection
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