Madonna, sus hijas y Jesús Luz se 'disfrazan' al ritmo de samba

Por hola.com

¿Quién se esconde tras la máscara? La mismísima Madonna se dejó seducir por el espíritu festivo del carnaval y se puso un antifaz con el que intentaba quizá desapercibida a miradas indiscretas. En Río de Janeiro no se oía nada más que samba y lo único que se veía este fin de semana eran movimientos de caderas y pies que seguían los sonidos más latinos. Un año más el sambódromo se llenó de cientos de personas que desfilaron ante la atenta mirada de numerosas caras conocidas, que se acercaron a Brasil para vivir en primera persona una de las celebraciones más conocidas internacionalmente.


Con ella estaba su novio Jesús Luz, encantado de estar en su tierra y que tampoco dudó en “disfrazarse” con un sombrero de copa lleno de puntos brillantes. El modelo estuvo muy pendiente de Mercy, la pequeña adoptada por la artista recientemente, que no se perdía detalle de lo que ocurría a sus pies. Mientras, Madonna escuchaba atentamente las explicaciones de los amigos que les acompañaron y comentaba con Lourdes María, su hija mayor, las curiosidades que veían. Los dos chicos de la casa, Rocco y David, también viajaron con su madre para conocer las tradiciones del país sudamericano.

 


La intérprete estará en Brasil al menos hasta el día 20 de febrero, ya que entre sus compromisos está el visitar algunos proyectos humanitarios en Sao Paulo y Río de Janeiro, además de negociar la implantación de su ONG, Success for kids, en el país. Con este objetivo se reunió con el gobernador del estado José Serra en Sao Paulo antes de regresar a Río para seguir la fiesta. Esta escapada ha supuesto además el reinicio de su relación con Jesús Luz, con el que no ha escatimado en muestras de cariño, demostrando que la distancia que se tomaron les ha unido aún más.

En las gradas del sambódromo se descubrieron otras caras conocidas como la de Paris Hilton cuya visita no estuvo exenta de percances. En la presentación de una marca de cerveza, los tacones le jugaron una mala pasada a la polifacética heredera que acabó en el suelo. Sin perder el humor, siguió su discurso ante la atenta mirada de su novio Doug Reinhardt como si todo formara parte de un espectáculo preparado. Al día siguiente se cambió de ropa y, con un provocativo atuendo (un ajustado y escotado vestido amarillo con un tocado de plumas), asistió al desfile de escuelas de samba.