1/9

La boca es una parte clave de los animales

Si miras a tu propia salud bucodental serás muy consciente de hasta qué punto es prioritario que nuestras mascotas tengan la mejor de las condiciones en lo que se refiere a su higiene y condiciones dentales. Sin embargo, para ellos los dientes no son solo es una herramienta para procesar los alimentos y nutrirse, los dientes también los utilizan para comunicarse, transportar objetos y su defensa. La boca de nuestras mascotas está expuesta a muchos más condicionantes negativos que la de los humanos, porque en el caso de los perros al salir a la calle están expuestos a multitud de bacterias y a encontrar alimentos casuales que podrían poner en peligro su salud y el estado de sus piezas dentales.

Leer más: Consejos para que tu gato duerma mejor

2/9

El sarro es el enemigo silencioso

Existe algo de confusión entre lo que es el sarro y la placa bacteriana. En seres humanos es bastante difícil de ver, porque la higiene dental diaria acaba con ellos sin problema, pero en el caso de las mascotas es muy habitual que sus bocas estén profundamente deterioradas por esta afecciones. Primero llega la placa bacteriana, que es una agrupación de bacterias que anidan en los dientes y que se alimentan de los restos de comida sin limpiar. Por tanto, cuanta más higiene, menos placa bacteriana. Una vez que esta colonia invisible se ha establecido en la dentadura del animal se genera el sarro, que no es más que el endurecimiento de esas bacterias y minerales. El sarro, por tanto, es visible a simple vista y tiene un aspecto de color amarillo-marron, sin embargo las placas bacterianas son imperceptibles. El lugar donde nace o se acumulan es más bien cerca de las encías y en la zona entre los dientes, porque es allí las bacterias pueden vivir algo más resguardadas.

Leer más: Así es la vida de un perro ciego: consejos e ideas para mejorarla

3/9

El mal aliento es un indicador importante

La consecuencia inevitable de una mala salud dental de nuestras mascotas es su aliento. No debemos complacernos pensando que por ser animales deben tener un aliento malo de forma normal y habitual, sino que el olor denota enfermedad y falta de higiene, sea una persona o un animal. Las bocas sanas no huelen mal. El sarro no huele demasiado, pero este a su vez produce caries, gingivitis e infecciones, que si tienen un olor muy característico. Si percibes que tu mascota tiene un aliento que te produce desagrado, y sus dientes claramente están amarillos, ten en cuenta que su salud dental está en peligro y probablemente a medio plazo podrá perder piezas y, así, reducir su calidad de vida.

Leer más: Los 9 errores fatales que cometemos con nuestros perros

Recomendamos

4/9

¿El sarro y las infecciones no afectan a los gatos no-domésticos?

8 de cada 10 gatos tienen algún problema dental a partir de los tres años, lo que hace que sea indispensable revisar su salud dental con revisiones en el veterinario. Podríamos pensar ¿por qué cuidar la salud dental de los gatos o perros domésticos si se supone que en su entorno natural a los animales nadie les vigila la boca? Lo cierto es que la esperanza de vida de los gatos domésticos se ha multiplicado desde que viven con seres humanos y en especial en las últimas décadas, dado que les proporcionamos una alimentación, protección y cuidados que favorecen una mayor longevidad. Sin embargo, la esperanza de vida de los gatos callejeros es de entre 2 y 5 años, mientras que uno doméstico llega hasta los 18. Estos datos evidencian que la constante vigilancia de su salud refuerza su calidad de vida y que cuidar su bienestar puede marcar la diferencia.

