Así puedes sospechar si tu gato tiene artrosis

Se trata de una enfermedad silenciosa que puede provocar dolor en tu animal de compañía

Por Nuria Safont

Los gatos no son animales que se muestren vulnerables. Por su propio instinto de supervivencia, ocultan el dolor. Por ello puede ser tan complicado para sus propietarios reconocer cuándo su mascota sufre a causa de alguna enfermedad degenerativa, como puede ser la artrosis. Los expertos, por ello, insisten en que estemos atentos a señales como cambios de humor, de comportamiento, menos movilidad o sensibilidad al tacto y, en estos casos, acudir al veterinario. Además, también señalan que los controles veterinarios rutinarios ayudan a detectar esta y otras patologías de forma precoz, para administrar el tratamiento necesario y proporcionar un mayor bienestar a nuestros pequeños y queridos peludos. 

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¿Qué es la artrosis felina? 

La artrosis es una enfermedad que afecta a las articulaciones móviles y que provoca diferentes grados de dolor y manifestaciones clínicas en función de si quien la parece es una persona o animal. En el caso de los gatos, la manifestación más frecuente es la pérdida de su movilidad gradual, a veces asociada de forma errónea a la edad avanzada del animal. “También se observan cambios en su comportamiento como dificultad en subir o bajar alturas, orinar o defecar en lugares inapropiados, cambios de humor, sensibilidad al tacto, signos de agotamiento por falta de descanso…”, explica el veterinario Miquel Palet Sancho, Practice Manager de AniCura Lauro Hospital Veterinari. 

Aproximadamente un 40% de los gatos tienen signos clínicos de osteoartrosis y el 90% de los gatos mayores de 12 años muestran evidencias en las radiografías de padecer esta enfermedad. Sin embargo, mientras que es común hablar de la artrosis en perros, se tiende a prestar poca atención a que los felinos también la sufren. Esto se debe a la dificultad que encuentran los cuidadores para identificarla.

Y es que, a diferencia de los perros, los gatos no salen a pasear con sus propietarios, por lo que es más difícil observar estos problemas de movilidad. Además, los felinos son animales muy independientes, que deciden cuándo moverse, con lo que todo ello complica la identificación de las señales de alarma. Por ello es tan importante fijarse en otros síntomas, como los cambios de comportamiento, humor y si, al tocarles, muestran alguna molestia. 

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¿Se puede prevenir la artrosis felina? 

Sí, se puede al igual que en otras especies. Como nos cuenta el experto en veterinaria, una buena selección genética puede evitar patologías primarias que puedan favorecer procesos degenerativos artrósicos. Por otro lado, la dieta adecuada, así como un control minucioso del peso, así como ejercicio moderado de acuerdo a la edad pueden ayudar a prevenir la atrosis felina. 

Asimismo, los controles veterinarios habituales pueden y deben ayudar a la detección precoz de esta enfermedad tan difícil de identificar por parte del cuidador, un hecho que supone que tan solo el 13% de los casos sea diagnosticado. “Esto nos ayudará a empezar a tratarla de forma precoz y conseguir más fácilmente resultados satisfactorios a largo y corto plazo”, indica el Practice Manager de AniCura Lauro Hospital Veterinari.

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¿Cuál es el tratamiento de la artrosis en los gatos? 

El tratamiento de esta patología se adapta a las necesidades de cada fase de la enfermedad y el objetivo es controlar el dolor que ocasiona en el gato, así como recuperar la movilidad. Para ello, se administran medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, los opiáceos, los antagonistas NMDA, los gabapentinoides, los cannabinoides, así como los recién incorporados anticuerpos monoclonales.

Asimismo, existen tratamientos que complementan esa medicación, tales como las dietas ricas en omega 3 y los condroprotectores (complementos alimenticios para prevenir y tratar las enfermedades articulares). “Además, siempre se debe tener en cuenta la posibilidad de realizar fisioterapia y rehabilitación, y también contemplar la cirugía en los casos donde el tratamiento médico y la rehabilitación no consigan los resultados óptimos esperados”, concluye el veterinario Miquel Palet Sancho. 

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