¿Tengo que castrar a mi cobaya?

Te explicamos si es recomendable castrar a tu cobaya, los beneficios que puede aportar, y los factores a tener en cuenta antes de tomar la decisión.

Por Nuria Safont

Una mascota que cada vez es más frecuente en nuestros hogares es la cobaya. Sobre todo, en aquellos en los que algún miembro de la familia tiene alergia al pelo de los perros o los gatos, pero no quieren renunciar a convivir con un animal doméstico. Pero ser propietario de este pequeño roedor comporta tomar decisiones respecto a su salud y a su bienestar. La castración, por ejemplo, es uno de los aspectos que hay que plantearse, sobre todo, si se tiene más de una cobaya en casa. ¿Qué dicen los expertos sobre si hay que castrar o no a esta mascota? Nos lo aclara Alicia Romero, veterinaria de AniCura Bormujos Clínica Veterinaria. 

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¿Cuáles son los principales beneficios de castrar a una cobaya?

Como puede ocurrir con otras especies animales, la castración de manera preventiva en cobayas aporta múltiples beneficios, ya que además de evitar camadas no deseadas, previene la aparición de ciertas enfermedades y ayuda a una mejor convivencia entre ejemplares, sobre todo si hay más de un macho en el mismo grupo.

Eso sí, hay que tener en cuenta que, aunque el riesgo relacionado con el procedimiento en sí es bajo, el riesgo relacionado con el procedimiento anestésico es más alto que en otras especies.

Para realizar este tipo de intervenciones con la mayor seguridad posible, es necesario un equipo de anestesia inhalatoria y un quirófano totalmente equipado con el instrumental quirúrgico necesario y aparatos de monitorización de constantes vitales adecuados a esta especie. Además de todo esto es indispensable que el procedimiento sea realizado por un veterinario/a especialista en animales exóticos.

En machos, la cirugía es más rápida, por lo que el tiempo de anestesia es menor y la recuperación mejor. En hembras la cirugía es más laboriosa, por tanto, conlleva mayor tiempo de anestesia y la recuperación suele ser más lenta. De ahí que como recomendación, teóricamente, se podría recomendar en todas de forma preventiva, pero al ser el riesgo anestésico más alto que en otras especies, no lo recomendamos de manera rutinaria, sobre todo en hembras.

Sí será una recomendación clara en caso de que ya exista una patología donde la solución sea la castración.

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¿Hay algún momento específico en la vida de una cobaya en el que debería ser castrada?

La castración se puede llevar a cabo en cualquier momento de la vida de una cobaya, pero al ser una especie gregaria, que debe vivir en grupo, la convivencia será más pacífica y con menos estrés si se esterilizan de forma preventiva a una edad temprana, sobre todo si hay más de un macho.

En el caso de que se decida hacerlo, antes de programar una castración preventiva en cobayas, es conveniente que el animal pase por una revisión veterinaria completa, donde se realicen las pruebas preanestésicas necesarias (análisis de sangre, radiografías…) para determinar que se encuentra en perfecto estado de salud. Los herbívoros en general son especialistas en enmascarar las enfermedades, por tanto, este examen previo debe ser muy minucioso.

También es importante que el animal no esté sometido a ninguna situación de estrés (cambios de jaula, incorporación de individuos nuevos...) los días previos a la intervención.

Por último, algo que difiere bastante de especies más comunes como perros o gatos, es el tema del ayuno preoperatorio. Al ser animales herbívoros, su aparato digestivo debe estar siempre en funcionamiento. Si se les somete a 6-8 horas de ayuno (que es lo recomendado en perros o gatos), esto paraliza su aparato digestivo y puede ser fatal. Sin embargo, si no hacen nada de ayuno (como se recomienda en conejos), son animales que suelen almacenar cierto contenido alimenticio en la boca, lo que puede dificultar la entubación a la hora de la anestesia. Por tanto, lo ideal es que las cobayas solamente hagan 2 horas de ayuno antes de la intervención.

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¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de la castración?

