Todo sobre el vestuario de 'Babylon': la película de Margot Robbie, Brad Pitt y los 7.000 looks

Ni chicas 'flapper' ni tocados de pedrería, el nacimiento de Hollywood no es tan glamouroso como parece

Por Mariana Torres

Viajamos hasta Hollywood, cuna del star-system. Es 1926, llega la ansiada incursión del sonido a las películas y la depravación está a la orden del día, lejos aún del glamour que se vivió dos décadas después, en la edad dorada del cine: aceleradas secuencias de baile, fiestas orgiásticas y caóticas sesiones de filmación componen la atrevida nueva apuesta de un Damien Chazelle que regresa al cine musical para destrozar nuestra percepción sobre los 'felices años 20'. Contrario que en Whiplash (2014) o La La Land (2016), aquí no existe espacio para la pausa o reflexión. Babylon es, en toda regla, una sucesión de estímulos con más de 100 partes habladas, 250 figurantes, seis personajes principales y 7.000 disfraces que ponen en duda todo lo que nos contaron en El Gran Gatsby.

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Babylon, la antítesis de El gran Gatsby

“No quiero que esto se vea como otra película de los años 20”, sentenció el director y guionista a la diseñadora de vestuario Mary Zophres, con quien había colaborado anteriormente en la oscarizada La La Land. A pesar de los obstáculos que esto presentaba, ella aceptó el reto. El edicto de Chazelle es simple de entender, pero difícil de ejecutar: nada de vestidos flapper ni sombreros cloché, diademas con plumas o turbantes de cristales. Para evadir cualquier tópico de moda, Zophres se sumergió en la investigación más extensa de su carrera, comenzando en enero de 2020.

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Por circunstancias que no hace falta repetir, tuvo más tiempo del que pensaba para llevarla a cabo. La producción se retrasó hasta la primavera de 2021, dándole a Zophres suficiente margen para escoger tejidos, buscar proveedores internacionales y bocetar algunos de los 7.000 disfraces de guerreros medievales, estrellas de cine y hasta domadores de elefantes que, en un punto de la película, se ven sometidos a los efectos de las heces, el vómito y demás consecuencias desagradables de las salvajes juergas de la época. El sueño de todo diseñador, ¿no?

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El método 'Zophres' para el vestuario de época perfecto

En su búsqueda, contactó con distintos insititutos de diseño, museos y casas de vestuario para cine con la esperanza de adquirir alguna joya vintage de los 'felices años 20' que no incurriera en clichés históricos. Sin embargo, su plan dio un primer tropiezo cuando vio que las prendas que se conservan de esa época reflejan precisamente aquella glamourosa realidad de las chicas flapper que Chazelle rechaza, pero gusta mucho al resto de directores de Hollywood. 

Por suerte, no todo estaba perdido, explica la diseñadora en una entrevista a BoxOfficePro: "Toda la ropa vieja que usaba la gente común ya no existe porque tendría 100 años. Y si encuentras algo original, se desintegrará al ponértelo. Pero el proceso fue muy útil para ver cómo se confeccionaban las cosas entonces, qué telas estaban usando, costura, sastrería...". 

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No había lugar a error en esta misión, de ahí que fuera Zophres la elegida por Chazelle para llevar a cabo el trabajo. Se define a sí misma como una perfeccionista, con ojo clínico para los detalles. Por ejemplo, para capturar la sensación arrugada de los impermeables que vemos en la secuencia de Cantando bajo la lluvia, se utilizaron forros de cortinas de ducha que Zophres encontró en una tienda 99 Cents Only.

“Enviamos a cualquiera que viviera cerca de una de esas en todo el condado de Los Ángeles a comprar 400 o 500” -confesó la artífice- “Y cada disfraz esconde una historia como esa”. En su modus operandi, cada personaje, desde el principal hasta sus más de 200 figurantes, tiene un relato personal que define cómo se vestirá en cada escena de la película

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¿De verdad sabemos cómo se vestían las personas en décadas pasadas?

La pregunta puede parecer soberbia porque existen registros gráficos de sobra para hacernos una idea sobre las costumbres de tiempos antiguos, pero no sería la primera vez que una película nos da una imagen equivocada de cómo vestían las personas en su día a día. Un fenómeno común en el vestuario de cine es valerse de las tendencias del momento, es decir, las más vistosas o preferidas por los famosos de la época, para que no quede duda de dónde está ambientada la trama: si pensamos en la década de los 70, nos vendrán a la mente vestidos de lentejuelas, chaquetas de flecos, plataformas estratosféricas o peinados de tipo afro.

Esto es justamente lo que Chazelle ordenó evitar: "Buscamos inspiración en los años 20, pero no puedes identificar los looks como de los años 20. Hemos visto muchas películas de Hollywood que se han basado en un estilo particular de esta década, pero está esto otro mundo que realmente no ha sido explorado", explicó la diseñadora.

