Claudia Bouza: de la moda a la interpretación... una actriz que dará mucho que hablar

Claudia ha protagonizado portadas internacionales, ha sido musa de Nicky Jam en su videoclip Miami y su primera película en España, Asombrosa Elisa, en la que trabaja junto a Silvia Abascal, entre otros, la llevó hasta el Festival de Sitges. Enamorada de la moda, busca su sitio en la interpretación. No olviden su nombre, porque dará de qué hablar.

“Empecé en la moda mano a mano con la publicidad. Hice teatro desde los catorce años y gradualmente me fui interesando más por la interpretación”

©Chesco López

—¿Qué llegó primero, ser modelo o actriz?

—Empecé en la moda, mano a mano con la publicidad. Hice teatro desde los catorce años y gradualmente me fui interesando más por la interpretación.

—¿Y recuerdas cómo nació en ti el deseo de subirte a las pasarelas e interpretar? ¿Lo habías vivido en casa antes?

—De pequeña me hacía fotos con la cámara digital de mi madre detrás del coche y en todas las esquinas de la casa. Experimentaba con maquillaje, hacía mis propias joyas, dibujaba a modelos… Poco a poco me llamaron la atención las actrices, las películas de Hollywood y los musicales. Mi madre me llevaba a menudo al teatro y con tan solo diez años ya soñaba con estar en las tablas. Además de la música, que siempre ha formado parte de mi vida, tocaba el piano y hacía ballet desde los seis años.

—En un momento dado, te marchaste a vivir a Nueva York, ¿cómo fue ese tiempo?

—Me mudé a Nueva York en dos mil dieciocho para estudiar en la escuela de teatro y cine de Lee Strasberg. Nueva York me ayudó a encontrarme a mí misma, porque sabía lo que me motivaba y entendí plenamente mis objetivos, aunque eso supusiera estar sola.

—¿Y ahora has regresado a España?

—Actualmente estoy en Madrid. En España hay mucho talento, algunos de los que admiro están aún por descubrir, pero siento que la industria de cine en España ha cambiado, la búsqueda de nuevos talentos es más elevada que nunca. Por supuesto, siento gran admiración por los grandes directores de cine españoles, pero también admiro a otros que tan solo están comenzando.

“A día de hoy vivo entre España y Estados Unidos. Me gusta América y me ha dado muchas oportunidades, pero creo mucho en el cine de nuestro país y el talento que lo rodea”

©Chesco López

—En estos momentos, ¿en qué estás más enfocada?

—Después de tres años haciendo teatro, me apetece adentrarme en el mundo audiovisual. Entre otros de mis objetivos está la producción. Pero paso a paso.

—En los últimos meses has estado en Cannes, San Sebastián, Sitges… ¿Cómo estás viviendo este momento?

—Los festivales son increíbles para empaparte de arte y fomentar el sentido de comunidad entre los amantes del cine. Desde fuera se ve el minuto de gloria del momento red carpet, aunque fueron horas de preparación y muchos cambios de última hora, y aun así lo disfruté mucho. Fue una búsqueda de respuestas creativas muy interesantes y, como siempre, lo viví al máximo.

—¿Irás a los Goya o, quizá, te ves un día en los Oscar?

—¡Por supuesto, me encantaría!

 —¿Qué proyectos tienes para los próximos meses, teatro, cine, tele…?

—En enero comienzan nuevos proyectos y formaré parte de algo muy especial de lo que espero poder hablar pronto.

“Tengo fe en la humanidad, confío por defecto en las personas y eso conlleva a estar abierta a experiencias a veces dolorosas. Pero prefiero vivir arriesgando por ahora. Cuanto más experiencias tenga, mejor actriz seré”

©Chesco López

—¿Y siempre sin dejar el mundo de la moda?

—Amo y disfruto mucho la moda, todos los proyectos que aporten son bienvenidos siempre.

—¿Qué ha supuesto para ti protagonizar grandes portadas internacionales?

—Estoy muy agradecida y siempre me hago una pregunta que me ayuda a serlo, y es: “¿Qué pensaría mi yo de hace diez años de mi yo de ahora?”. Es importante para mí conectar con mi niña interior y agradecerle todo el reco­rrido.

“Así soñando, diría que me gustaría trabajar con Woody Allen, pero me temo que está rodando su última película, en París, aunque siempre dice que es la últi­ma”

—¿Cómo fue trabajar con Nicky Jam en su videoclip Miami, en dos mil veintiuno?

—Nicky es de lo más divertido, fueron días muy buenos. Tuve la suerte de trabajar con Jessy Terrero, director y productor, con el que conecté desde el primer momento.

—¿Sigues trabajando en Estados Unidos? ¿Qué proyectos tienes allí?

—Estoy abierta a dos proyectos en Estados Unidos para el año que viene. Me gustaría volver y poder pasar temporadas de trabajo, pero siempre que pueda regresar a España. Aun así no quiero poner restricciones.

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—¿Cómo te definirías, cómo eres?

—Me gusta arriesgar, me considero alguien con fuerza interior, pero a la vez sensible, creativa y muy curiosa. Tengo fe en la humanidad, confío por defecto en las personas y eso conlleva estar abierta a experiencias a veces dolorosas. Pero prefiero vivir arriesgando por ahora. Cuanto más experiencias tenga, mejor actriz seré.

—¿Cuáles son tus grandes pasiones?

—El teatro, la música y la moda.

—¿Con quién te gustaría trabajar?

—Así soñando, diría que Woody Allen, pero me temo que está rodando su última película, en París, aunque siempre dice que es la última. Ha creado su universo propio en la coreografía del caos, me apasiona su estilo y sus películas no intentan impresionar, y eso es lo que más me gusta.

—¿Qué te ha traído la película Asombrosa Elisa en dos mil veintidós?

—Asombrosa Elisa fue mi primera película española y fue la razón del primer planteamiento de mi vuelta a España. También fue mi primera vez en el Festival de Sitges y eso fue de lo más especial.

©Chesco López

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—¿Qué ha sido lo mejor y qué lo peor del año que acaba de finalizar?

—Dos mil veintidós me ha llevado a muchos cambios y vueltas inesperadas, pero todo tuvo sentido más tarde cuando vino algo mejor. Todo, absolutamente todo, pasa por algo, solo hay que encontrar el significado verdadero.

—¿Y cómo has empezado este dos mil veintitrés?

—Con mucha paz y rodeada de buenos amigos y familia, como cada año.

—¿Algún propósito de año nuevo?

—Es un año lleno de propósitos para mí, no creo en que los sueños se cumplan, creo en que los sueños se trabajan. Dos mil veintitrés va a ser un año más de esfuerzo y sacrificio, pero también de disfrutar lo sembrado. Espero y deseo que sea un año lleno de sorpresas buenas y mucho amor.

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