Aunque suene manido, no deja de ser cierto que Alejandra de Rojas es de esas mujeres que entran en una habitación y acaparan todas las miradas. No es solo cuestión de belleza o elegancia, ni tampoco de un estilo inspirador; es un conjunto de cosas, un halo que la hace distinguida y magnética. Y lleva la moda en su ADN, aunque la vive con calma y cierta distancia. La distancia que implica vivir en el campo, junto a su hijo, Pepe, sus caballos y sus perros. Desde allí ha viajado a París, para formar parte de una deslumbrante historia con la Alta Costura como protagonista, y un castillo parisino, que es el mejor escenario para tan fastuoso encuentro.
-Alejandra, ¿cómo te sientes al posar con esta magia alrededor?
-Como una privilegiada. La magia surge inevitablemente cuando se mezclan en una misma imagen la fuerza de las piezas únicas de Alta Costura, con la belleza de este entorno natural tan especial, y en esta época del año.
-Dicen que París es diferente cada vez que se visita, ¿la sientes tú también así?
-Sin duda. Ninguna ciudad es estática. Además, nuestra percepción cambia según con quien la visitemos, el momento personal que estemos atravesando o, sencillamente, porque alguien nos la enseña a través de sus ojos. No se trata de descubrir nuevos rincones, sino de observar los mismos con otro ángulo. He visitado muchas veces a París y nunca bajo el mismo prisma.
-¿Qué significa para ti la moda haute couture?
-Es el espectacular resultado de un trabajo muy meticuloso, que pasa por plasmar una idea en una pieza tangible; es en un sueño que, al verlo en movimiento, cobra vida.
-¿Tienes alguna pieza de Alta Costura en tu armario?
-El vestido de novia de mi madre que el diseñador cordobés Elio Berhanyer le hizo a medida. Rompió moldes al casarse de corto, y de color pistacho, en el año 1968. Tiene su sitio en mi armario y es mi amuleto para cualquier fiesta.
-Eres una de las mujeres más elegantes de España, al igual que tu madre. ¿Es ella tu máxima inspiración?
-Ella me inspira en muchas cosas cotidianas del día a día. Se ponía el mundo por montera, fue una mujer adelantada a su tiempo. Y aunque su estilo resulta inspirador, lo que de verdad me impregna es su carácter decisivo y su personalidad.
-La moda ha cambiado muchísimo en los últimos años. ¿Te identificas con esta evolución?
-Hace tiempo que la moda no es revolucionaria. Evoluciona, pero es cíclica. Está casi todo inventado. Es verdad que acompaña el cambio social, pero hace mucho que no marca las décadas.
-Eres una firme defensora de la moda española. ¿Qué te parece este rotundo éxito que está viviendo en el mundo?
-Siempre será una gran alegría que la moda española tenga tanto reconocimiento a nivel internacional. Además, es algo que indica que, en ese ámbito, estamos haciendo las cosas muy bien.
-Dado tu fuerte vínculo con el mundo fashion, ¿nunca se te ha pasado por la cabeza lanzarte al diseño prêt-à-porter?
-Son palabras mayores, y nunca he pensado en ello. Estoy muy contenta con mi faceta de editora, y me gustaría poder hacer un podcast en un futuro cercano. Mi sección en ¡Hola! Living necesita movimiento y continuidad acorde con su esencia.
-Llevas una vida feliz en el campo, pero, ¿es tan idílica como parece?
-Nada es tan ideal como parece. Los inviernos se pueden hacer duros cuando oscurece a las seis de la tarde y todo es silencio. Aun así, merece la pena por todo lo bonito que conlleva. Aprendo de mis caballos, con los que convivo a diario, disfruto de la compañía de mis perras, del silencio, de una tarde de verano en la alberca en buena compañía, y de largas conversaciones frente a la chimenea, en invierno. En mi casa no hay tele y las horas muertas se llenan con un buen libro. Llámame antigua…
"La vida en el campo no es tan idílica como parece, los inviernos se pueden hacer duros cuando oscurece a las seis de la tarde y todo es silencio. Aun así, merece la pena por todo lo bonito que conlleva"
-¿Te resulta sencillo conciliar este estilo de vida con tu trabajo y con el colegio de Pepe?
-Todo es proponérselo. Es tan sencillo como querer hacerlo. En la vida casi todo se reduce a una cuestión de voluntad.
-¿Qué valores tratas de inculcarle?
-Ser fiel a uno mismo. Vivimos en un mundo en el que la mayoría anhela vivir la vida del prójimo. Lo genuino está en extinción. Dotarle de las armas necesarias para que crea en sí mismo, me parece primordial. Quiero que sea su mejor versión.
-¿Qué planes os gusta hacer juntos?
-Todos los días con Pepe son una aventura. Nunca sabes por dónde te va a salir. Lo más gratificante es cuando él muestra curiosidad por un tema, y yo le respondo. Esas conversaciones están llenas de magia.
-¿Qué consejo le darías a Pepe, que para ti haya sido valiosísimo en tu vida?
-Que en la vida lo que cuesta no es subir, sino bajar. Mi madre decía que con esfuerzo y constancia casi todo era posible.
-Volviendo a la moda, ¿con qué tendencias te veremos el próximo invierno?
-En el campo, seguramente, me pilles con unos vaqueros, una camisa de cuadros, bajo un jersey redondo, botines y una chaqueta de cuadros.
-¿Qué prendas están siempre en tu armario, durante los meses de frío?
-Los pantalones de pana; las chaquetas hechas a medida, los jerséis de cashmere y unas buenas botas.
-Sientes predilección por esta época del año, ¿cuáles son los placeres que más disfrutas del invierno?
-Los amaneceres de escarcha; las tardes de chimenea; el olor a castañas asadas, los largos paseos a caballo en compañía de Curra y Bona… ¡Todo!