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Una subversiva Margot Robbie, la cara más transgresora de los años 20

El director le dio una lista de libros y películas sobre los inicios de Hollywood y las primeras películas mudas, pero también se sirvieron de fotografías de los viejos estudios de filmación en los archivos de Paramount Pictures, retratos reales de familias de clase trabajadora, cartas que describen en primera persona las fiestas de la élite cinematográfica. El resultado es la radiografía de una ciudad de estrellas sumida en decadencia, distante del ostentoso imperio que conocemos ahora.

Zophres presume de tener respaldo bibliográfico para cada una de sus elecciones de vestuario, por anacrónicas que parezcan si nos basamos en los estereotipos perpetuados en el cine: "Nuestra investigación demuestra cuán reveladores fueron los años 20, con pantalones cortos diminutos, blusas cortas y dobladillos altos, un gran cambio con respecto a la década anterior"

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'Babylon': ¿en qué glorias del cine se inspiran los personajes de Margot Robbie y Brad Pitt?

Es la primera impresión que nos da Nellie LaRoy (Margot Robbie) apenas entra en escena con un minivestido rojo envolvente de escote profundo. La diseñadora trabajó de la mano de la actriz para crear un pasado para esta joven desenfadada, exbailarina y aspirante a estrella de cine que viene de la costa este de Estados Unidos a triunfar en las nuevas películas sonoras.

"Nellie va a la fiesta para ser descubierta y envuelve este pañuelo alrededor de su cuerpo, lo mete dentro de sus pantalones cortos y lo deja caer en la cadera. Pensé que era algo que ella podría haber improvisado, hecho ella misma...", explica Zophres sobre el look inicial de su fogosa protagonista, que se muestra durante una secuencia musical y exigió el conocimiento técnico del equipo para darle a la actriz un poco más de cobertura. Se agregaron huesos maleables dentro de la prenda, de modo que Robbie pudiese bailar sin dificultades, con la tela bien ceñida a su cuerpo.

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Cómo eludir los estereotipos sin caer en otros estereotipos

Li Jun Li interpreta a Lady Fay Zhu, un personaje basado indirectamente en la actriz de ascendencia china Anna May Wong, la primera mujer asiática protagonista de películas de Hollywood. Los carrera de Wong estuvo tristemente marcada por papeles estereotipados que, más que para inspirar a otras jóvenes asiáticas, sirvieron para reforzar la percepción pública sobre esta raza marginada de 'mujeres seductoras' (las oiran o geishas en Japón, por ejemplo), así que Chazelle planteó que Lady Fay Zhu fuese en realidad un homenaje al arquetipo de garçconne, una figura andrógina en conflicto con la mirada masculina. De su vestuario resalta un traje de tres piezas verde con solapa satinada y un sombrero alto que inmediatamente nos recuerda Marlene Dietrich o Greta Garbo.

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Únicamente en una escena, la actriz sí viste un traje tradicional chino, un vestido cheongsam de seda color rosa con estampado de flores, para bailar un tango con Margot Robbie, quien, para sorpresa del espectador, luce un mono vaquero típico de los trabajadores de la construcción, mineros, entre otros oficios relacionados con la mano de obra. En esta década, el denim no se había extendido mucho más allá de los armarios del proletario al considerarse un tejido resistente para las intensas labores manuales, nada apropiado para una señorita aspirante a actriz.

Este giro en los estilos de ambas presenta una dicotomía entre lo femenino y lo masculino, un tema en boga en esta época cuando las mujeres estaban comenzando a llevar pantalones u otras prendas originalmente diseñadas para el uso de los hombres.

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El vestuario masculino también tiene sus complicaciones

Brad Pitt, hace de Jack Conrad en el universo creativo de Chazelle, una combinación entre John Gilbert, un joven Gary Cooper y un Clark Gable en sus últimos años. El actor da vida a un icono del cine mundial que, a pesar de su atractivo, se da cuenta de que comienza a caer en el olvido, especialmente con la llegada del cine sonoro y a color, un registro con el que no se siente identificado. Para elaborar su vestuario, Zophres analizó decenas de fotografías reales de actores de la época: “Es un bon vivant, no demasiado formal. Damien estaba muy convencido de que debía ser así porque ese es el look que se ve en muchas películas de los años 20, cuando los hombres iban a fiestas con esmoquin pero usaban ropa deportiva en casa o en el set de filmación”. 

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El estilo de Conrad es más que todo deportivo, pero ello no significa que es más fácil de realizar. Para asegurar una confección perfecta e históricamente correcta, tuvieron que desmontar decenas de chaquetas de traje vintage. Esto les permitió omprender la colocación exacta de los botones, hombreras y costuras, todo sumado al conocimiento de la diseñadora: solo se utilizaron tejidos de punto natural teñidos de una gama limitada de colores, pues los materiales sintéticos aún no existían, ni tampoco los cierres metálicos, así que no verás uno solo de ellos en el vestuario de los actores.

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