Rocío Durcal: "Tengo más ilusión que nunca"

Por hola.com
—Haciendo un símil con una de tus más famosas canciones, Rocío, «Si nos dejan». ¿Qué harías tú si te dejaran?
—Yo estoy contenta con lo que hago. No creas tú que yo he dejado de hacer cosas. He hecho cine, teatro... Por eso estoy muy bien como estoy. Sólo tengo que engrosar lo que he conseguido para poder seguir dando a la gente que me ha ayudado a hacerme.
—Mujer agradecida.
—Para disfrutar yo, tengo que hacer disfrutar a los demás. De lo contrario, me muero.
—¿Te gustas a ti misma?
—Sí. Y por eso tengo que gustar a los demás. No fallarles.
—¿Notas cuando gustas a los demás, Rocío?
—Lo sé.
—Haces las cosas de verdad.
—De verdad.
—Te tiras sin red.
—Sí, claro. Pero también lo pienso mucho antes de dar el paso. Porque para cruzar la calle, no veas cómo lo pienso.
—Sí, pero cuando la cruzas, la cruzas.
—Eso sí, la cruzo. Aunque me caiga el chaparrón.
—¿Qué genera duda en Rocío Dúrcal?
—Aparte de estar bien, físicamente bien, tener bien la voz. Es lo único que me puede preguntar. Pero también te diré que no soy de esas cantantes que pretenden estar cantando igual que cuando tenían veinte años.
—Aparte que las cuerdas bocales también sufren un desgaste.
—Sí, claro. Yo canto en el nivel de mi edad, porque sé que tengo unos buenos pulmones, una buena garganta y puedo dar lo que quiero dar.
—¿Estás asentada?
-Sí.
—Puede también ocurrir que quiera cantar la garganta, pero que la cabeza se niegue.
—Nunca me ha sucedido eso. Los problemas anímicos los dejo completamente.
—Anémicos...
—Eso, anémicos (ríe con fuerza). No me lo permito yo.
—¿Hasta que el cuerpo aguante en el escenario, Rocío?
—A veces, compañeros míos, y no voy a dar nombres, quieren morirse sobre el escenario y todo eso. Yo no quiero estar con garrota, y no voy a estar pensando si con setenta seguiré en esto.
—Treinta y tres años de matrimonio.
—Treinta y tres.
—Casi una vida entera.
—Desde luego. Hasta Antonio y yo nos decimos a veces: «¿Sabes los años que llevamos casados?».Y nos da la risa. Nosotros nunca hemos pensado cuánto íbamos a durar, porque nuestro matrimonio es para toda la vida.