El Baile de la Ópera se ha convertido estos días en el acontecimiento del año en Austria, una cita internacional del mundo de las finanzas y de la política. El promotor inmobiliario austriaco, Richard Lugner y su esposa Christina invitan, desde 1992, a una estrella para la pertura en medio de un gran despliegue publicitario. Este año, la cantante británica Geri Halliwell, ex miembro del grupo Spice Girls, sucederá en este honor a actrices como Andie McDowell o Pamela Anderson.
Para la Presidenta del evento, Elisabeth Guertler, el Baile de la Ópera es algo serio y que contribuye a fomentar los encantos turísticos de Austria, ya que un tercio de los invitados viene del extranjero.
Discrepancias por su celebración Esta nueva edición no ha estado, de todos modos, exenta de polémica, pues ha habido diferentes llamamientos para que se suspendiese en respeto a las víctimas del maremoto asiático, de hecho, ha habido una lista de participantes menos mediática de lo habitual. La propia alcaldesa de Atenas, Dora Bakovannis, anunció que acudiría al Baile con ocasión de un viaje a Austria, para convencer a su colega vienés, Michael Haeupl, de que ambas capitales cooperen en la reconstrucción de la zona afectada.
No obstante, el Opernball, iniciado a principios del siglo XIX, sigue siendo el más solicitado de los 300 bailes donde giran los valsistas en el invierno vienés. Una de las novedades de este año ha sido la prohibición de fumar además de contar entre los 180 debutantes con varios japoneses y una pareja de chinos. Las 4.700 entradas, cuyo precio oscila entre 215 y 16.000 euros, se agotaron hace un año. El evento se retransmite por numerosas televisiones sobre todo británicas y alemanas y se ofrece en diferido a millones de espectadores de toda Asia. Desde el año 2000 la marca "Baile de la Ópera" también se exporta mediante previa licencia a ciudades como Nueva York, Zagreb, Dubai y ahora Belgrado.
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