Un vestido de novia romántico y con escote Bardot, la elección de Elena Domecq para su boda

Le dio 'sí, quiero' a Amaro González de Mesa este sábado en Jerez de la Frontera

Por Regina Navarro

Los meses de primavera son los preferidos por los novios para fijar la fecha de su boda. Por eso no sorprende que el sábado 27 de mayo se convirtiera en un día muy solicitado. Victoria Montes Suelves y Jorge Torrente celebraban su enlace en Madrid, mientras que Guillermo Bárcenas y Loreto Sesma, que ya se habían casado en una ceremonia civil el pasado 11 de mayo, organizaron ayer una fiesta para sus familiares y amigos. Pero no fueron los únicos. También Elena Domecq Fernández-Durán y Amaro González de Mesa se dieron el 'sí, quiero' en la Iglesia Parroquial de San Marcos de Jerez de la Frontera (Cádiz), en una boda a la que asistió Claudia Osborne y en la que la novia sorprendió con la elección de su vestido.

La novia, que llegó a la iglesia acompañada del brazo de su padre, el ganadero Gonzalo Domecq, eligió un elegante vestido blanco. Una prenda en apariencia muy sencilla que estaba salpicada por detalles de tendencia. El más llamativo fue, sin duda, el escote. Elena eligió para su gran día un diseño con acabado Bardot que dejaba sus hombros a la vista y estaba culminado por un sutil volante semitransparente. Un elemento que se repetía tanto en la zona de las mangas como en la cintura. 

El cuerpo, recorrido por fruncidos y delicados bordados, igual que las mangas, se ajustaba con suavidad a su figura y confería al vestido un aire muy romántico. La falda de silueta A modificada, contaba con apliques verticales, un elemento que además de adornar la prenda ayudaba a estilizar la silueta de la novia.

El poder de los complementos

Muchos diseñadores nupciales aseguran que llevar velo ayuda a la novia no solo a aportar romanticismo y ligereza al look, sino que da ese toque final perfecto para aquellas que se casan en una iglesia. Siguiendo estos consejos, Elena añadió ese complemento a su vestido. Eligió un velo sencillo, sin bordados, que llevó sujeto en la parte posterior de su cabeza, sin cubrir el rostro.

Aunque el moño de bailarina se ha convertido en el peinado preferido de las novias del sur, Elene recurrió a otro recogido que también las enamora: una coleta que lució ligeramente ondulada. Gracias a que llevaba el cabello sujeto, sus pendientes, largos y con un diseño muy especial, quedaban a la vista. En cuanto al maquillaje, se decantó por un favorecedor efecto buena cara que cedía el protagonismo a los ojos y a su sonrisa, que estuvo dibujada en sus labios desde el primer momento.

Muy importante suele ser también la elección del ramo. La novia optó por un diseño de gran tamaño que, aunque contaba con varias flores blancas como protagonistas, tenía también notas de color y un gran predominio del verde. Una composición asimétrica que funcionaba fenomenal con el vestido.