Cuatro maneras de tener una boda 'all white'

Aunque choque con la tradición de la novia blanca y radiante, pedir a los invitados que vayan de blanco no tiene por qué saltarse necesariamente con el protocolo

Por hola.com

Muchas veces tendemos a confundir las tradiciones con normas estrictas de protocolo, especialmente en lo que concierne a las bodas, ceremonias para las que a menudo nos vestimos de largo (aunque no necesariamente de gala), pero que aún así se consideran eventos privados, es decir, eventos donde el dress code lo marcan los anfitriones. De ahí que la moda reciente de pedir a los invitados que vayan de blanco aún pille a muchos por sorpresa, planteándose si vestirse de este color en un día tan señalado no supondrá saltarse las normas protocolarias que normalmente asociamos a las bodas.

VER GALERÍA

Este tipo de normas ya las explicábamos en nuestra guía esencial para entender la etiqueta: lo que normalmente conocemos por el protocolo de las bodas, el que dicta cómo nos debemos vestir en una ceremonia tanto si es civil como religiosa, suele generar debate en torno a varias cuestiones, que empiezan por cómo de largo debe ser el vestido de las invitadas dependiendo de la hora del día, y que acaban por la eterna pregunta de si está bien o mal llevar negro o blanco a una boda, dos colores tradicionalmente prohibidos por asociarse al luto el primero, y competir con el vestido de la novia el segundo.

Una foto publicada por LIZ CANTOR (@lizcantor) el

Sin embargo, tal etiqueta no está escrita a fuego en el protocolo nupcial. Al no ser eventos oficiales, cada boda puede regirse por las normas de estilo que deseen los novios, independientemente de que aún hoy se considere una 'afrenta' para la novia el vestirse de blanco. "Por eso es muy normal ver chalecos de colores en las bodas y mezclas de caballeros con chaqué y mujeres con traje largo" nos comentaba Marina Fernández, directora de Relaciones Institucionales del Grupo Escuela Internacional de Protocolo, al preguntarle sobre la etiqueta de las bodas. Este tipo de ceremonias, puntualizaba ella, pueden inspirarse de alguna manera en las reglas clásicas de protocolo, aunque no es necesario. Si unos novios indican que se debe ir de blanco a su boda, no están saltándose el protocolo.

Una foto publicada por Nouba (@nouba_blog) el

El blanco entre los invitados ha sido un color cada vez más común en las bodas recientes, muy especialmente cuando son los propios novios los que levantan el veto a este color, y lo que es más, insisten en que todos sus invitados se vistan así, algo habitual en las bodas a pie de playa o cercanas al mar (las bodas ibicencas, como se las conoce en España). Por otra parte, y aunque evitar el color blanco suele ser la regla número uno en prácticamente cualquier lista de consejos con lo que NUNCA debemos llevar a las bodas, cada vez son más las novias que se pasan del blanco a otros colores menos tradicionales, dejando claro que este color no está reservado exclusivamente a las novias ni por tradición, ni tampoco por estilo.

De entre las muchas opciones para tener una boda en all white e incluir una nota de blanco más allá del vestido de la novia, hay varias maneras de hacerlo, que pasan por el número de personas que los novios deseen que se vistan de blanco, y también por el diseño del propio traje de novia.

Una foto publicada por Bethany Dean (@glassjarphotos) el

1. Novia y novio vestidos de blanco, invitados en otro color

El novio suele vestir tradicionalmente de frac o chaqué, aunque en las bodas modernas no es raro que él se vista también de blanco cambiando estas prendas por un traje de verano mucho más sencillo o incluso un esmoquin, una prenda masculina que no se considera de ceremonia sino de fiesta. Johannes Huebl dio el 'sí quiero' a Olivia Palermo con un dos piezas de Marc Anthony Hamburg en marfil, con corbata y pañuelo en azul marino, dando el pistoletazo de salida a esta tendencia en el verano de 2014. Otros celebrity grooms que han ido del brazo de sus novias con un traje que complementaba el color de su vestido habrían sido Ian Somerhalder, de Nedo Bellucci en su boda con Nikki Reed, o Guy Ritchie, que no sólo se vistió de un color claro en su boda junto a su ahora mujer, Jacqui, sino que toda la comitiva de los novios, integrada por los cinco hijos del director de cine, también se vistieron así.

