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El pasado sábado, Beatriz de York se convirtió en una de las invitadas más buscadas en la boda de Lady Gabriella Windsor gracias a su arriesgado vestido de encaje y volantes. Su hermana Eugenia no pudo asistir al enlace por estar de viaje aquel día, pero ambas se reencontraron ayer en una exposición de arte en la cual, además, protagonizaron un nuevo duelo de estilo. Esta vez, la hija menor de Andrés de York y Sarah Ferguson ganó el ‘enfrentamiento’ gracias a un dulce diseño con el que se apuntaba a una de las tendencias en auge en las alfombras rojas más mediáticas del mundo.
Además de asistir a la exhibición, la princesa Eugenia acompañó previamente a sus tíos, los condes de Essex, a la presentación del Premio de Oro Duque de Edimburgo en los jardines de Buckingham Palace. Por lo tanto, necesitaba un conjunto que se adaptara a la sofisticación propia de un evento en palacio pero que contara con un toque de tendencia perfecto para una cita con el arte moderno. Se decantó por un vestido sin mangas, de cuello Perkins y falda midi de línea 'A' entallado a la cintura y confeccionado en un tejido de efecto degradado en tonos pastel decorado con grandes hojas estampadas con un acabado metalizado. Esta pieza es obra de la casa Peter Pilotto, que también diseñó su vestido de novia.
Tanto los colores turquesa y salmón del modelo como los detales plateados y el tejido vaporoso evocan a una estética 'unicornio' que supermodelos como Elsa Hosk o Claudia Schiffer han escogido en los últimos días para posar ante las cámaras en el Festival de Cannes, aunque evidentemente ellas apostaron por creaciones con largas colas y efecto más impactante más adecuadas al la situación. La princesa inglesa adapta esta imagen a un perfecto look de cóctel que remata con salones metalizados con detalles de tachuelas y discretas joyas en clave minimalista.
Por su parte, Beatriz prefirió mantenerse en un segundo plano y dejar brillar a su hermana, que también estuvo encargada de decir unas palabras de presentación en el evento. La mayor de las hermanas escogió un sencillo pero acertado vestido rojo de cuello a la caja y falda evasé al que sumó blazer negra decorada con largos flecos. Remató con bolso cruzado en tono verde botella y mocasines cuajados de pequeñas aplicaciones metalizadas.
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