Leer más: Razones por las que tu gato parece no tener ganas de jugar

5/9

Las encías son indicadores clave para la salud dental

Otra pista de que tu perro o gato tiene un problema de salud bucodental es el estado de sus encías. Si están enrojecidas, inflamadas o sangran, debes acudir cuanto antes al veterinario para que realice una limpieza y detenga la infección que, probablemente, está detrás de este problema. Unas encías enfermas pueden desembocar fácilmente en la pérdida de piezas dentales, por lo que no es algo que podamos tomar a la ligera. Puedes percibir fácilmente si tu mascota tiene problema de este tipo al verle comer, si mastica con dificultad o, incluso, suelta la comida tras intentar masticarla, o si notas que solo utiliza un lado de su boca, puede deberse a que probablemente sus encías no están sanas y le producen dolor al masticar. Esto repercute rápidamente en la del animal, que podrá perder peso por no poder comer adecuadamente y esto hará que esté menos nutrido y preparado para hacer frente a otras afecciones en el resto de su organismo.

Leer más: ¿Los gatos también pueden enfermar mentalmente?

6/9

¿Cómo se pueden evitar estos problemas?

Cepillar los dientes de tu gato o perro es el secreto de una higiene dental óptima. Sin embargo no es una tarea fácil. Podemos hacerlo en casa y seguir un proceso que en sí mismo implica educar al animal a permitir esta actividad necesaria e inevitable. Si no nos vemos capaces y desistimos de cepillar sus dientes existe la posibilidad de que sea el veterinario el que realice una limpieza en profundidad, pero debemos saber que dado que requeriría mucho tiempo hacerlo tomando confianza con el gato o perro, lo que hacen los veterinarios (con nuestro consentimiento) es sedar a la mascota para poder realizar la limpieza de forma eficiente y en un tiempo razonable.

Leer más: Qué hacer si muere tu mascota

7/9

¿Cómo puedo limpiar los dientes de mi mascota?

Sabemos que no quieren y que según descubran en qué consiste limpiarles la boca van a querer menos y pondrán todo de su parte para zafarse. Así que hay que ir poco a poco, con pasos pequeños pero certeros, sin cejar en el intento. Lo ideal es que el can o el felino se acostumbre desde cachorros, así sería muy fácil y eso hará que permitan las limpiezas de boca para el resto de su vida sin poner objeción. Sin embargo, para un perro o gato más o menos adulto el proceso debe ser gradual, primero le daremos a oler o lamer la pasta dentífrica y trataremos de ponerle un poco en la boca, pero probablemente esta sea una tarea muy compleja que deberás realizar en varias tantas, en días distintos. En todo momento debes hablarle con calma, dando caricias y tratando de ser lo más suave posible: no muestres tu enfado o irritación, y tampoco le empujes o realices forcejeos.

Leer más: Cortar el pelo a un gato: ¿misión posible?

8/9

Más consejos para cepillar los dientes de tu mascota

No utilices un cepillo de dientes para humanos, necesitas uno específico para perros o gatos. Para introducirlo primero debes abrir su boca con cuidado, y ver cuanto es capaz de permitir abrirla sin que le genere molestia, plantéalo casi como un juego o una caricia Cuando se acostumbre a abrir la boca puedes empezar con el cepillado, primero muy suave. No te preocupes si la forma en la que lo haces al principio es demasiado sutil y no percibes que se desprenda de la suciedad del diente (el sarro visible), lo importante en estas primeras veces es que el perro perciba que este proceso no es agresivo contra él, y que baje todas sus defensas, entonces podrás ir afianzando poco a poco tu posición hasta que logres subir la fricción del cepillo y limpiar en profundidad.

Leer más: Este es el riesgo que corres si no desparasitas bien a tu mascota

9/9

¿Cuánto hay que limpiar los dientes de mi mascota?

Para muchos dueños de perros o gatos tener que limpiarle los dientes parece algo accesorio e incluso inconcebible. Pero una vez que empieces con ello y comprendas lo importante que es no deberías bajar el ritmo de realizar una limpieza por lo menos dos veces por semana, aunque lo ideal serían cuatro. Ten en cuenta que para que la limpieza sea más efectiva es mejor hacerla de arriba a abajo, primero en la parte frontal de su dentadura, porque es la más fácil de acceder, y progresivamente adentrándote en los laterales.

Leer más: Las razones por las que tu mascota no hace pis