2. La novia y las damas de honor de blanco

Que los niños vayan de blanco a las bodas, especialmente si forman parte de la comitiva de los novios, no es raro, aunque hoy en día es habitual verles llevar vestiditos y trajes de otros colores más vivos como el verde o el amarillo. Lo que ya es menos convencional es que las damas de honor se vistan de blanco: este tipo de vestidos suelen complementar el de la novia porque son diferentes en diseño, tejido e incluso tonalidad, combinado por ejemplo el marfil con el blanco nuclear. En España la tradición de las damas de honor es menos común que la de los testigos de boda de toda la vida, ya que las bridesmaids son una tradición originalmente asociada a las bodas catolico protestantes, y que normalmente vienen de la mano con las tradiciones importadas de Estados Unidos. En los países angloparlantes, además, se diferencia a las damitas de honor encargadas de llevar las flores o los anillos (flower girls), de las damas de honor más mayores (bridesmaids), que suelen tomar el papel de asistir a la novia.

Una foto publicada por Poppy Delevingne (@poppydelevingne) el

Además de la Duquesa de Cambridge y su hermana Pippa, las celebrity brides han hecho uso de la dama de honor de blanco en muchas ocasiones, tanto si cuentan con una única bridesmaid como si llevan una auténtica cohorte de acompañantes. Especialmente en el caso de las hermanas: así lo hicieron Poppy y Cara Delevingne, ambas vestidas de Chanel en la ceremonia de boda de la primera en Londres, o todas las hermanas de Kim Kardashian, que no sólo se visiteron de blanco para acompañar a la socialité hasta el altar en su boda con Kanye West, sino que lo hicieron de la firma española YolanCris, con cuatro vestidos de crepe en marfil, creados por encargo por Kim especificamente para ese día.

3. Todos de blanco

Esta es la boda en all white total. Es especialmente común en las bodas a pie de playa y también en las bodas muy urbanas, en pleno centro de la ciudad, ya que vestir a todos los invitados de blanco contrasta con el fondo gris del asfalto, especialmente si comparamos la boda city con una boda en un entorno rural. Los invitados de blanco ponen una nota de color uniforme al entorno que rodea a los novios tanto a la salida del enlace como en las fotos del book de boda. Dos ejemplos muy llamativos de bodas de este tipo los hemos visto en las dos bodas más recientes de la familia de Beyoncé: tanto su hermana Solange, como su madre, Tina Knowles, se han casado de blanco, con el novio de blanco y todos los invitados también vestidos de este color. El resultado de las fotos es espectacular y, a pesar de todo, sigue siendo evidente quién es la novia y quién no, incluso para los más escépticos a esta tendencia.

Una foto publicada por Anna Kidman (@annakidmanweddings) el

4. Los invitados de blanco y la novia de otro color

Es la opción menos común, aunque suele ser la reacción inversa la norma del 'blanco prohibido' de las bodas: si normalmente suele decirse que una invitada de blanco está compitiendo la novia, aquí se aplica lo contrarario cuando la novia lleva un diseño de color, y son los invitados los que deben respetar su deseo de acudir de blanco para que el único vestido que destaque sea el suyo. Una celebrity bride que optó por casarse de esta manera fue Poppy Delevingne en su segunda boda, celebrada en Marrakech día después de la primera, y para la que la novia escogió un diseño boho de flores multicolor en tonos pastel de Emilio Pucci. En contraste con su vestido de color, el resto de su comitiva nupcial se vistió de blanco: su hermana Cara con un tuxedo de encaje la misma firma, y también sus otras damas de honor, con vestidos iguales en encaje blanco, con diseño de falda de volantes y hombros caídos. El resto de invitados acudieron a la ceremonia con un dress code más libre, con abundantes piezas de blanco mezcladas con color.