Curiosidades

Todo lo que probablemente desconozcas sobre la longevidad de tu perro o gato

Conocer qué hace que tu mascota viva más años te puede ayudar a proporcionarle una mejor calidad de vida.

Por David Navarro

La esperanza de vida en las mascotas está aumentando a un ritmo muy llamativo, sin embargo no deberíamos de sorprendernos, pues también ha mejorado muchísimo la longevidad del ser humano. Si nos paramos a analizar los datos, los humanos hemos pasado de vivir una media de 40 años a finales del siglo XIX a una esperanza de vida media de 81 años en España en 2023. Es decir, que en un tiempo relativamente corto hemos duplicado el tiempo que vivimos, y de la misma forma lo han hecho las mascotas.

Basta con comparar cuánto vive un perro o un gato que no haya tenido contacto con humanos, y hacerlo con los que sí lo tienen, los domésticos. Los perros y gatos silvestres o callejeros viven una media de entre 3 y 6 años, sin embargo, los que forman parte de un lugar humano fácilmente superan los 10 años y no solo eso, sino que cada vez las cifras de longevidad se aproximan más a los 20.

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Proezas de la longevidad

Según el libro Guinness de los récords, el gato más viejo del mundo llegó a la increíble cifra de 38 años, y en el caso de los perros esa edad ha llegado a fijarse en 29 años. ¿Pero cuánto ha vivido el ser humano más longevo de la historia? Según los registros la cifra está en 122 años.

Según los científicos, estas hazañas biológicas no son significativas, pues son excepciones, sin embargo sí confirman la regla, pues si las especies no estuvieran mejorando gradualmente su longevidad, no se podría aumentar el umbral de esperanza de vida. Es decir, que si actualmente la media de vida de un perro o gato no fuera de alrededor de 12 años, difícilmente existirían especímenes capaces de superar los 20 años de edad.

Se ha registrado que la raza de perro que más ha logrado vivir es el shiba inu, pues tiene menos grasa, es muy ágil y parece disponer de una genética a prueba del tiempo. Y el que menos vive es el bulldog francés, por una cuestión evidente, dado que esta raza de perros tiene serios problemas respiratorios que producen problemas colaterales.

En gatos, el que menos vive es la raza abisinia y entre los que más viven encontramos al siamés, maine coon y siberiano. Sin embargo, en el caso de los felinos parece ser una cuestión genética, y no tanto anatómica.

En todo caso, lo que nos dice la ciencia es que los organismos de animales mestizos, siempre tenderán a ser más saludables que aquellos de razas puras. Contra todo lo que pudiéramos pensar, los perros mezclados son mucho más resistentes que los que han mantenido a raya una raza, pues la selección natural de genes hace que tras las mezclas prevalezcan las características más afines a la vida y, por tanto, se pueda producir una evolución en la resistencia al tiempo.

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¿Pero qué hace que los animales estén viviendo cada vez más?

El secreto de la eterna juventud o de la vida eterna es una de las búsquedas más codiciadas y esperadas de la humanidad y probablemente también del reino animal. El único motivo que nos hace envejecer y fallecer es el desgaste biológico de nuestras células. 

Pensemos por un momento en las canas, un indicativo de la edad. El pelo blanco en humanos se torna de la siguiente manera: las células tienen la facultad de replicarse y renovarse una cantidad concreta y finita de veces, y llegado cierto momento dejan de recordar su color original, y es entonces cuando donde debería aflorar un pelo castaño, rubio o pelirrojo, emerge una cana. Esto es porque el organismo de los seres vivos no logra abarcar la eternidad en sus procesos de regeneración, en parte por el desgaste, la oxidación y también por una cuestión orgánica de ‘espacio’: de memoria, físicamente las células simplemente dejan de recordar su forma y objetivo, y dejan de ser operativas.

El motivo de que tanto seres humanos como animales vivamos mucho más, está basado en algo tan sencillo como los cuidados. Una alimentación saludable y equilibrada, una constante revisión de nuestro estado de salud y no correr riesgos innecesarios. Simplemente viviendo en un hogar moderno, con todas las comodidades y necesidades cubiertas hace que un organismo animal que en la calle viviría 3 años (como en el caso de los gatos) pueda superar los 20.

Los límites de la vida eterna

Existen dos temores fundados a la hora de pensar en aquello que acaba con la vida de los animales (y también de las personas), uno de ellos es desarrollar cáncer, que es una de las principales causas de mortalidad de perros y gatos, y por otro lado el hecho de que un achaque sin importancia se complique y acabe con la vida de un animal adulto. Ambas cuestiones tienen respuesta desde un punto de vista científico.

Por un lado, los índices de cáncer en animales adultos-ancianos es infinitamente mayor que en mascotas jóvenes. El proceso celular por el que se desarrolla el cáncer tiene que ver, como comentábamos antes en el caso de las canas, con la propia regeneración de las células y su comportamiento a lo largo de los años. Ante la cuestión: cada vez hay más perros y gatos con cáncer, lo que la ciencia diría: eso es porque cada vez hay perros y gatos que viven más de los 10 años. Es decir, no es una cuestión relacionada con la contaminación o con la mala calidad de los alimentos, sino con la regeneración celular.

Por otro lado, el peligro de que la longevidad de un perro o gato se vea mermada por un simple achaque que se complique es consecuencia de la fragilidad biológica de los sistemas vitales. Llegados a cierta edad la correlación de efectos secundarios de una dolencia es suficiente para poner fin a los días de nuestra mascota. Por ejemplo: un problema puntual en una pata producirá que el animal haga menos ejercicio, lo que puede conducir a coger peso, esto a su vez puede producir cierta hinchazón general de los órganos y, por ende, dificultad para respirar, y esto a su vez produce problemas coronarios porque al corazón le cuesta más bombear la sangre hacia todas las partes del organismo del animal. Con esta panorámica, tenemos una bomba de relojería con varias aristas, y que simplemente ha sido iniciada por un problema temporal en una pata. En un organismo joven esto no sería un problema, sin embargo cuanto mayor sea el perro o gato, más frágil es todo su sistema vital.

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