Al ser animales herbívoros necesitan que su aparato digestivo funcione continuamente, de manera que daremos por recuperados de la anestesia a estos animales cuando sean capaces de comer por ellos mismos y hagan correctamente sus deposiciones. Eso será un indicativo de que su aparato digestivo está en condiciones óptimas.

En las hembras, al ser una cirugía más traumática y dolorosa y necesitar una anestesia más prolongada y una medicación intra y postoperatoria más específica, la recuperación total será más lenta que en los machos (varios días normalmente). Ambos necesitarán medicación postoperatoria oral, además de alimentación forzada mientras no sean capaces de comer por ellos mismos.

 ¿Cómo afecta la castración a la personalidad y comportamiento de una cobaya?

En general, la castración aporta más serenidad, calma y paz al animal, y, por tanto, al grupo en general.

A la personalidad en sí no afecta en absoluto, el carácter seguirá siendo el mismo. Pero a su comportamiento, sobre todo en los machos, sí que afecta y de manera positiva, ya que se elimina el componente hormonal que les hace tener peleas por dominancia o estrés sexual.

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¿Qué consideraciones especiales deben tenerse en cuenta para la castración?

Hay que tener en cuenta que, en el caso de las hembras, antes de realizar la intervención, hay que sopesar muy bien la relación beneficio/riesgo. Si no convive con machos o convive con machos castrados, la castración no se recomienda de forma rutinaria en ellas. Las hembras suelen ser más pacíficas en general.

Pero si tenemos dos machos enteros conviviendo (ya sea con más hembras o no) o tenemos una pareja (macho y hembra), sí que recomendaremos la castración preventiva en los machos, para que no haya peleas por territorialidad o dominancia entre ellos, o para que no críen, según cada caso. Siempre recomendaremos primero la castración en los machos por ser el procedimiento menos invasivo, la anestesia más corta y la recuperación mejor y más rápida.

¿Qué papel juega la alimentación y la actividad física en la salud de una cobaya después de la castración?

Al disminuir el nivel de hormonas sexuales con la castración y llevar una vida con menos estrés y más tranquila, son animales que tienden a engordar, por lo que será fundamental que controlemos su dieta, tanto en cantidad como en calidad. Y también será necesario que realice una mayor actividad física para mantenerse vital.

Si viven en jaula habitualmente, deberán poder salir de la misma en algunos momentos del día para realizar ejercicio. Esto es positivo no solo para prevenir la obesidad, sino para mantener también un buen tono muscular, un adecuado sistema cardiovascular y buen funcionamiento de su aparato digestivo.

¿Es la castración una práctica común en la comunidad de cuidadores de cobayas?

De forma preventiva no es una práctica muy común por el riesgo anestésico que hay que asumir.

Sí es algo habitual cuando necesitamos controlar la convivencia en un grupo donde hay más de un macho. Y es también algo que suele realizarse cuando tenemos patologías importantes como pueden ser tumores ováricos o testiculares o quistes ováricos en hembras (muy frecuentes en esta especie).

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¿Qué consejos darías a una persona que está pensando en tener una cobaya?

La recomendación va encaminada, sobre todo, a antes de tener a la cobaya. Mejor a la hora de elegir el individuo o grupo que vamos a tener como mascotas. Al ser gregarios, no es conveniente tener un ejemplar solo. Lo recomendado es tener, al menos, dos individuos.

No se recomienda tener más de un macho en el grupo. Si se tiene más de uno, será fundamental la castración.

Por otro lado, no se deben tener machos y hembras sin esterilizar, dentro de un mismo grupo, si es que no queremos tener crías. Son animales que se reproducen con mucha facilidad y si no los castramos, con el tiempo tendremos muchos más ejemplares de los iniciales.

Es importante conocer que si una hembra no ha parido antes de los 7-8 meses de edad, ya nunca podrá hacerlo de manera natural, porque a esa edad se suelda el cartílago de la sínfisis del pubis y no podrá abrirse para que las crías pasen por el canal del parto. Esto quiere decir que, si una hembra se queda preñada después de esta edad, necesitará seguro una cesárea, con el riesgo anestésico que conlleva también.